Julián García, el héroe del incendio de Valencia que ascendió hasta los pisos en llamas del edificio para alertar a los vecinos, trabajó durante muchísimos años en precario. Su empresa, una subcontrata llamada EL Rayo del Amanecer, le negaba el sueldo de conserje y le pagaba como personal de limpieza, tanto a él como a otro empleado nocturno que denunció a la firma, según revelan las actas de las juntas de vecinos a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
Los propietarios, a través de su administrador de fincas Loradmi, intentaron en varias ocasiones que Julián y su compañero accedieran a la remuneración correspondiente a sus funciones. No lo lograron hasta que prescindieron de esta firma de servicios y recurrieron a Eulen, que se subrogó al trabajador.
Las actas de las juntas de vecinos más recientes incluyen una pormenorizada cronología del tira y afloja entre la mercantil y los vecinos para sobre el incremento salarial del héroe del incendio de Campanar, que apenas llevaba unos meses bien remunerado. Su actuación fue crucial para salvar decenas de vidas. Hubo diez muertes en un complejo de alrededor de 450 vecinos.
Según detallan los documentos consultados, el 26 de diciembre 2019 se llevó al orden del día de la junta el siguiente asunto: "Aprobación de alguna de las propuestas presentadas en la Junta General Ordinaria de 16 de diciembre de 2019 sobre el servicio de conserjería diurno, con aplicación del convenio de empleados de fincas urbanas de Valencia y Castellón".
Todo ello "ante la retirada por parte de El Rayo del Amanecer del presupuesto aprobado en la última Junta por no estar dispuestos a aplicar el citado convenio colectivo".
"La gerente de la empresa El Rayo del Amanecer, presente en la citada reunión, manifestó a los presentes que su decisión viene justificada por los argumentos jurídicos que le ha aportado el letrado de su empresa", detalla el escrito.
"Defiende totalmente que su empresa no tiene la obligación de aplicar el Convenio de Empleados de Fincas Urbanas y, en consecuencia, han de seguir aplicando a los trabajadores que prestan los servicios de controladores y ordenanzas en la Comunidad el Convenio Colectivo Provincial de Valencia para Limpieza de Edificios y Locales", agrega.
La empresa, según el escrito consultado de los vecinos, reconocía sin pudor su voluntad de mantener a los profesionales como empleados de limpieza y no como conserjes. "Argumentan que el objeto social de su empresa es principalmente el de limpieza y, por este motivo, los trabajadores están sujetos al convenio que regula esta actividad", asevera el acta.
Y no solo eso. Los representantes de El Rayo del Amanecer reconocían en esa junta que su postura buscaba ahorrarse dinero -al ser "copropietarios" de inmuebles del complejo- y que solo aplicarían el nuevo convenio en caso de obligación por sentencia judicial.
"Indicó que los costes de aplicación del citado convenio para la comunidad suponían un incremento considerable para la comunidad y ella, tanto en calidad de empresa prestataria del servicio como de copropietaria, no aconsejaba aplicar el Convenio de Empleados de Fincas Urbanas hasta que la Comunidad no tenga una sentencia judicial que le obligue a ello", reza textualmente el escrito.
El tira y afloja entre El Rayo del Amanecer y el resto de vecinos aún se enredó más al ser anulado y restituido en los tribunales el Convenio de Empleados de Fincas Urbanas.
En las juntas, según las actas, los vecinos reprocharon su actitud a la mercantil. "Expuestos todos los antecedentes anteriores, algunos de los propietarios presentes reclaman a los gerentes de la empresa El Rayo del Amanecer la falta de comunicación a la Comunidad de la demanda instada por el trabajador de su empresa exigiendo la aplicación del Convenio de empleados de Fincas Urbanas", recoge el escrito.
"Los representantes de la empresa, presentes en la reunión, contestan que no han considerado necesario informar a la Comunidad, puesto que se trataba de un asunto entre el trabajador y la empresa. Alegan que siempre han buscado el bienestar de la Comunidad y que no se pague un precio elevado por estos servicios", concluye sobre esta cuestión.
En junio de 2023 los vecinos acabaron con esta situación al elegir a Eulen como nueva prestataria del servicio entre un total de tres ofertas, entre las que también se encontraba una de El Rayo del Amanecer y otra de Aserje. Eulen se subrogó a los trabajadores, entre ellos a Julián.
El conserje, en suma, trabaja desde 2009 en el edificio, al que acudía andando o en bicicleta desde su casa en Mislata todos los días. Pero el jueves 22 de febrero no fue una jornada más. Entre las cinco y las seis de la tarde se originó el incendio en la planta octava, en la puerta 86.
La orden era desalojar y ponerse a salvo. Pero él no lo hizo. Conoce a sus vecinos desde siempre. Y aunque ahora cree que actuó como lo hubiera hecho cualquiera, lo cierto es que su determinación fue clave para salvar muchas vidas.
Sin dudar ni un segundo, avisó puerta por puerta a todos los vecinos que pudo, subiendo y bajando pisos hasta que el humo se lo impidió.
Julián, que el pasado sábado participó en el minuto de silencio convocado por el Ayuntamiento de Valencia en señal de duelo y de respeto a las víctimas, no es capaz de recodar cuántas veces subió las escaleras ni a cuántas puertas pudo tocar.
Sí le vienen a la cabeza algunas de las escenas que vivió aquella fatídica tarde. Las más impactantes. Como cuando tocó el timbre de la puerta 72, donde vive una mujer mayor. "Abrí la puerta y vino una llamarada, la cogí y la saqué", explicó en el homenaje.
También recuerda cómo ayudaron a un hombre con silla de ruedas, que pudo ser rescatado.
Sabe que accedió a los pisos más altos del edificio, aunque no puede precisar si llegó hasta el 10 o el 12. Lo hizo por una escalera paralela que llega hasta la planta número 14. Por ella, iban bajando los vecinos, que, con lo puesto y sin poder asimilar lo que estaba ocurriendo, trataban de ponerse a salvo.
Julián, que trata de restarse protagonismo, asegura que hizo todo lo que pudo, hasta que el humo ya le impedía seguir bajando por las escaleras y los bomberos le ordenaron que se quedara en el patio del edificio, por si necesitaban algo más de él.
"Lo pasé mal"
Según recuerda, colocaron unos ventiladores para sacar el humo, pero "la cosa se puso peor". "Caían las planchas ardiendo y me refugié en un rincón de la entrada hasta que crucé y salí", explica. Fue en ese momento cuando Julián reconoce que tuvo miedo. "Lo pasé mal", afirma.
Este conserje valenciano es consciente de que, gracias a él, muchos de sus vecinos se han salvado. También tiene palabras de recuerdo para los fallecidos, a los que conocía desde siempre. "Fue todo muy rápido", lamenta.
Después, estuvo hasta las dos de la madrugada con la policía en la comisaría, ayudando en las labores de localización de los vecinos, llamándoles a todos por teléfono para confirmar su estado.
Es para ellos su ángel de la guarda. Uno de los vecinos afectados, Manuel, lo tiene claro: "Sin su ayuda, mucha gente no habría podido escapar". "Es el típico trabajador atento y eficaz, pero ha demostrado además tener un gran coraje y ser una gran persona", subraya otro de los residentes.
Este sábado recibió un aplauso de reconocimiento tras el minuto de silencio en la plaza del Ayuntamiento. Además, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, y la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, le agradecieron personalmente su acto de valentía.
Ahora, según ha confesado, se cogerá unos días de descanso. Todavía no tenido tiempo de pensar en cuál será su futuro, aunque ya ha recibido varias ofertas de trabajo.