Caminar 2,5 horas a la semana (es decir, 21 minutos al día) puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca en un 30 %, según los expertos de la Universidad de Harvard. Además, reduce el riesgo de diabetes y cáncer, la presión arterial y el colesterol y mantiene mentalmente alerta. Un estudio de la Universidad de Utah realizado en 2014 demostró que por cada minuto de caminata rápida que las mujeres hacían durante el día, reducían su riesgo de obesidad en un 5%.
[¿Es realmente eficaz caminar en ayunas para perder peso más fácil?]
Son solo algunos de los motivos por los que merece la pena tener en cuenta esta actividad de práctica muy fácil. ¿Pero el momento del día en el que decidimos caminar tiene una incidencia en nuestro estado general? Así lo analizan los expertos.
Por la mañana
Según la coach deportiva Liz Benjamin, caminar por la mañana cuenta con un beneficio claro: empezar el día con más energía. "Una caminata matutina puede ser una gran opción. Ayuda a despertar el cuerpo y la mente, mejorar la concentración y establecer un espíritu positivo para el día por venir", comentó en una entrevista concedida a Stylist UK.
Además caminar, o de forma más amplia hacer ejercicio, por la mañana mejora el sueño. El estudio titulado Effects of acute morning and evening exercise on subjective and objective sleep quality in older individuals with insomnia, destacó en base al estudio de sus participantes, con insomnio leve o dificultades para conciliar el sueño, que las personas que hacen ejercicio por la mañana tienen una mejor calidad de sueño que los que lo hacen por la noche.
Finalmente, está demostrado que "las caminatas matutinas son beneficiosas para las personas con enfermedades pulmonares, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)", afirmó Sheri Tooley, expresidenta y directora ejecutiva de la Asociación Estadounidense de Atención Respiratoria.
Por la tarde
Los paseos a mediodía o por la tarde son especialmente recomendables para despejar la mente y retomar el resto del día con energía. De hecho, es clave en los días laborables.
El estudio Effects of acute morning and evening exercise on subjective and objective sleep quality in older individuals with insomnia, publicado en 2017, demostró que "los paseos por los parques durante el descanso de mediodía pueden mejorar la recuperación de los trabajadores". Eso sí, los expertos coinciden en que no deben sustituir la comida como tal. ¿Lo idóneo? Dividir la hora, caminar media hora y comer la siguiente media hora.
Por la noche
Los paseos 'nocturnos' son claves para bajar la presión de la jornada. "Un paseo nocturno puede ser una excelente manera de relajarse, aliviar el estrés y promover la relajación antes de acostarse”, afirma en este sentido la entrenadora Liz Benjamin. Eso sí, es recomendable que no sea una caminata muy intensa ya que podría ser contraproducente para conciliar el sueño.
La caminata después de cenar también es una buena opción, en parte, para favorecer la digestión pero también controlar los niveles de azúcar. Un estudio de 2013, publicado en la revista Diabetes Care confirmó que caminar en general ayudaba a mejorar el control del azúcar en sangre. Es más, los participantes que realizaron caminatas cortas de 15 minutos después de cada comida experimentaron mejoras mayores en su nivel de glucosa en sangre que los que realizaron una sola caminata de 45 minutos por la mañana.