Ford Europa trasladó este miércoles al comité de empresa de Ford Almussafes que, en un plazo de alrededor de dos meses, podrá precisar el volumen de fabricación que tendrá el nuevo coche híbrido que va a asignar a la planta española.
Hasta entonces, y por ese periodo, será necesario un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) con el que compensar el excedente de trabajadores, que será de alrededor de mil empleados desde la semana cuando cese la producción de la furgoneta Connect y solo ensamblará el Kuga.
Así lo comunicó UGT, sindicato mayoritario de la planta, tras mantener este miércoles una reunión en Colonia con los directivos de Ford Europa.
UGT subrayó que la decisión por parte de la dirección a nivel mundial de incorporar un nuevo vehículo a la gama europea producido en Almussafes "va a permitir tener márgenes suficientes para buscar las soluciones idóneas hasta la fecha del lanzamiento de dicho vehículo, que a día de hoy todavía está por concretar".
Sin embargo, para superar el largo lapso temporal hasta que este nuevo coche sea producido, "será del todo necesario implicar a las diferentes administraciones y gobiernos con el fin de activar el mecanismo RED llegado el momento", según subrayó el sindicato.
Se trata del mayor reto que enfrenta la compañía. Según precisaron a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras del nuevo encargo de Ford a Almussafes, la previsión más optimista es que el nuevo coche híbrido empiece a producirse en la planta española a partir del año 2026.
Transcurrirán al menos dos años hasta que el primer vehículo de este nuevo encargo salga por la puerta de la fábrica camino del mercado, y en este largo periodo la industria valenciana sufrirá un excedente de personal de más del 20% (cerca de mil de sus 4.800 trabajadores).
Esto se debe a que se trata de un coche "completamente nuevo", como precisó la multinacional. Es, en consecuencia, un coche que requiere todavía de un análisis de mercado para determinar qué demandan los consumidores, la elección, el diseño y la adecuación de las instalaciones valencianas para su producción.
El escenario es similar al de verano de 2022, cuando Ford eligió Almussafes para producir dos coches eléctricos que estaban por determinar y que, finalmente, ni siquiera ha optado todavía por producir debido al escaso tirón que tienen todavía los vehículos 100% eléctricos.
UGT solicitó a la compañía la adjudicación de un coche híbrido de transición para mantener la carga de trabajo mientras la firma norteamericana se decide a fabricar coches eléctricos.
Así ha ocurrido, pero, además de ser inferior el nuevo encargo, de un solo coche, el escenario es más complicado que en 2022, cuando Ford Almussafes ensamblaba cinco coches (Kuga, Connect, Mondeo, S-Max y Galaxy) y había suficiente margen para hacer la transición a la nueva producción sin que se destruyera empleo.
Solo un coche
Con la gran excepción del Kuga, que es uno de los modelos más vendidos de Ford y que acaba de ser rediseñado para aguantar al menos otros tres años en los concesionarios, Ford Almussafes ha ido perdiendo todos los demás modelos. El último será la furgoneta Connect, que dejará de producirse por completo el próximo 17 de abril.
Cabe recordar que Ford Almussafes se encuentra actualmente con un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) activo que afecta a 700 empleados al día. Esta cifra se puede elevar hasta el millar con la marcha de la furgoneta Connect, aunque también se espera que se reduzca levemente cuando el nuevo Kuga se venda con más brío.
Por ello resultará imprescindible la planificación de un nuevo ERTE tras el temporal ahora anunciado de dos meses o, en un escenario más drástico, que se efectúen nuevos despidos. La opción de las salidas masivas se antoja más complicada por el elevado coste económico y social para una empresa que acordó un gran ERE de 1.124 empleados hace solo un año.