
Pepa y Lara en Pepina Pastel.
Pepa y Lara, madre e hija, al frente de la pastelería que arrasa en Valencia: "El proyecto es libre y loco, como nosotras"
Esta empresa nació en 2019 en el seno de una familia "humilde" y "sin financiación externa".
Más información: Ni azúcar ni leche, el truco de la abuela valenciana para que las torrijas queden súper jugosas: quedarán irresistibles
Una "idea loca", junto a una madre y una hija con ganas de exprimir la vida al máximo, hizo que naciera Pepina Pastel.
La idea fue sencilla. Como ocurre en muchas familias, los hijos piensan que la cocina de las madres es la mejor. Y esto es lo que pensaba Lara de Pepa, su madre.
Todo sucedió de la manera más casual posible. En abril de 2019, Pepa preparó tartas para los invitados a un cumpleaños familiar, y más de 40 personas se enamoraron de sus postres. Ahí se encendió la bombilla.
Pocos meses después, Lara consiguió convencer a Pepa para lanzarse a la piscina, y en septiembre nació Pepina Pastel.
Ahora, seis años después, Lara ve desde otra perspectiva su proyecto: "Siento que Pepina se ha convertido en todas las ideas locas que yo tenía en la cabeza".
"He podido materializar toda mi felicidad junto a la capacidad y creatividad de mi madre", destaca la CEO de la marca.
La sinergia entre madre e hija es lo que les ha permitido llegar desde Valencia hasta toda la península, y que miles de clientes puedan disfrutar de las creaciones de Pepina Paste. "Me da la sensación de que Pepina es mi madre y yo un match perfecto", afirma Lara.
"Soy una persona bastante creativa, con ideas muy locas, y este proyecto me ha permitido desarrollar toda esa locura", explica la creadora de esta pastelería.
Pero no existiría Pepina sin alguien que crease los productos. "A mi madre siempre se le ha dado bien la repostería", añade Lara, "ella desarrollando el producto y yo comunicando hace que seamos el equipo perfecto".

Tarta Pepichurros.
"Pepina tiene mucha personalidad. La veo tan segura, tan libre, tan loca, que muchas veces la miro y me veo a mí", confiesa Lara. Y añade: "Pepina es el mejor regalo que me ha hecho la vida a día de hoy".
No todo ha sido un camino de rosas. Lara recuerda perfectamente sus inicios: "Venimos de una familia muy humilde, no teníamos un colchón económico que nos respaldara el proyecto".
A pesar de ello, confiesa que "la trayectoria ha sido muy divertida, aunque con momentos duros y el cinturón apretado". Así, se muestra orgullosa porque "todo se ha construido con financiación propia, sin nada externo".
Además, destaca Lara el gran equipo de trabajadores que Pepa y ella tienen al lado: "Están todos muy implicados".
Entre ellos, recuerda a Eva, quien le lleva la parte financiera en la empresa: "Entré con unos números terribles y ella sanó la empresa de arriba a abajo. A día de hoy está muy implicada en el negocio".
El otro pilar fundamental de Pepina Pastel son sus clientes. Para Lara, además de ser "una comunidad", para ella "lo son todo". "Tengo muchísima relación con los clientes, me he hecho amiga de ellos", añade.
Tradición e innovación
Tartas y dulces de todo tipo caracterizan a Pepina Pastel. Pero ellas van más allá de las típicas combinaciones, y arriesgan con propuestas innovadoras.
Cuenta Lara cómo ella es "una persona súper inquieta". Esto, combinado con lo "tradicional" que es su madre, han conseguido llegar a horizontes donde han creado "productos súper locos". "Sin innovación no hay Pepina", afirma.

Pepibunyol.
En conclusión, se trata de una firma de pastelería "tradicional, de pueblo y con un toque de innovación". Sobre todo, Lara destaca que se trata de "producto de calidad" con mano de obra "100% artesanal".
Entre sus productos estrella actuales se encuentran la tarta 'Pepichurro' y el 'Pepibunyol'. Ambos, productos perfectos para Fallas, que combinan lo tradicional del chocolate, los churros y los buñuelos de las fiestas con un 'pepitoque'.