El colectivo de los investigadores ha sido uno de los más afectados por la crisis económica y los recortes. Después de una exigente formación, tanto académica como práctica, muchos de ellos se han visto obligados a emigrar al extranjero para desarrollar su carrera con unas condiciones dignas.
Para evitar esta fuga de cerebros y recuperar el talento, el Gobierno valenciano puso en marcha en 2017 el Plan GenT, un programa de contratación de personal investigador doctor con experiencia internacional para su incorporación en los centros de investigación de la Comunitat Valenciana.
Gracias a él, Carmen Escobedo pudo volver a Valencia. Después de formarse en su tierra, partió hacia Finlandia, donde las condiciones laborales y salariales eran mucho mejores. Y, tras casi diez años en el extranjero, decidió que era el momento de regresar a su ciudad, aunque no a cualquier precio.
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Descubrió entonces el programa GenT, una ayuda sin la que no hubiera sido posible regresar y montar su laboratorio, en el que trabaja para crear piel humana artificial.
Carmen Escobedo estudió en Valencia e hizo su tesis doctoral en el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). Después, comenzó su etapa postdoctoral en la Comunitat Valenciana, periodo en al que consiguió un contrato Sara Borrell del Instituto de Salud Carlos III para llevar a cabo un segundo postdoctorado en el laboratorio del profesor García Verdugo.
Durante el último año de ese contrato, pudo hacer una estancia de investigación, por lo que decidió partir a Finlandia. Era el año 2011. Cuando llevaba tan solo tres meses allí, le ofrecieron un contrato como sénior. Ella aceptó porque, "aunque estaba muy contenta en el laboratorio de Valencia", tanto el salario como las condiciones laborales que le ofrecían en el país escandinavo eran "mucho mejores" que en España.
De los 10 años en los que ha estado fuera de nuestras fronteras, Escobedo subraya que ha tenido la "suerte" de trabajar como investigadora principal en Finlandia, Japón y Estados Unidos, siempre en la línea del uso de manufactura aditiva aplicada a la ingeniería de tejidos con células madre de grasa humanas.
¿Volver a Valencia estuvo siempre en su mente? Confiesa que no se lo planteó demasiado. Lo prioritario era aprender, mejorar la formación y ver distintas formas de trabajar, afirma a EL ESPAÑOL.
"Tuve la suerte de poder formarme con los líderes de mi campo, que estaban en estos tres países, por lo que no pensaba demasiado en la vuelta a casa. Por otro lado, era muy consciente de la precariedad e inestabilidad de la investigación en nuestro país", asegura la investigadora.
En este contexto, volvió a Valencia por cuestiones personales. Se quedó embarazada estando en Estados Unidos y tuvo claro que quería que su hijo pasara la infancia rodeado de su familia. "Decidimos -su marido también es investigador español- que tal vez era el momento de comenzar poco a poco a pensar en volver a casa, aunque no a cualquier precio", subraya.
Fue en ese momento cuando la convocatoria competitiva del plan puesto en marcha por el Ejecutivo valenciano llegó a sus manos. Lo valoró y decidió solicitar la ayuda porque, en sus palabras, ofrecía un salario digno y acorde con las responsabilidades para volver y montar su laboratorio.
Se la concedieron (58.000 euros), volvió a Valencia y comenzó a trabajar en su proyecto en marzo de 2020.
Piel humana artificial
La finalidad de su proyecto es la obtención de piel humana artificial para usarla en el diagnóstico a corto plazo y para la regeneración de piel de pacientes que hayan sufrido quemaduras, a largo plazo.
El trabajo de Escobedo combina las técnicas de Bioimpresión 3D y Organ on a Chip (OOC), que son pequeños dispositivos de cultivos en tres dimensiones capaces de recrear algunos aspectos de la función de un órgano.
"En nuestro proyecto empleamos este sistema para conseguir vascularizar la piel y usamos las impresoras para construir las capas superiores (dermis y epidermis). Esto nos permite irrigar las células impresas para evitar su muerte", expone.
La investigadora defiende que el objetivo es hacer una plataforma en 3D de piel artificial humana vascularizada. ¿Qué importancia tendría esta plataforma en la sociedad? Los beneficios serían múltiples.
Por una parte, en cuanto a la investigación de fármacos. El objetivo, tal y como señala, es que "la piel artificial conseguida pueda emplearse para el análisis de fármacos y cosméticos in vitro, incluso de forma personalizada para cada paciente, ya que se pueden emplear sus propias células para prepararlos".
Esto podría contribuir a la reducción del número de animales que se utilizan para la investigación y, a su vez, da una idea más certera del efecto que los fármacos tienen directamente en los potenciales pacientes.
"Las obvias diferencias a nivel fisiológico entre especies pueden provocar reacciones distintas a los medicamentos. Por eso, muchas veces, fármacos que han pasado con éxito la fase de análisis in vivo con modelos animales fallan al entrar en los ensayos clínicos con humanos", añade.
Los beneficios para la sociedad de la investigación que está llevando a cabo Escobedo no quedan ahí, ya que a largo plazo, el objetivo es poder aplicar los avances en el tratamiento de enfermos, como por ejemplo, en personas que hayan sufrido quemaduras. "Para ello queda todavía un largo camino", manifiesta.
Situación del sector
La doctora Escobedo tiene una amplia experiencia en biología del desarrollo, en células madre humanas y en bioimpresión 3D. Además, es autora de trabajos científicos pioneros. Es Investigadora Principal y jefa del laboratorio de Ingeniería Biomédica y Tisular BTELab.
Además, desde 2017 es investigadora visitante del Wyss Institute de la Universidad de Harvard, considerado el centro líder en Ingeniería Bioinspirada a nivel mundial. Actualmente es la gerente de la Fundación de Investigación del Hospital General Universitario de Valencia.
La investigadora valenciana considera que en España "se están dando pasos muy necesarios e importantes para mejorar la situación de los investigadores y reducir la precariedad". Como ejemplo de ello, nombra la Ley de la Ciencia, que califica de "muy necesaria".
"Aun así, estamos todavía lejos de modelos como el finlandés, mucho más flexibles, directamente enfocados hacia la innovación y que cuentan con gran inversión tanto pública como privada para avanzar en la investigación", manifiesta.
Del ecosistema investigador de Estados Unidos destaca que es un sistema de trabajo muy dinámico, con profesionales brillantes y muchos recursos.
"En la Comunitat Valenciana tenemos muchas particularidades y un enorme potencial humano e investigador que estamos empleando para contribuir al avance del conocimiento y la innovación", subraya Escobedo, aunque lamenta que pese a las mejoras en cuanto a recursos e infraestructuras, "todavía nos queda un largo camino para llegar a contar con las infraestructuras existentes en otras comunidades autónomas o en otros países".
Evitar la fuga de talento
La directora general de Investigación e Innovación de la Conselleria de Sanidad, Mariola Penadés, subraya la importancia de este programa puesto en marcha en el año 2017. "La conclusión es clara: en salud, la esperanza tiene un nombre: investigación", defiende.
Cuenta que la fuerte crisis económica que sufrió España hace diez años había empujado a muchos jóvenes científicos a buscar proyección laboral en otros países. Esta fuga de talentos, según la dirigente, supone un coste para la Comunitat Valenciana, teniendo en cuenta la inversión que se ha realizado en la educación de estas personas que emigran.
Por lo tanto, su retorno era prioritario. Se trata de profesionales que son un activo muy importante para las empresas, universidades y centros de investigación.
El plan se centra en tres tipos de subvenciones destinadas a contratos en el área de la investigación sanitaria.
En primer lugar, ayudas para la contratación de personal con experiencia internacional. Son ayudas que se conceden a los centros durante cuatro años, prorrogable por dos años más, para financiar los gastos de contratación de doctores con experiencia contrastada.
Gracias a esta línea, el Gobierno valenciano ha financiado el contrato de 10 investigadores, que han desarrollado su labor en áreas tan variadas como la inteligencia artificial aplicada al diagnóstico por imágenes, la investigación de la enfermedad rara neurodegenerativa la Ataxia de Friedeich o la resistencia antimicrobiana de las bacterias causantes de la gonorrea.
Desde la Conselleria de Sanidad hacen hincapié en el éxito de este proyecto y los buenos resultados obtenidos, que les han llevado a tomar la decisión de prorrogar por dos años más a todos los investigadores que lo han solicitado.
El segundo tipo de ayudas del programa es para contratar a doctores para el desarrollo de un proyecto de transferencia tecnológica en el ámbito de la salud en empresas valenciana. Finalmente, la tercera línea es para que los centros contraten a personal de gestión.
En total, con la convocatoria del 2019, que se ha ejecutado entre 2020 y 2023, la Generalitat Valenciana ha destinado más de 3 millones de euros. A los que hay que sumar casi un millón más con la prórroga que se acaba de aprobar.
Tras la experiencia de los últimos años, la idea del Departamento que dirige Marciano Gómez es modificar las bases de las ayudas para mejorar las condiciones económicas de los contratos.