Entre Odeceixe y Sagres resulta difícil caer que nos encontramos en el Algarve, por las diferencias que existen entre zonas y el este y centro del Algarve. Se trata de una zona menos explorada, en la que importantes acantilados esconden playas como Amoreira, Monte Clérigo, Arrifana o Carrapateira. Algunas son como secretos por descubrir, solo accesibles por caminos escondidos. Pero la mayoría son viejas conocidas de los practicantes del Surf y bodyboard, que aquí encuentran las olas deseadas, como en la playa de Amado, escenario de pruebas internacionales de estas modalidades.

El Algarve es posiblemente la región más turística de todo Portugal. Situada al sur del país y ocupando una franja de algo más de 150 kilómetros, desde la frontera con España al este a la del oeste por el océano Atlántico, es una impresionante zona para disfrutar de la playa y la naturaleza.

Una playa en el Algarve

A pesar de que posee una interesante riqueza natural en el interior, su gran atractivo es la costa, donde se encuentran la mayor parte de las ciudades y pueblos que atraen cada año a miles de turistas.

El Algarve es la zona por excelencia de sol y playa de Portugal, y Faro es la capital, que posee un ambiente más inequívocamente portugués que las localidades más turísticas de la región.

En Faro, sus centenarias murallas albergan un maravilloso centro histórico que le sorprenderá por la belleza de sus calles adoquinadas y de los numerosos monumentales que contiene. Fuera de las murallas encontrarás también un centro urbano más moderno con amplias plazas, calles comerciales peatonales. La ciudad se encuentra cercana al majestuoso Parque Nacional de Ría Formosa. El casco histórico de Faro, conocido como Cidade Velha (Ciudad Vieja), es sin duda, el mayor atractivo de la ciudad. Entre sus preciosas calles estrechas y empedradas sus monumentos más característicos como son: la catedral o Sé da Faro, construida en el siglo XIII de estilo gótico; el Convento de Nossa Sasnhora de Assunçâ, construcción de estilo renacentista que alberga en su interior el interesante Museo Monucipal de Faro; el Arco de Vila, la entrada más bonita al casco antiguo de estilo neoclásico y origen árabe; y la iglesia barroca que alberga la Capela dos Ossos, uno de los edificios más sorprendentes de la ciudad ya que está construida con huesos de antiguos monjes.

Cercanas a Faro hay tres islas que te brindan la oportunidad de disfrutar de las mejores playas del Algarve. Estas son la Ilha de Faro, la llha Deserta y la llha de Culatra. En estas islas descubrirás unas playas muy tranquilas. Entre Faro y las playas hay también el Parque Natural de la Ría Formosa. Es un bonito parque natural cuyo icono más característico son las dunas de arena. También posee una interesante fauna y flora, entre lo hay que destacar la amplia variedad de aves migratorias así como famosos caballitos de mar.

Algarve

Albufeira es la localidad costera más conocida y turística de ella. Se trata de una ciudad con un bonito casco histórico con callejuelas estrechas y empinadas y casas blancas, además de un bello puerto marítimo. También es la población más concurrida y dinámica de esta zona portuguesa, llena de diversión y lugares de fiesta, sin olvidar sus fabulosas playas.

Albufeira es un fantástico destino de vacaciones no solo para quienes busquen playas paradisíacas y un buen clima, sino que también para aquellos que quieran admirar su belleza arquitectónica y su gastronomía. Pasear por el centro de la ciudad es una genial idea ya que se podrá apreciar el encanto de sus estrechas y empinadas calles con una arquitectura típica en color blanco. En el centro se encuentra la plaza Largo Engenheiro Duarte Pacheco, una plaza peatonal donde se pueden ver una gran variedad de árboles tropicales. En el arco moruno de la Travessa da Ingreja Velha se indica el lugar de una mezquita y de la primera iglesia de la ciudad.

Otras importantes edificaciones en el casco histórico son la Torre del Reloj, con un soporte de la campana hecho a base de hierro forjado, y el campanario de la Iglesia Matriz que data del siglo XVIII. Otro templo religioso destacable es la Iglesia de la Misericórdia, donde todavía se conserva el portal gótico, el arco y el ábside de la antigua capilla de los gobernadores locales en el siglo XV. Además, entre sus calles se encuentra una amplia variedad de comercios tradicionales, bares y restaurantes ideales tanto para adquirir productos frescos o artesanía, como para degustar los platos fuertes de la gastronomía portuguesa.

Dejando a un lado el interior de la ciudad y pasando a su potencial natural costero hay que nombrar sus playas más destacadas. Albufeira es conocida mundialmente por sus playas y sus aguas de color azul turquesa acompañadas de unos paisajes rocosos fascinantes. La playa de Gale es bonita por sus rocas y su arena, que cuenta con vigilantes y facilidades para el turismo; la playa de Castelo es posiblemente una de las más bonitas de Portugal e ideal para los amantes de los espectáculos naturales; la playa de Coelha es pequeña pero muy pintoresca al contar con un gran número de rocas; la playa de São Rafael y de Vigia son dos playas separadas por una gran formación rocosa entre medio y cerca de ellas se encuentra la de Ponte Pequena y Ninho das Andorinhas.

En la propia ciudad de Albufeira se encuentra la playa del mismo nombre, que en realidad son tres: playa de Peneco, playa de Pescadores y playa de Inatel. Finalmente, cabe destacar la playa de Falesia, kilómetros interminables de playas marcadas por el rojo de las colinas y el verde de los pinares.

Cerca de la localidad se podrán explorar varias grutas y túneles naturales, como las Grutas de Xorino. Es posible recorrer en distintas embarcaciones las cuevas y algares tan bonitos que se presentan a lo largo de esta costa portuguesa, además de pequeñas calas con un toque paradisíaco y tranquilo.

Grutas de Xorino en Albufeira.

También se podrán divisar delfines en su hábitat natural. Hay numerosas empresas que a través de un agradable paseo en barco mar adentro llevan al propio hábitat de estos animales marinos. Aquí se podrá ver de manera espontánea cómo actúan los delfines, sin ningún tipo de espectáculo como los que se realizan en los centros de cautividad. No hay que olvidar que se trata de un buen lugar para practicar deportes acuáticos como paddlesurf, snorkel o buceo.

Un viaje a Albufeira siempre es perfecto para conocer los otros rincones que guarda el Algarve portugués, como Faro, Lagos, Tavira, Praia da Rocha, Montegordo, Carvoeiro o Portimao, entre otros.

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