No solo las playas del litoral son aptas para los baños veraniegos o la práctica de deportes acuáticos. España cuenta con más de mil embalses a lo largo y ancho de su geografía, muchos de ellos permiten el baño y las actividades acuáticas en sus aguas frescas y limpias. El río Genil nutre el pantano de Iznájar en Córdoba. En Badajoz se encuentra la presa más antigua de España, construida por los romanos en el siglo I. Y, Navarra, Huesca o la Meseta disfrutan de magníficas playas tierra adentro.

Iznájar en el corazón de Andalucía

Es el embalse más grande de la comunidad andaluza. Valdearenas, su playa de agua dulce, dispone de cerca de un kilómetro y medio de arena y tiene poco que envidiar a las de la hermosa costa andaluza. La Estación Náutica del Lago de Andalucía ofrece un buen número de actividades como el paddle surf, para deslizarse sobre la tabla utilizando el remo, el kayak o la vela ligera. Para los menos intrépidos es aconsejable el paseo en barco por el pantano, en una ruta guiada, o los hidropedales, para divertirse en familia.

Las rutas de senderismo y rutas fluviales son opciones para deleitarse con el magnífico entorno natural que rodea el pantano. Iznájar, el precioso pueblecito blanco cordobés que da nombre al embalse, fue bautizado por los árabes como Hisn-Ashar, castillo feliz. La fortaleza continúa erguida en lo alto de la localidad desde el siglo VIII y el ascenso ofrece fantásticos miradores.

Un embalse romano en Badajoz

Mérida tiene playa, y se encuentra a tan sólo cinco kilómetros del casco urbano. Los emeritenses la bautizaron como La Charca y sus aguas tranquilas la convierten en un lugar perfecto para los chapuzones veraniegos en agua dulce. Además, dispone de merenderos cercanos para aliviar la sed. La playa se localiza en el Embalse de Proserpina construido por los romanos durante la fundación de la famosa ciudad extremeña.

La presa ofrece una navegación relajada en barcas de recreo y es un fantástico entorno para practicar el piragüismo, incluso es posible alquilar piragua. El Embalse de Proserpina forma parte del Conjunto Arqueológico de Mérida aunque, junto con las termas de Alange y los acueductos, se encuentra en el exterior de la colonia romana.

Deportes acuáticos y aéreos en Alloz, Navarra

Las orillas del embalse de Alloz disponen de zonas de baño, camping con embarcadero, Escuela de Vela, e incluso una Escuela de Parapente que propone vuelos en paramotor o vuelos biplaza sin motor. Las aguas tranquilas, de color turquesa, del pantano de Alloz ofrecen actividades para cualquier edad y pueden recorrerse en piragua, kayak, tablas de windsurf o veleros guiados. Los veraneantes más tranquilos pueden utilizar barcas de hidropedales y gozar de un refrescante chapuzón y de un hermoso entorno verde.

Su cercanía a la preciosa localidad navarra de Estella-Lizarra, conocida en el siglo XV como “Estella la Bella”, añade un aliciente más a las vacaciones. Nunca está de más conocer el buen ambiente de un núcleo urbano repleto de casas señoriales, palacios, conventos, iglesias y puentes. Una ciudad románica con mucho que mostrar.

Playas en plena meseta

Un lugar excepcional para el avistamiento de aves como el águila real o el milano negro. Todo un jardín botánico en Ávila, con vistas a la Sierra de Gredos. Una magnífica ubicación para recorrer rutas a pie, a caballo e incluso desde el aire, en globo o parapente. Y un embalse, el de Burguillo, que ofrece playas y actividades acuáticas, también a motor. Cuenta con un puerto deportivo y sus aguas permiten la práctica del piragüismo, remo, esquí acuático, vela y buceo.

Llegar al embalse de Burguillo resulta fácil desde la población abulense de El Tiemblo. La villa es conocida por los curiosos Toros de Guisando que se encuentran a unos kilómetros de la localidad. Son esculturas realizadas en granito, datadas en el siglo III antes de Cristo, a las que se atribuían funciones mágicas. Muy cerca, en la falda del Cerro de Guisando, se localiza el Monasterio de los Jerónimos.

La magia del Pirineo oscense

El impresionante paisaje es la mejor compañía para recorrer el sendero que rodea el pantano de Lanuza. El embalse recoge caudal del río Gállego y los torrentes que descienden de las montañas. Aguas frías en un frondoso escenario natural en el que practicar deportes como windsurf, piragüismo, vela ligera y, por supuesto, el paseo en barca de pedales. A orillas del embalse aparece una hermosa playa con césped.

Al final del pantano se levanta la Peña Forata, horadada en su corazón de roca por un círculo casi perfecto. A los pies de la montaña se ubica un pueblo típico del Pirineo aragonés, Sallent de Gállego. Casas de muros macizos de piedra, blasones y tejados grises con inclinación de vértigo, y un precioso puente medieval. Un magnífico enclave en el mágico Valle de Tena.

Más información en: infoviajes.contacto@gmail.com