España es históricamente un foco para el turismo y ahora también para los videojuegos . El último ejemplo se ha podido ver con el estreno a nivel mundial del tráiler de la película Assassin’s Creed, cuyo argumento se trasladará a la saga hasta la Inquisición Española, reviviendo el siglo XV de la mano del asesino Aguilar, y situándose en Sevilla, aunque se desconoce si también acogerá otros emplazamientos. Este primer vistazo ha servido para calmar las ganas de los fans, que llevaban años pidiendo que un videojuego de la franquicia de Ubisoft se trasladase hasta España. El sueño se hará realidad, aunque a través de una adaptación cinematográfica. Quizá sea el preludio de lo que depare la nueva entrega de la franquicia. Con sólo pensarlo, muchos fans ya están salivando.
La saga ya hizo su introducción en España a través de un juego para dispositivos móviles y Nintendo DS que emplazaba a Ezio Auditore hasta tres ciudades de la geografía española: Zaragoza, Granada y Barcelona. La ciudad condal ya había hecho sus pinitos en la industria, especialmente la Sagrada Familia, que entre otros apareció en el mítico videojuego de recreativas Pang, como uno de sus escenarios principales. En una de sus secuelas, Super Pang, también aparecía el Alcázar de Segovia.
De todas formas el hecho de elegir la localización, nunca ha sido señal de que nuestra cultura y costumbres también se hayan sabido trasladar al mundo de las consolas. A este respecto hay casos de lo más controvertidos, a pesar de haberse trasladado hasta parajes de lo ancho de la meseta española. Uno de ellos es, sin duda, Resident Evil 4. El título no concreta en ningún momento su lugar concreto de desarrollo, salvo que está situado al norte de España. Sin embargo, queda por ver en qué lugar situarían sus desarrolles a dicho territorio en el mapa, ya que sus habitantes no disponían de un acento puramente norteño. “Detrás de ti, imbésil” es una de sus frases más conocidas y que pasarán a la historia de la franquicia y de los videojuegos, especialmente por su firme tono mexicano, algo que se trasladaba a cada personaje que se cruzara en el camino de Leon Kennedy.
Otro de los títulos que conseguía dejar con la boca abierta y pasar de la sorpresa a la estupefacción es Tony Hawk’s Underground 2. Uno de sus niveles se desarrollaba en Barcelona y, más allá de su parecido o no con la ciudad catalana, recogía algunas de las tradiciones españolas que se han ido exportando a lo largo del tiempo a nivel internacional. Entre algunos de sus retos disponibles en este lugar, se destacan los encierros, al liberar a un toro por las calles representadas, algo que chocaría actualmente con la situación de Cataluña y la tauromaquia. Además, también se hace referencia a la Tomatina, invitando al personaje a arrojar tomates contra todo viandante que ose interponerse en el camino de su patín.
Y, hablando de toros, los fans de una saga de lucha tan conocida como Street Fighter, sin duda recordarán a Vega. El combatiente adquiere algunos de los estereotipos más españoles. Resumiendo: es torero, narcisista y muy flamenco. Su atuendo resulta realmente llamativo, ya que porta un fantástico traje de luces de lo más estrafalario, mientras que sus combates se realizan en un tablao flamenco al tiempo que suena música “tradicional” y dos sevillanas bailan en lo que parece un entorno festivo mientras los luchadores se dan cera en una jaula. Pura esencia española.
Hay muchos más ejemplos de localización de videojuegos hacia en entornos de España. Las grandes producciones del sector interactivo de entretenimientos cada vez más posan sus ojos en nuestros parajes, como ya lo hiciera en su día Los Justicieros, que se desarrollaba a modo de película interactiva en el desierto de Almería bajo la dirección de Enrique Urbizu. La riqueza de entornos es tan variada que incluso se han trasladado a aventuras gráficas como Broken Sword, que en una de sus propuestas lanzaba a su protagonista hasta una villa española en busca de pistas sobre los Caballeros Templarios.
Quién sabe si en un futuro veremos un Assassin’s Creed o un Grand Theft Auto trasladarse hasta alguna ciudad concreta del panorama nacional, aunque sea a modo de referencia, como ya hizo la primera aventura de Bayonetta, cuyos niveles iniciales recuerdan poderosamente al Parque Güell de Gaudí, en Barcelona. Lo que está claro es que los videojuegos también vienen de turismo a España.