El interior de Valencia y Castellón corre el riesgo de convertirse en un gran mar de cristal, con más de medio millón de metros cuadrados de placas solares en un solo parque para suministrar de energía renovable al resto de España.
El paisaje valenciano se está transformando a favor de la energía fotovoltaica, que ha experimentado en nuestro país un gran crecimiento durante la última década y sobre todo desde 2019, impulsado por el compromiso de reducir las emisiones de efecto invernadero.
Pero un nuevo proyecto, cuya superficie equivale a 900 campos de fútbol y se desarrollará en terrenos con cultivos, podría acabar afectando "a la biodiversidad, al paisaje y a la calidad de vida" de las poblaciones de Alcublas, Jérica y Altura.
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El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado el anuncio de la Subdelegación del Gobierno en Valencia y Castellón por el que se someten a información pública la solicitud de autorización administrativa previa y el estudio de impacto ambiental del proyecto que comprende la planta solar fotovoltaica llamada Valentia Edetanotum FV3, de 200 MWp / 200 MWn.
El proyecto dispone de un presupuesto de más de 126 millones de euros y está impulsada por la compañía EnerHi. Contempla una superficie superior a las 457 hectáreas. El anuncio recoge que la finalidad del proyecto es la "generación de energía eléctrica para satisfacer la demanda energética nacional".
La iniciativa se encuentra en la fase inicial de tramitación. El objetivo es instalar medio millón de paneles solares en un gran llano situado junto a la sierra de la Calderona y que afecta a varios municipios amenazados por el fantasma de la despoblación.
Uno de estos pueblos es Alcublas, que cuenta con unos 600 habitantes. Los otros dos son Altura y Jérica, con una población de 3.500 y 1.500 habitantes respectivamente.
Los propietarios de los terrenos creen que se está jugando con el futuro de su pueblo.
"La actividad económica de la zona depende del turismo rural y de la agricultura. No nos oponemos a las energías renovables, pero estas tierras están produciendo y es un paraje único. Hay más de 10.000 almendros afectados por el proyecto", denuncian.
El plazo para presentar por escrito las alegaciones es de 30 días hábiles contados a partir del día siguiente de la publicación el BOE (23 de noviembre). Así, desde este miércoles día 20 de diciembre, los vecinos cuentan con 15 días naturales para bloquear la infraestructura.
Características
Alcublas se lleva la peor parte, es el pueblo más afectado por el anuncio. El proyecto implica a más de un centenar de propietarios, la inmensa mayoría con tierras en producción, y amenaza a 250 hectáreas de terrenos con cultivos de las 457 que se prevén en total entre estos tres municipios del interior de Valencia y Castellón.
Además, se ocupará más de 30% de la superficie del suelo no urbanizable común de Alcublas a una distancia de solo 1,1 km del pueblo, es decir, "el equivalente a 900 campos de fútbol", según denuncia el colectivo Juntos Salvamos Alcublas.
El proyecto establece que líneas de alta tensión pasen por el centro del término municipal y unas 50 viviendas quedarán atrapadas en el interior del parque solar, si el proyecto se aprueba tal y como salió publico en el BOE el pasado 23 de noviembre. Hasta ese día, explican los afectados, no conocían las intenciones de la compañía.
"No hemos tenido conocimiento del proyecto hasta que ha salido publicado en el BOE para que presentemos alegaciones", asegura Manuel Esteve a EL ESPAÑOL, uno de los propietarios afectados.
El proyecto supondrá la "desaparición de un 50% de la agricultura" y la "destrucción del turismo", advierten desde Juntos Salvamos Alcublas.
"Se perderá biodiversidad y cambiará el precioso entorno de Alcublas a un desierto con líneas de alta tensión. La temperatura aumentará entre 5 y 10ºC por la presencia de las placas y desaparición de la vegetación", lamentan.
El terreno en el que se instalen los módulos fotovoltaicos no podrá ser recuperado para la agricultura.
"Existen estudios que advierten de la reducción de la precipitación (lluvia) y de los cambios en las propiedades del suelo incluso después de siete años de ocupación de las tierras con paneles solares".
Además, denuncian el impacto negativo que supondrá para la población esta planta "por la sensación de vivir dentro de un polígono industrial con una superficie de más de 10 veces la superficie del casco urbano de Alcublas".
Tanto la autorización administrativa previa del presente proyecto, como la tramitación del procedimiento de evaluación de impacto ambiental ordinaria, cuya aprobación son competencia del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, están sometidas al trámite de información pública.
Mientras, los criterios que se siguen para su instalación dependerán de los responsables de evaluación ambiental, biodiversidad y energía e industria de la Generalitat Valenciana.
Sin compensación
Con la ejecución del proyecto se regularán varias líneas de conexión, según el anuncio. Una línea de conexión de media tensión subterránea de 15,25 kilómetros; y otra de conexión aérea LAAT de 822 metros y 4 apoyos de más de 25 metros de altura.
La evacuación de la energía está asociada a la línea de muy alta tensión (MAT), que tiene su origen en Teruel y desemboca en la localidad valenciana de L'Eliana. Esta línea se muy alta tensión pasaría por la parte este del pueblo, muy cerca de lugares de interés como El Prao y la Balsa de la Pedrosa.
El proyecto, de momento, no detalla condiciones de adquisición, contratación o compensación al municipio. "No hay ninguna contraprestación para el municipio por el efecto que producirá su instalación y explotación", denuncian los vecinos.
Tampoco detalla la cantidad de agua necesaria para la limpieza y mantenimiento de las placas (500.000 módulos), que se realiza principalmente con agua. No detalla la procedencia de esa agua ni la cantidad prevista. "Todo apunta a que utilizará los escasos recursos acuíferos del municipio".
Estos inmensos parques solares tienen una vida útil de 30 a 40 años, pero este proyecto no detalla un plan de retirada de la infraestructura de la explotación.
Por tanto, "si se abandona su uso, o una vez finalizada su vida productiva de 30 años se decide no continuar, la instalación quedaría instalada y si se desea retirar en un futuro tendrá que ser asumida por el municipio", expone la asociación Juntos Salvamos Alcublas.
El proyecto sí habla de la posible dinamización económica o el desarrollo de otras industrias. "Pero no concreta las necesidades de mano de obra, ni plantea la contratación de personal local. Estas instalaciones requieren de muy poca mano de obra continuada".
Existen estudios que han tratado de entender los impactos de estos proyectos desde el comportamiento animal. Así, la comunidad científica ha podido estudiar e identificar cómo reaccionan aves, insectos —sobre todo los acuáticos polarotácticos atraídos por la luz polarizada de los paneles y que los confunden con agua—, murciélagos, anfibios y reptiles, y así evitar que colisionen, queden atrapados, se electrocuten, se ahoguen y mueran.
Según los científicos, es urgente abordar la manera de ubicar, diseñar y operar mejor las plantas solares para mitigar los posibles efectos negativos en estas poblaciones de vida silvestre, como ha ocurrido en la prevención y reducción de animales debido a las instalaciones de energía eólica.
Los vecinos inician ahora una batalla jurídica para solicitar un cambio de ubicación, en terrenos marginales o sin cultivos, para que la lucha contra el cambio climático, que promueve el desarrollo de estas energías limpias, sí puede ser compatible con la conservación de la biodiversidad y el territorio.