La temporada navideña trae consigo la emoción de elegir el regalo perfecto para los más pequeños de la casa. Sin embargo, más allá de la diversión instantánea, es fundamental considerar el impacto que estos juguetes tienen en el desarrollo visual de los niños.
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Los oftalmólogos de Clínica Baviera, especialistas en oftalmología pediátrica y estrabismo, nos ofrecen valiosos consejos para seleccionar juguetes educativos y entretenidos que simultáneamente fomenten la salud visual de los niños en diferentes etapas de su crecimiento.
Para los primeros tres meses
En los primeros tres meses de vida, los recién nacidos tienen una capacidad visual limitada, percibiendo objetos y personas solo a distancias muy cortas. La Dra. Pilar Merino sugiere estimular la visión con imágenes de alto contraste en blanco y negro, con formas geométricas simples.
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A medida que avanza el crecimiento del bebé, se pueden introducir gradualmente colores llamativos para promover la percepción visual y el movimiento ocular, evitando juguetes con partes puntiagudas.
Desde el tercer mes
A partir del tercer mes, los bebés desarrollan la coordinación ojo-mano y tienen una visión más nítida. Es beneficioso proporcionarles juguetes colgantes que fomenten la práctica de agarrar y seguir objetos, promoviendo así el desarrollo visual y motor.
De seis a doce meses
Entre los seis y doce meses, la visión binocular y cromática se estabiliza, es decir, obtienen la capacidad de utilizar ambos ojos de manera coordinada y perciben los colores correctamente.
Los bebés pueden controlar la dirección de su mirada y el movimiento de sus manos. La introducción de cubos apilables y juguetes con formas geométricas favorece el reconocimiento visual y el desarrollo de habilidades motoras. Colocar los juguetes a diferentes distancias incentiva a los pequeños a desplazarse.
Para niños de uno a tres años
Durante estas etapas, es recomendable estimular la visión con libros adaptados a la edad del niño. A medida que comienzan a distinguir formas y tamaños, los juguetes de figuras y bloques son ideales para trabajar la coordinación ojo-mano y el enfoque visual. Fomentar el juego al aire libre contribuye a estimular la visión a distancias mayores.
A partir de los tres años
El inicio de la etapa escolar marca un importante salto en el desarrollo visual de los niños. La Dra. Pilar Merino destaca la importancia de la lectura compartida para fortalecer las habilidades de lectura, moviendo los ojos de izquierda a derecha.
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Juguetes como rompecabezas y puzzles favorecen la percepción y la memoria visual. En estas etapas, es crucial jugar con los niños para identificar posibles problemas visuales y, en caso de detectar anomalías, se recomienda una revisión oftalmológica.
Desde los seis años
A partir de los seis años, el desarrollo del sistema visual se completa. Es esencial prestar especial atención a los juegos que involucran visión cercana y limitar el tiempo frente a pantallas y videojuegos.
Las recomendaciones de oftalmopediatría, como la regla 20-20-20, que consiste en hacer descansos cada 20 minutos de 20 segundos observando a 20 pies, es decir, 6 metros, ofrecen pautas para un uso saludable de dispositivos electrónicos. Establecer límites de exposición y evitar el uso de pantallas antes de dormir son prácticas clave.
Siguiendo estos consejos, los padres pueden garantizar un entorno de juego estimulante que contribuya al crecimiento saludable de la visión de sus pequeños. Recuerda, la diversión y la educación van de la mano cuando se trata de cuidar de la salud visual de los más pequeños.