La de pollo es la carne más consumida en España, con una media de más de 14 kilos por persona al año, según datos de 2020. De fácil digestión, esta carne es una fuente saludable de proteínas y de otros nutrientes y minerales como lípidos, Vitamina 3, calcio, hierro, zinc, sodio, potasio y magnesio, entre otros.
La carne aporta proteínas, grasas y minerales a nuestro organismo. Las proteínas que contiene son de alto valor biológico, dado que suministran aminoácidos esenciales para nuestro organismo y su correcto funcionamiento.
El pollo, siempre refrigerado
Siempre hay que mantener el pollo en el frigorífico porque la carne avícola tiene un alto riesgo de contaminación bacteriana. De esta manera, evitaremos que se convierta en una fuente de enfermedades. Las indicaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) sobre el pollo crudo marcan que se puede conservar en la nevera durante 1 o 2 días aproximadamente.
[El truco infalible para conservar el pollo en la nevera y que te dure el triple]
En el caso de que tengamos claro que no vamos a consumirlo en pocos días es mejor guardarlo en el congelador. El pollo crudo se puede conservar en el congelador hasta 9 meses. En el caso de que el pollo esté entero se puede mantener hasta por 1 año.
Si el pollo ha sido cocinado, se puede llegar a mantener en la nevera por 3 o 4 días a temperaturas inferiores a 4 °C, de esta manera, las bacterias tienden a crecer más lentamente. En el caso de merlo en el congelador, podrá mantenerse de 2 a 6 meses.
Cómo saber si el pollo se ha echado a perder
Lo primero que hay que consultar es la fecha de caducidad. Una vez verificado esta información, las formas más comunes de saber si la carne de pollo se ha puesto mala son:
- Cambios de color: si comienza a ponerse de un color gris verdoso, tanto crudo como cocinado, se ha echado a perder. Además, pueden aparecer manchas de moho gris o verde. Claramente, esto indica que ha comenzado el crecimiento bacteriano y que ese pollo está en mal estado.
- Cambios en el olor: tanto el pollo crudo como el cocinado, cuando están en descomposición, emiten un olor ácido que se asemeja al amoníaco.
En el caso de que el pollo ha sido marinado con salsas, hierbas o especias este olor puede ser difícil de identificar. - Cambios en la textura: si puedes notar que la carne tiene una textura viscosa, se ha echado a perder. El truco de enjuagar el pollo no acabará con las bacterias. De hecho, lo que puede suceder es que se propaguen a otros alimentos, utensilios y superficies, causando contaminación cruzada.
Beneficios y propiedades de la carne de pollo
Es una de las carnes más saludables, por sus numerosas propiedad y su bajo índice calórico es la más consumida tanto en las dietas para perder peso como en las que tienen como objetivo ganar músculo.
- Bajo contenido en grasas, sobre todo colesterol. El muslo y la pechuga son las dos piezas con menos lípidos.
- Conserva los niveles de energía altos por lo que el metabolismo quema calorías.
- Contiene aminoácidos esenciales, como por ejemplo el triptófano, que aumenta los niveles de serotonina en el cerebro, mejorando nuestro estado de ánimo.
- Ayuda en la lucha contra la pérdida ósea gracias a su contenido en proteínas.
- Es rico en fósforo, un mineral esencial que nutre a dientes y huesos, así como a los riñones y el hígado.
- Mantiene los vasos sanguíneos sanos.
- Tiene una alta cantidad de retinol, alfa y beta-caroteno, licopeno y, todos los derivados de la vitamina A, esenciales para una salud visual adecuada.
- Es fácil de digerir y es bien tolerado por quienes sufren trastornos digestivos.