La Comunitat Valenciana cuenta con un auténtico paraíso para la práctica del snorkel. Empieza en la Cala Mundina de Alcossebre, la que ilustra este artículo, y se prolonga hasta la Platja d'Ull de Bou de Peñíscola.
Se trata de más de ocho kilómetros de playas vírgenes declaradas en 2002 como el Parque Natural y Reserva Marina de la Serra d'Irta. Aquella declaración, de la que se cumplieron 22 años el 16 de julio, ha tenido beneficiosas consecuencias para la fauna y la vegetación marina en este entorno poco masificado de aguas claras.
Es un vasto territorio de calas y playas entre Peníscola y Alcossebre, abrazadas por el verde de los pinos, donde no está permitida la pesca con embarcación, submarina ni con caña cuando la profundidad es inferior a 20 metros, según la información proporcionada por la Generalitat Valenciana en la web oficial del parque natural.
Tampoco es legal el marisqueo. E incluso está vetado en esta área marina, de 941 hectáreas adyacentes a la costa, la práctica de deportes náuticos con embarcaciones de motor. Los barcos recreativos tan solo pueden fondear en cuatro puntos habilitados en la reserva marina.
La consecuencia de esta protección resulta evidente para los aficionados al buceo. Los peces mediterráneos se encuentran en abundancia y son de un tamaño sensiblemente mayor al de una playa convencional.
Y lo más importante para contemplarlos: su temor a los humanos es muy inferior. Son peces que no han visto un arpón en su vida.
Morenas y pulpos
Obladas, sargos, mojarras, doradas o corvinas nadan en cuantiosas poblaciones. Son recomendables las aletas, y no demasiado pequeñas, para poder realizar con facilidad breves inmersiones en las que contemplar las densas poblaciones que se esconden bajo las rocas.
Con relativa facilidad también se divisan meros y morenas. Y, con la suficiente atención, pulpos y escórporas, los reyes mediterráneos del camuflaje.
Los menos hábiles en las inmersiones podrán divisar igualmente el amarillo resplandeciente de las salpas, alimentándose en la superficie de las rocas. También los bancos itinerantes de lubinas o lisas, e incluso alguna imponente barracuda.
Unas buenas gafas de bucear y las mencionadas aletas son equipaje suficiente para disfrutar del paisaje submarino de la Serra d'Irta.
No obstante, el neopreno es recomendable si se desea pasar un largo periodo a remojo, porque se trata de una de las zonas de España donde más fuentes de agua dulce desembocan en el mar. La fría sorpresa al toparse con una resulta también toda una experiencia.
Los mejores lugares para disfrutar del snorkel son las pequeñas calas de roca no señaladas en los mapas oficiales. Es de especial interés submarino el tramo que transcurre desde la Cala Argilaga hacia el norte, pues se trata de un tramo en el que la carretera se separa de la primera línea de playa.
El acceso en coche a esta zona no está permitido. Lo ideal es aparcar el coche en los aparcamientos habilitados, calzarse unas buenas zapatillas, y realizar un breve trayecto a pie hacia el norte hasta encontrar el lugar deseado.
Más allá del paisaje subacuático, los asistentes disfrutarán de un entorno virgen y tranquilo muy poco habitual en la costa mediterránea durante el verano. Incluso durante el mes de agosto, con la suficiente paciencia, el visitante puede encontrar un espacio en el que disfrutar en soledad del encanto de la Serra d'Irta.