Como madre, desde el principio he tenido claro que el deporte no solo es bueno para la salud y el desarrollo físico de mis hijos. El deporte también es bueno para su salud mental. Les enseña valores como el compañerismo, el trabajo en equipo y el esfuerzo.
En València tenemos la suerte de contar con grandes equipos y clubs en multitud de deportes y disciplinas. Mis hijos no solo practican deporte, sino que también son aficionados al València Basket, en concreto al femenino.
Siempre que podemos y la agenda nos lo permite, vamos a la Fonteta a disfrutar de los partidos del primer equipo. Es por eso que he decidido dedicar mi artículo a poner en valor el gran trabajo y la magnífica labor de las jugadoras y el equipo técnico del València Basket femenino.
Para quien no lo sepa, decir que estas profesionales han conseguido este año lo que parecía imposible solo unos años atras: un triplete. Liga, Copa de la Reina y Supercopa. Lo han ganado todo, y yo quiero expresarles mi agradecimiento y mi admiración públicamente, primero como aficionada, después como valenciana y finalmente, como madre y mujer.
Como aficionada, porque ha sido solo hace unos años que empecé a ir a verlas jugar y con el tiempo, su forma de juego, su calidad y su compromiso, me han convertido en toda una forofa. Al principio iba fundamentalmente por mis hijos y tenía dudas de si el baloncesto conseguiría engancharme a mí, que no lo he practicado nunca. Ahora lo tengo claro.
Lo que hemos visto esta temporada desde la butaca en la Fonteta ha sido baloncesto de primer nivel, un auténtico espectáculo. Estas mujeres han conseguido enamorarme, y me consta que no soy la única, pues cada vez son más los aficionados y aficionadas que llenan las gradas del estadio.
Como valenciana, les doy las gracias por llevar el nombre de nuestra ciudad a lo más alto. Estas guerreras han hecho historia, esta temporada será recordada en València, en España y en Europa, cuando en el futuro se analicen los grandes momentos y logros del básquet femenino, y gracias a ellas, en esa historia con mayúsculas, estará ya para siempre el nombre de València.
Y finalmente, quiero darles las gracias como madre y como mujer. El domingo pasado, en la final de la Fonteta, cuando acabó el partido y se desató la euforia por el triunfo, mi hijo mayor estaba entusiasmado.
A sus 9 años, era la primera vez que vivía algo así, pude ver la felicidad en sus ojos, la alegría en su sonrisa. Mi hijo me miró y me dijo:
-Mamá, de mayor quiero ser tan bueno como Cristina Ouviña.
Me quedé de piedra. No es común, no es nada común que un chico de su edad tenga como referente público, como heroína, a una mujer. Estas tías están cambiando muchas cosas, pensé. Me emocioné. Qué orgullo, chicas. Con vuestro triunfo ganamos como sociedad, en muchos sentidos. Gracias.
Papi Robles es la portavoz de Compromís en el Ayuntamiento de Valencia