En medio de la tranquilidad de la huerta valenciana se alza una antigua alquería del siglo XIX que hace once años se reconvirtió en horchatería. Casi aparece "de la nada" como una especie de "oasis" entre campos cultivados que la convierten, al mismo tiempo, en un emplazamiento singular donde disfrutar de una tarde de verano.
Aunque quienes se topan con ella no es por casualidad. La recomendación de tomar una horchata al lado del campo al más puro estilo costumbrista ha llegado lejos. El aparcamiento se queda pequeño a hora punta de la tarde y una retahíla de coches estacionan como pueden en el camino por el que se accede, conocido como la vía verde de Xurra.
Se encuentra en la localidad valenciana de Alboraya, a tan solo 12-15 minutos del centro de Valencia, en el municipio que es considerado el templo de la horchata. Las ganas y el empeño de sus dueños, Vicenta Bertomeu y Vicente Alonso, hizo que se conservara esta edificación y se diera "larga vida" al legado de sus antepasados.
Cada semana, Vicente carga sus 60 sacos de chufa que han sido cultivados en los campos contiguos a la alquería. Los tubérculos se trasladan directos a la cocina y a las manos de quienes preparan la bebida refrescante, que es 100% artesanal, y por excelencia, valenciana.
La Horchatería Vida nació el 23 de febrero de 2013 con la ilusión de crear y extender el negocio familiar del campo a la mesa.
Lejos de pensar que este establecimiento no tiene historia, lo cierto es que uno de sus principales valores es la casa que ahora le da vida: una antigua alquería que data del año 1180 y en la que ya vivían los abuelos de Vicente y Vicenta, los dueños actuales de este entrañable negocio familiar.
En su carta ofrecen horchata líquida, mixta o granizada, limón granizado y fartones artesanos, entre muchas otras cosas. Vicenta también elabora cocas caseras de naranja, calabaza o incluso también de horchata.
La horchatería cuenta con una amplia zona con césped y bancos, un parque infantil con casita y tobogán, y una pequeña granja en la que hay conejos, gallinas, patos, ocas y hasta pavos reales que fascinan a los más pequeños. Asimismo, sus propietarios venden cada día las verduras directamente recolectadas de su huerto.
La cuna de la horchata
La horchata de chufa es una bebida refrescante originaria de Alboraya (Valencia). Se prepara preparada con agua, azúcar y chufas mojadas (o molidas), además de ingredientes que potencian su sabor, como la canela y la piel o cáscara de un limón.
Las chufas son unos pequeños tubérculos con forma de nudos que proceden de las raíces de la juncia avellanada, llamada así por la forma de su fruto, parecido a la avellana.
La chufa fue usada en el antiguo Egipto, hace más de 3.000 años, pues se hallaron vasos que contenían este tubérculo como parte del ajuar funerario de los faraones.
Asimismo, autores persas y árabes de la antigüedad mencionan los beneficios digestivos y desinfectantes de la chufa, que se utilizaba entonces como bebida medicinal por considerarse "energética y diurética".
La primera receta de horchata que se conoce con ese nombre data del 1748 y estaba hecha de almendras, pepitas de melón y piñones. Información que apareció en el dietario de Ignacio Gilabert Soler, ciudadano de Valencia.
Pero la primera mención de horchata de chufa (mucho más económica y asequible para el pueblo que la almendra) data de 1762, en el tratado Flora española o Historia de las plantas que se crían en España de Joseph Quer.
"Superalimento"
La elaboración de la horchata comienza con el lavado del tubérculo. Después, se pasa a un molino para su trituración, se deja un tiempo en maceración, se prensa varias veces y se obtiene el extracto final. Para finalizar el proceso se le añade azúcar y se vuelve a tamizar.
La chufa está considerada como un "superalimento", debido a sus propiedades nutricionales; rica en minerales como el fósforo, el magnesio, el potasio, el calcio y el hierro, grasas insaturadas y proteínas. También es fuente de nutrientes entre las que destacan las vitaminas C y E.
En la actualidad, es un producto con denominación de origen que se cultiva en 16 pueblos de la comarca valenciana de L'Horta Nord. Por sus características climáticas se convierte en la única zona de España donde se cultiva este tubérculo y hace que la planta tenga un sabor característico, dulce e intenso.