Los viajeros que buscan en el verano lugares en los que relajarse, refrescarse y disfrutar en la costa suelen decantarse por sitios destacados por el mar, ya sean pueblos costeros o ciudades que cuenten con playa. España, al ser una península, cuenta con infinidad de estos lugares, entre los que se encuentran destinos muy populares, pero también otros más desconocidos y menos masificados.
No solamente hay recónditas y espectaculares playas y calas en la costa de la Península Ibérica, sino que España también tiene un gran potencial en este sentido por sus islas, destacando las Islas Canarias y las Baleares. Por eso, en las siguientes líneas se ofrece una resumida selección de algunas de las playas paradisíacas que esconde la costa española para acercarse a los populares paisajes del Caribe.
Playa des Coll Baix, en Mallorca
Esta playa se encuentra entre las playas más bonitas de las Islas Baleares. Tiene un difícil acceso, a través de caminos de tierra que descienden por un acantilado cubierto de pinos y matorrales, lo que le permite estar muy poco concurrida, incluso durante el verano. Su enclave completamente natural y sus aguas transparentes le otorgan una gran similitud con las calas del Caribe.
Playa de Aramal, en Cantabria
Esta es una de las playas más bonitas que se pueden encontrar en Cantabria. Se encuentra en Pechón, perteneciente al municipio de Val de San Vicente, en la costa occidental cántabra, y para acceder a ella hay que descender un precioso acantilado. Al llegar, se ofrece al aventurero unos cien metros de arena dorada bañada por las frescas aguas del Cantábrico.
Playa de Barayo, en Asturias
También en el norte peninsular destaca este arenal. Se encuentra en la Reserva Natural de Barayo y se forma por el tramo final del río homónimo. La corriente del agua y la erosión han formado un sistema de dunas y marismas que cercan esta playa de arenas oscuras y donde se mezclan aguas dulces con saladas.
Playa de Ses Illetes, en Formentera
En las Islas Baleares resaltan las playas de Formentera, una isla completamente paradisíaca. En Ses Illetes el agua completamente transparente se entremezcla con la arena blanca pero con un ligero toque rosado. Tiene una longitud de unos 500 metros y un acceso fácil, ofreciendo en el camino para llegar a ella unas preciosas vistas.
Cala Macarelleta, en Menorca
En Menorca destaca sobre todo esta cala, que se encuentra cerca de la localidad de Ciutadella. Cala Macarelleta se caracteriza por sus aguas turquesas, su arena blanca y las paredes de rocas que la rodean, y se encuentra en el espacio protegido del Área Natural de Especial Interés de la Costa Sur de Ciutadella. A lo largo de la isla se pueden encontrar otros entrañables arenales en los que disfrutar de la tranquilidad y la naturaleza.
Playa de los Muertos, en Almería
En Almería también se pueden disfrutar algunas de las playas más paradisíacas que se pueden encontrar en la geografía española. En el término municipal de la localidad de Carboneras y en pleno Parque Natural del Cabo de Gata, se encuentra esta preciosa playa que no ofrece un acceso fácil, ya que hay que bajar por un sendero un tanto empinado. La playa tiene una longitud de 1160 metros y una anchura de 30, con una arena blanca combinada con guijarros y aguas limpias y transparentes.
Caletón Blanco, en Lanzarote
Aunque en las Islas Canarias se encuentran un gran número de playas y calas espectaculares, conviene mencionar al Caletón Blanco, en Haría, Lanzarote. Este lugar sorprende por sus aguas cristalinas, su arena blanca y sus rocas volcánicas de color negro. Esto recrea un paisaje de contrastes de colores y elementos, ofreciendo una de las imágenes más preciosas de Lanzarote. La playa tiene medio kilómetro de longitud y cuenta con charcas naturales, ideales para los más pequeños de la familia.
Playa de Aiguablava, en Girona
En la provincia de catalana de Girona se pueden encontrar otros impresionantes arenales. La Costa Brava esconde numerosos rincones en este sentido, estando varios de los más sorprendes en el término municipal de Begur. La playa de Aiguablava es una pequeña cala de aguas azules y cristalinas, y también es muy tranquila al estar resguardada por el monte Rodó. Desde ella se ofrecen unas impresionantes vistas al Cabo de Begur y ofrece un escenario perfecto para descansar al estar rodeada de vegetación.