Cascais, una de las villas marineras más seductoras y elegantes de Portugal, situada a pocos kilómetros de Lisboa.En el centro de la ciudad nos encontramos aún con los restos de lo que era el pueblo de pescadores.
Cascais se puso de moda como lugar de veraneo para la clase alta portuguesa a partir de finales del siglo XVIII, cuando la Familia Real portuguesa decidió escogerlo como lugar para pasar las vacaciones. Aparecen así, en el entorno del casco histórico, una serie de palacios y mansiones de verano que son bastante valiosas desde el punto de vista arquitectónico. En la zona de Praia dos Pescadores, en pleno casco histórico, podemos ver algunos barcos de pesca. Visitar su pequeño casco histórico no se diferencia mucho del de cualquier ciudad típica portuguesa, con sus calles peatonales adoquinadas con piedras de color blanco y negro. Sí que se nota que es un pueblo bastante turístico por la abundante presencia de restaurantes y algunas tiendas de souvenirs, pero las calles de su parte central son tranquilas y agradables. Son las hermosas playas de la costa las que atraen a multitudes de veraneantes y turistas durante el día a Cascáis.
Las playas de la ciudad son tres pequeñas calas de arena: Praia da Rainha, Praia da Conceição y Praia da Duquesa. Más grande y normalmente menos concurrida es la Praia da Ribeira, con vistas a la plaza del ayuntamiento. Pero la playa más bonita es Praia do Quincho, larga y salvaje.
Adorada por los que practican surf y windsurf por sus grandes olas. A dos kilómetros de Cascáis se encuentra el promontorio de Boca do Inferno, un hermoso acantilado de unos veinte metros de altura.
Cabo do Roca, el punto más occidental de Europa: está a media hora de Cascais cuenta también con un importante puerto deportivo, que la hace un puerto bastante interesante para los aficionados a la navegación deportiva.
Cascais es una ciudad muy agradable para moverse por ella y sus alrededores. Cuenta con varias zonas ajardinadas y gustará especialmente a los aficionados a ir en bicicleta, ya que cuenta con varios kilómetros de carril bici que nos llevan, incluso, varios kilómetros al oeste por la costa.
Estoril es una población costera elegante y sofisticada que está situada en la preciosa Costa do Estoril. La población ofrece un equilibrio entre encanto portugués y excelentes instalaciones turísticas, creando el destino ideal de vacaciones. La localidad de Estoril es bastante pequeña y pertenece al ayuntamiento de Cascais. Está situada en la orilla de Océano Atlántico, a unos kilómetros de la desembocadura del río Tajo.
Sin embargo, pese a su reducido tamaño, la ciudad da nombre a toda la llamada Costa de Estoril, que se extiende desde la desembocadura del Tajo, en Lisboa, hasta unos kilómetros más al norte. El Casino de Estoril Está situado cerca de la costa, en la principal plaza de la ciudad y tiene frente a él un jardín que le separa de la carretera Marginal, la línea del tren y la Costa. Por las noches, destaca sobre todo el entorno por su fachada iluminada. Fue construido en la segunda década del siglo XX y se convirtió en uno de los mayores casinos de Europa por tamaño. A su alrededor se construyó una leyenda de espionaje, conspiraciones e intrigas políticas durante la II Guerra Mundial, ya que, dado el estatus neutral de Portugal en la contienda, allí se reunían espías y reyes y políticos exiliados de sus respectivos países. Se dice que en él se inspiró Ian Flemming -creador del personaje de James Bond- para escribir su novela Casino Royale. En el centro de Estoril se encuentra la playa de Tamariz. Está situada justo frente al Casino. En los barrios de los alrededores, Sao Pedro de Estoril y Sao Joao de Estoril, hay también sendas fortalezas frente al mar que no se pueden visitar, pero que son bonitas desde las playas. Además, son interesantes las cuevas artificiales de Alapraia, que forman una pequeña necrópolis neolítica.
Praia do Quincho, una de las playas más famosas de Portugal. Frecuentada sobre todo por surfistas y windsurfistas merece una visita por su impresionante belleza: las dunas de arena dorada destacan sobre el fondo verde de la Serra do Sintra, mientras que las vigorosas olas del océano rompen con fuerza en la orilla. A lo largo de los años otras atracciones han confirmado la vocación chic de Estoril, como los exclusivos campos de golf y el autódromo.