María José Catalá durante la firma del gobierno de coalición con Vox. Eduardo Manzana / EP

María José Catalá durante la firma del gobierno de coalición con Vox. Eduardo Manzana / EP

Valencia

Catalá se prepara para sacar a Vox de su gobierno en Valencia: pactará medida a medida y prorrogará presupuestos

La alcaldesa se enfrenta a un gobierno en minoría y ya estudia todos los escenarios posibles tras la salida de los dos concejales de Vox. 

Más información: PSPV y Compromís descartan una moción de censura a Catalá en Valencia por la dificultad de que salga adelante

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La abrupta salida de Vox de la concejal, Cecilia Herrero, así como la inhabilitación del que es su pareja sentimental y exportavoz del partido en Valencia, Juanma Badenas, ha puesto patas arriba el Ayuntamiento de Valencia. 

Ninguno de los dos ediles ha expresado abiertamente que su intención es retener el acta a pesar de que ya no representan a la formación de Santiago Abascal, pero tampoco han manifestado lo contrario.

Los dos, tanto Badenas como Herrero, han amenazado con no ponérselo fácil a la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, a partir de ahora. Más aún teniendo en cuenta que Herrero dejará de formar parte de su gobierno en el corto plazo y Badenas ya no lo es.

La exedil de Vox, preguntada sobre si seguiría garantizando su apoyo al ejecutivo municipal como hasta ahora, advirtió que la "aritmética es la que es" y no descartó ningún escenario: apoyarlo en ocasiones, y ponérselo difícil en otras. 

Lo cierto es que con la salida de ambos, a Catalá se le queda un gobierno en minoría configurado por sus 13 concejales del PP y 2 de Vox, José Gosálbez y Mónica Gil. A dos votos de la cómoda mayoría (17), ya que el Ayuntamiento de Valencia lo integran 33 representantes. 

La aritmética, es cierto, es clara. Y por eso mismo la alcaldesa minutos después de conocer el movimiento y las intenciones de los 'ex' de Vox ya dejó caer el que previsiblemente será su plan inmediato: gobernar en solitario. 

Si con los dos concejales de Vox que se mantienen en la disciplina de voto de su partido -Gosálbez y Gil- no es suficiente para armar una mayoría en el hemiciclo municipal que le garantice la gobernabilidad, ¿para qué mantener un ejecutivo de coalición?

Así, la propia Catalá avanzó este lunes que en la corporación local ya analizan todos los escenarios y advirtió: "Yo aquí empecé gobernando en solitario en el Ayuntamiento de Valencia".

Catalá observa al concejal de Vox, José Gosálbez. EE

Catalá observa al concejal de Vox, José Gosálbez. EE

Vox, conviene recordar, no prestó sus apoyos para investirla alcaldesa, tan solo se abstuvo. El gobierno de coalición se configuró más tarde, en octubre de 2023, cinco meses después de que Catalá obtuviera la vara de mando.   

La siguiente cuestión que se plantea, por tanto, es si está la gobernabilidad en el consistorio totalmente comprometida, o no. Y la respuesta, tanto si se le pregunta al gobierno como si se observa a los primeros movimientos de la oposición, es la misma: no. 

Tanto Compromís como PSPV destacaron este luenes la imposibilidad de plantear una moción de censura a Catalá en las condiciones actuales. Ninguno tiene ganas de negociar con los tránsfugas, más aún teniendo en cuenta que provienen de Vox y han subrayado en numerosas ocasiones su cordón sanitario. 

En el entorno de Catalá, recalcan que en estos momentos ya tienen aprobados los presupuestos, lo que garantiza al PP poder ejecutar durante este ejercicio las medidas de gestión que tuvieran previstas. Es decir, que la negociación más trascendental, ya está superada. 

¿Y qué ocurre con las cuentas de 2026 y 2027? Aunque no sería el escenario deseable, insisten en que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está gobernando actualmente con los Presupuestos Generales del Estado prorrogados. 

"¿Cuál es el peor de los casos? ¿Que debamos prorrogar unos presupuestos que contemplan una rebaja de impuestos de 70 millones de euros?", comentan en relación a las cuentas de 2025, sobre las que Catalá ha presumido reiteradamente. 

Juanma Badenas a su salida del consistorio la semana pasada. Jorge Gil / EP

Juanma Badenas a su salida del consistorio la semana pasada. Jorge Gil / EP

Pacto a pacto

La salida de Vox del gobierno y tener que pilotar el consistorio en solitario, traería otra consecuencia colateral: tener que negociar cada medida que quisieran sacar adelante de una en una.

Eso obligaría irremediablemente a escoger las batallas a librar. De nuevo, como está haciendo Sánchez. Mociones, declaraciones, pero también planeamientos urbanísticos o medidas que quieran adoptarse desde la concejalía de Hacienda. 

El problema principal radica en aquellas que deben validarse por mayoría absoluta (17 apoyos). La Ley de Bases de Régimen Local regula cuáles son las materias que requerirían de esta suma. 

Entre ellas, cuestiones que no suelen ponerse encima de la mesa con frecuencia, como: cambios en la delimitación del término municipal, en el nombre de la localidad, modificación de la bandera o escudo de la ciudad, o creación de mancomunidades. 

Pero también otras que sí que son relevantes, y mucho, para el gobierno de una ciudad: los planes urbanísticos y el uso de las partidas presupuestarias que Hacienda tiene proyectadas sobre cuestiones urbanísticas

Así, la normativa recoge que requerirá mayoría absoluta "la tramitación de los instrumentos de planeamiento general previstos en la legislación urbanística" o la "alteración jurídica de bienes demaniales o comunales". 

También las "operaciones financieras o de crédito y concesiones de quitas cuando su importe supere el 10% de los recursos ordinarios de su presupuesto" o la "enajenación de bienes, cuando su cuantía exceda del 20%" de las cuentas municipales. 

Es decir, que las áreas de Urbanismo y Hacienda serían las más comprometidas en caso de un gobierno en minoría. Por lo pronto, en el entorno de la alcaldesa insisten en que todos los escenarios son posibles, pero la idea de un gobierno monocolor, ya está sobre la mesa.