Curazao es una isla caribeña situada a unos 50 kilómetros de la costa de Venezuela y pertenece al grupo de las islas de Sotavento de las Antillas Menores. Es la isla más grande de las Antillas holandesas y se caracteriza por su mezcla cultural europea y africana, con una arquitectura y ambiente propio del Caribe. La playa, la naturaleza y la aventura son los valores y rasgos que atraen a los turistas a este territorio, pero en ello también influye la gastronomía, la cultura, la música y los negocios. Mundialmente es conocida por sus playas ubicadas en ensenadas y sus extensos arrecifes de coral donde la fauna marina es tan abundante que se ha determinado esta zona como una de las mejores para practicar buceo o snorkel.
El clima de la isla es subecuatorial, con sol y calor durante todo el año. La temperatura media es de 28 grados y aunque el período de lluvias se produce durante los meses de septiembre y octubre, los aguaceros se producen por las noches, dejando los días despejados. La ciudad más grande de la isla es Willemstad y su centro histórico ha sido declarado Patrimonio Arquitectónico y Cultural por la Unesco. Por eso, caminar por sus calles y disfrutar de la arquitectura típicamente colonial es una de las mejores actividades. Entre las coloridas casas que caracterizan a la ciudad destacan lugares como la Plaza Brion, el Museo Kura Hulanda, el Rif Fort en Otrobanda, el Palacio del Gobernador, el Mercado flotante, el Museo Postal o la Plaza Jojo Correa.
A Willemstad se la conoce popularmente como el “Amsterdam del Caribe” por ser una ciudad vibrante y cosmopolita, destacando su paseo marítimo, una popular zona de restaurantes y cafés. La ciudad está dividida en dos distritos situados a ambos lados de un estrecho y profundo canal. Para atravesarlo, hay que pasar por el popular e histórico puente peatonal flotante conocido como Queen Emma.
En el ámbito natural, dejando la actividad humana a un lado, destacan las paradisíacas playas que se distribuyen por todo el territorio de la isla, así como los bellísimos lugares marinos para disfrutar del buceo. Con más de 35 playas casi desiertas, se ofrecen las mejores oportunidades para disfrutar de un descanso. Los apasionados del mar encontrarán en Curazao el mejor destino por la calidez de sus aguas y la frondosa vida que en ellas se puede observar. Entre las más destacadas se podrían situar Bahía Azul, Cas Abao, Caracasbaai o Jan Thiel.
Las aguas que rodean a Curazao son unas de las mejores para disfrutar del buceo y snorkel, ya que albergan un mundo submarino diverso y extenso, en el que se pueden observar desde impresionantes especies pelágicas hasta majestuosas y extrañas criaturas, además de barcos naufragados. Existe una gran cantidad de áreas de buceo, entre las que destacan Watamula: donde habitan peces ballesta, peces loro, mantarrayas y tortugas; Superior Producer es el naufragio más popular para bucear en el Caribe holandés y se trata de un barco que reposa en posición vertical sobre quilla a unos 30 metros de profundidad; o Playa Kalki, donde los buceadores han descrito la experiencia como tener que hacerse cada vez más pequeño a medida que las formaciones de coral se van levantando y haciéndose más grandes.
El licor más conocido de la isla es el Blue Curacao. La destilería que lo produce, siendo la más famosa de la isla, es la licorera Chobolobo, en la que se puede visitar la fábrica de este licor tan consumido en esta isla caribeña. En la fábrica, además de conocer la historia de la bebida, se podrá degustar en todas sus variedades, desde la tradicional hasta la vinculada con el café y el chocolate.
La gastronomía local es otra de las joyas de Curazao. La cocina de esta isla es el resultado de la fusión de las culturas culinarias española, holandesa, africana y asiática, lo que la otorga de una gran variedad y sabor. Cobran especial importancia las carnes de cabra, cerdo y pollo, además de las verduras, los pescados y los mariscos como los camarones o las langostas. Entre sus platos típicos destacan la sopa espesa de arvejas con carne de cerdo, jamón y salchicha; la sopa de pescado y quimbombó; los fideos con verduras y carne vacuna; o el plátano o pescado frito. Entre los postres más relevantes destacan los besos de merengue y las cocadas.
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