
Imagen de un pleno del Gobierno valenciano. Rober Solsona / Europa Press
Inmigración, políticas verdes y lengua: las condiciones de Vox para apoyar los 'presupuestos dana' de Mazón
Las negociaciones entre el Palau de la Generalitat y la dirección nacional voxista no desencallan todavía las cuentas, sin plazo concreto de presentación.
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La presentación de los Presupuestos de la Generalitat -los Presupuestos dana- acumula ya varias semanas de retraso y no hay plazo concreto para que se den a conocer. El motivo es que el PP y Vox se encuentran en plenas negociaciones con una interlocución al más alto nivel.
Vox tiene condiciones que al PP le cuesta aceptar y las conversaciones todavía no han logrado desencallar las cuentas. Tres son los ejes centrales de exigencias por parte de los voxistas, según ha podido saber EL ESPAÑOL: inmigración, las políticas inspiradas en el Pacto Verde Europeo y la lengua.
Se trata de asuntos -sobre todo la inmigración y las políticas verdes- en los que Vox centra su discurso a nivel nacional y de los que ahora dependen los presupuestos de la Comunitat Valenciana.
Especialmente en el primero, el PP de Alberto Núñez Feijóo ha decidido endurecer el choque con Vox en pleno auge de la ultraderecha favorable a Donald Trump. Una manera de intentar que no sigan capitalizando la batalla contra la inmigración ilegal.
Mientras, la formación de Santiago Abascal puso como condición para los acuerdos de presupuestos autonómicos con los populares que dejen de apoyar en Bruselas, junto al PSOE, pactos como el de la economía verde o el de inmigración.
Y en ese contexto político de distancia a nivel nacional es en el que el PP y Vox se encuentran negociando los presupuestos de la Generalitat. Una interlocución en la que no existen, por tanto, dos bandas sino cuatro: las respectivas direcciones nacionales y autonómicas de ambos partidos.
El diálogo está siendo discreto y no trasciende demasiada concreción de los tira y afloja. Algunas fuentes apuntan a que, dentro de la materia de inmigración, uno de los puntos de conflicto son las ayudas de Cooperación al Desarrollo, que Vox quiere eliminar, y todo lo relacionado con la Agenda 2030.
Otro punto de fricción es el Pacto Verde Europeo. Vox siempre lo ha criticado en la Comunitat Valenciana, especialmente desde la vicepresidencia que dirigía Vicente Barrera y desde la Conselleria de Agricultura que lideraba José Luis Aguirre.
A todo ello se le une la lengua. Según algunas fuentes, Vox quiere lograr, entre otras cuestiones, un recorte de las subvenciones públicas a determinadas entidades que no son de su agrado y que considera pancatalanistas.

Carlos Mazón y José María Llanos, portavoz de Vox en Las Cortes Valencianas. José Cuéllar / Corts
En este momento, las conversaciones del PP se centralizan en el Palau de la Generalitat y en el propio Carlos Mazón. En cuanto a Vox, se lleva todo desde Madrid. Concretamente, por parte de la Vicesecretaria Nacional de Acción de Gobierno, Montserrat Lluis.
Los voxistas aprietan las tuercas a Mazón, que pasa por un momento de gran debilidad debido a la gestión política de la dana. Su secretario general, Ignacio Garriga, aseguró el miércoles que el apoyo a los presupuestos "tiene unos condicionantes que serán fundamentales para que siga el señor (Carlos) Mazón".
No se tratan de unas cuentas al uso, por lo que su importancia trasciende cualquier escenario habitual de pacto. Para empezar, se trata de las de la reconstrucción tras la dana y resultan fundamentales para la gestión del PP.
Además, los únicos presupuestos aprobados hasta la fecha son los de 2024, cuando Vox y el PP acababan de entrar en el Gobierno autonómico -y, por tanto, previos a la ruptura-.
Pero no solo eso. Que se les dé luz verde es un hito especialmente relevante a nivel político para Carlos Mazón en un momento muy complicado.
La continuidad
Con una legislatura condicionada absolutamente a la tragedia del pasado octubre, el nivel de dificultad para la continuidad del Gobierno depende de las cuentas. Si no salieran, la duración de la legislatura quedaría en el aire y aparecería el fantasma de las elecciones anticipadas.
Aunque la realidad es que no es el único factor. Con la incógnita de cuánto durará Mazón como presidente de la Generalitat -por ahora solo se habla de aguantar-, los presupuestos suponen un punto de inflexión en cualquier sentido: desde un logro para continuar un tiempo hasta un logro para decir adiós -si es que se da este escenario- con un tanto anotado.
Sin duda, un examen que decidiría el futuro más inmediato del líder autonómico. Y debido a su trascendencia, por primera vez las cuentas se están negociando antes de presentarlas al Parlamento autonómico.
El orden, por regla general, es a la inversa: primero el ejecutivo presenta los presupuestos y, a continuación, negocia con la oposición para tratar de garantizarse los apoyos necesarios y obtener luz verde. No es así esta vez.
De hecho, a estas negociaciones se sumarán más adelante otras: las de la propia tramitación en el Parlamento, con las enmiendas; y la de la Ley de Medidas Fiscales -más comúnmente conocida como Ley de Acompañamiento.
Se trata de una suerte de 'decreto ómnibus'- en la que los 'voxistas' también quieren dejar su impronta y poder vender a su electorado ciertos logros.

Santiago Abascal, en el Congreso. Eduardo Parra / Europa Press
No sería de extrañar que, por ejemplo, aprovecharan el trámite parlamentario para tratar de modificar aspectos de leyes que no comparten, como la Ley de Igualdad o la Ley Trans impulsada en su día por la Conselleria de Igualdad de Mónica Oltra y aprobada por el Gobierno valenciano de Ximo Puig en 2017.
En Vox son conscientes de que su apoyo es necesario. No en vano, la secretaria general del PSPV, Diana Morant, avanzó tiempo después de la tragedia que los socialistas cederían sus votos para sacar adelante el presupuesto dana. Pero tiempo después reculó y dejó el apoyo en el aire.
La intención de los voxistas, según aseguran fuentes de la formación, es que haya presupuestos. Y más en un contexto como el actual. Pero resulta evidente que también quieren explotar su posición de fuerza.
El periplo, en calendario
En medio de este escenario, los plazos cobran una relevancia trascendental. Si las cuentas no se presentan antes de Fallas, el calendario se complica sobremanera y quedaría en el aire que pudieran ser aprobadas antes de las vacaciones de verano y, por tanto, del Debate de Política General de la Comunitat.
Desde que se presentan los presupuestos en Les Corts, el proyecto de ley debe ser publicado en el Boletín Oficial de la Comunitat Valenciana (BOCV). A partir de ahí, debería celebrarse una reunión de la Mesa y una Junta de Portavoces para ordenar la comparencia de los consellers.
Una vez explicaran las partidas de sus departamentos para el próximo ejercicio, se abriría un plazo para registrar enmiendas a la totalidad y celebrarse su correspondiente debate. A continuación, llegaría el trámite de las enmiendas parciales, debate en comisión, votación y, finalmente, celebración del pleno final.
Todo un periplo parlamentario que no podría desarrollarse en menos de mes y medio, sin festivos de por medio. Pero además, en este caso los festivos de Fallas, Magdalena y Semana Santa se sitúan en el centro del calendario y bloquean por completo la actividad de la Cámara.
Actividad que, de hecho, ya se encuentra paralizada a la espera, precisamente, de los presupuestos.