Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son un problema mental que implica una alteración en los hábitos de alimentación y en el comportamiento relacionado con la comida. En muchos casos tiene su origen en un trastorno dismórfico corporal, que se deriva de la obsesión por el cuerpo, los defectos percibidos y la búsqueda de la perfección.
Los TCA, como la anorexia, la bulimia nerviosa o el trastorno por atracón, no aparecen por una sola causa, sino que son consecuencia de factores que se retroalimentan. En el caso de la vigorexia, es un tipo de TCA que se manifiesta con signos como obsesión por una dieta basada en proteínas y carbohidratos, preocupación excesiva por el ejercicio físico y la musculación, la imagen y el autocuidado.
Preguntamos a un cirujano plástico sobre la posición de la medicina estética en estos casos y los límites éticos de las cirugías.
La enfermedad mental crónica más frecuente
Uno de los factores de mayor incidencia es la creciente obsesión, sobre todo entre jóvenes y adolescentes, con el cuerpo y con la estética, que ha llevado a que en las últimas décadas el trastorno de conducta alimentaria se haya situado como la enfermedad mental crónica más frecuente.
Según la investigación más grande y reciente, realizada en 16 países y con más de 63.000 niños, uno de cada cinco jóvenes sufre de TCA.
Consultamos al doctor y cirujano plástico Alberto Pérez Espadero cúal es el papel de la medicina estética y cómo debe actuar ante obsesiones por modas estéticas.
El último informe de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), de la que Pérez Espadero es miembro, señala que entre 2014 y 2021 en España creció en un 215% el número de cirugías plásticas realizadas en sanidad privada.
Una de las razones que explica el aumento a partir de 2020 es el uso de mascarillas y el aumento del teletrabajo, que ponen más fácil el posoperatorio de los pacientes tras la cirugía.
Pero en la mayor demanda por parte de pacientes jóvenes influyen también las redes sociales. Según este estudio de final de 2022, el 44% del contenido en TikTok habla sobre el cuerpo, la alimentación y la pérdida de peso, lo que tiene una influencia directa sobre las obsesiones y trastornos alimentarios crecientes entre los más jóvenes.
“No es común que los pacientes de cirugía plástica padezcan un trastorno mental… Pero no nos sumamos a modas estéticas”
Eso sí, advierte el doctor, “aunque se hable mucho de ello, no es tan común como se cree que los pacientes que buscan una cirugía plástica padezcan un trastorno mental. La inmensa mayoría de los pacientes pide cosas normales, que tienen resultados muy buenos sin ser cambios exagerados”.
La segunda cirugía plástica más demandada en España, después del aumento de pecho, que está en primer lugar, es la liposucción, y a nivel mundial es la primera, según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica (ISAPS).
El cirujano Pérez Espadero, que es también miembro de la unidad de cirugía reconstructiva del Hospital Universitario de Valencia y docente en el Máster de Medicina estética, explica que la norma que sigue en su clínica es hacer siempre tratamientos seguros por el bien de los pacientes, y se niega a realizar tratamientos que puedan tener consecuencias perjudiciales o que no estén justificados estéticamente.
“El riesgo/beneficio cuando se trata de modas estéticas no está justificado, porque no respeta la fisionomía y la belleza natural como sí lo hace un rejuvenecimiento. Por esto no hacemos cosas que no tienen un sentido anatómico, como los foxy eyes —que se pusieron de moda hace unos 3 años— los labios rusos de los que Instagram está plagado o la liposucción HD”.
Este tipo de liposucción, o Lipoescultura HD, es una cirugía para remodelar la silueta y marcar para que el cuerpo parezca más tonificado. El doctor aclara que se niegan a hacerlo cuando por salud los pacientes no necesitan una liposucción, sino que buscan marcar con una cirugía en lugar de hacer deporte. “Esto es otra moda y encontramos cosas grotescas”, asegura.
¿Buscar una liposucción HD es fruto de un trastorno por vigorexia?
“No en todos los casos, pero sí es cierto que los pacientes que tienen este tipo de trastornos, que implican dismorfia corporal y TCA, demandan más este tipo de tratamientos para cambiar su composición corporal o verse como desean. Son tratamientos más extremos, más arriesgados y también con resultados más controvertidos. Nosotros nos alejamos de eso”.
La prevención es la clave para frenar estos trastornos y que nadie llegue a querer meterse en un quirófano estando en un peso saludable, por seguir modas o por querer verse marcado sin esfuerzo.
La detección para evitar que un TCA vaya a más está en síntomas como insatisfacción con la imagen, rigidez en hábitos alimenticios y obsesión por el autocuidado para perfeccionar el cuerpo.
El marco ético de la cirugía estética es que en el propósito de la intervención esté mejorar la calidad de vida de los pacientes, y cuando hay algún trastorno alimentado por una preocupación obsesiva en el aspecto físico, las intervenciones estéticas no logran solucionarlo, ya que el problema está en la percepción mental distorsionada.