Las familias de los tres desaparecidos en la dana pueden pedir desde hoy que consten como fallecidos

Es miércoles 29 de enero. Se cumplen tres meses de la mayor catástrofe natural del siglo que arrasó la zona sur de la ciudad de Valencia. De las 232 víctimas mortales confirmadas, 224 pertenecen a la Comunitat Valenciana, según precisan los datos oficiales. 

Pero aún hoy, tres meses después, tres personas siguen en paradero desconocido. Transcurrido este periodo de tiempo, las familias de Elisabet Gil Martínez, Francisco Ruiz Martínez y José Javier Vicent Fas pueden pedir que se declare su fallecimiento y poder recibir así las ayudas que otorga el Gobierno.

El importe total abonado que se ha destinado en concepto de defunción es de 4.824.000 euros a 62 familias. El departamento para paliar las consecuencias de la dana que dirige el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, asignó 72.000 euros por unidad familiar. 

Arte EE

El mapa de los 221 muertos identificados un mes después de la DANA: el agua mató a ciudadanos en 28 municipios

Los allegados de Elisabet, Francisco y José Javier podrían recibir a partir de este miércoles la cuantía de esta ayuda si se determina su fallecimiento. El Código Civil recoge en sus artículos 193 y 194 el plazo en el que se puede realizar esta solicitud.

Por norma general, se declarará al ausente como fallecido transcurridos los diez años desde las últimas noticias habidas, o a falta de estas, desde su desaparición. Serán pasados los cinco años si al expirar dicho plazo la persona hubiere cumplido 75 años.

Pasado el año, contado de fecha a fecha, en el supuesto de "riesgo inminente de muerte por causa de violencia contra la vida". Pero en caso de "siniestro"-como se considera la riada del pasado 29 de octubre- este plazo se reducirá a los tres meses.

Esto es justo lo que sucede con las tres personas desaparecidas desde la dana. A partir de este miércoles sus familiares podrán pedir que consten como "fallecidos".

El tiempo de solicitud también es de tres meses en caso de naufragio o desaparición por inmersión en el mar; así como por haber estado a bordo de una aeronave siniestrada y que no se hayan tenido noticias de los ausentes.

Tres vidas

Elisabet Gil Martínez, de 38 años, viajaba con su madre, Elvira, en un Ford negro por Cheste cuando les sorprendió la riada. Ambas se dirigían al hotel La Carreta, pero nunca llegaron. Días después, el cuerpo sin vida de Elvira fue hallado, pero todavía sigue sin haber rastro de Elisabet.

Cámaras de vigilancia, datos de rastreo y batidas organizadas extendieron el área de búsqueda hasta Quart de Poblet, a 24 kilómetros de Cheste. No se encontró nada.

Cada día que pasa parece añadir más peso al dolor de su familia, tal y como relató EL ESPAÑOL. "Es desesperante", dijo un primo de Elisabet. "No puedes dejar de buscar, pero tampoco puedes seguir viviendo normalmente. Todo se detiene hasta que sabes algo".

Mapa de los municipios que han notificado fallecidos por la dana en Valencia Arte EE

La historia de Francisco Ruiz Martínez, de 64 años, fue contada varias veces en medios de comunicación por lo deslumbrante que fue el suceso. Ruiz estaba en el polígono de Montserrat con sus dos nietos cuando la dana los alcanzó.

La riada, provocada por el desbordamiento del río Magro, arrastró su coche. Con rapidez, rompió las ventanas para salvar a los pequeños y los subió al techo del vehículo. Su acto heroico salvó sus vidas, pero él no tuvo tiempo de ponerse a salvo y fue arrastrado ante la mirada de los menores.

Su hijo Samuel recuerda la llamada angustiante que recibió ese día: "Mi padre siempre ponía a los demás antes que a él. Es lo que hizo con mis sobrinos. Pero no puedo evitar preguntarme si hubo un momento, un solo instante, en que supo que no iba a salir de allí".

José Javier Vicent Fas, de 56 años, es el tercer desaparecido, vecino de Valencia capital. El día de la riada se encontraba pasando el día con su hija Susana, de 30 años y con síndrome de Down, en la casa de campo que tienen en Pedralba. El cadáver de la joven se halló el 8 de noviembre en El Saler, a unos 50 kilómetros, pero no se ha encontrado el del padre.