Valencia fue este miércoles una de las ciudades europeas atenazadas por la tensión tras la llamada de Hamás a la "yihad global". La ciudad vivió por la mañana un falso aviso de bomba en la Universitat Politècnica y acogió por la noche un partido de la Euroliga de baloncesto entre el Valencia Basket y el Maccabi Tel Aviv. El encuentro, calificado de alto riesgo, requirió la presencia de más de 700 policías.
La visita del conjunto israelí llevó a la capital del Turia la tensión del país. Por suerte, no se produjo ningún incidente. El partido se disputó en Valencia, pese a que el calendario establecía que fuera el equipo español quien visitara Tierra Santa.
Por motivos obvios, tras los atentados de Hamás y otras milicias palestinas -y la contundente respuesta militar de Israel en la Franja de Gaza- se canceló la visita. La competición estableció que el primer partido se disputara en la Fonteta de Sant Lluis.
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Ganaron los locales por 75-66. Los visitantes tenían "la mente en Israel", tal y como reconoció su entrenador, Oded Kattash. El clima enrarecido redujo a menos de la mitad del aforo la asistencia a un encuentro que contó con un amplio despliegue de las fuerzas de seguridad, aunque se desarrolló sin altercados.
Justo antes de que empezara el encuentro se guardó un minuto de silencio por "todas las víctimas" registradas desde los ataques del pasado 7 de octubre. También se reclamó el fin de los mismos. En el banquillo visitante desplegaron varias banderas de Israel, según la crónica realizada por la agencia Efe.
El Maccabi, que fue recibido con aplausos tanto cuando salió a calentar como en la presentación, jugó con una indumentaria negra en señal de luto. Además, lució en el calentamiento unas camisetas con el lema Bring them back, con el que reclamaron la liberación de los rehenes secuestrados en la incursión de las milicias hace ahora ocho días.
El pabellón municipal de Valencia estuvo bajo un estricto control policial durante todo el día, entre otros motivos, porque el Maccabi realizó una sesión de tiro por la mañana que ya permitió ver la amplitud del despliegue policial, que se mantuvo toda la tarde.
Metralletas
El Maccabi llegó al pabellón cerca de dos horas antes del inicio del encuentro y lo hizo con el tráfico cerrado en la Avenida Hermanos Maristas, a la que recae la entrada principal del pabellón municipal. Numerosos vehículos y agentes con metralletas cubrieron la entrada de los jugadores al recinto.
Ya con el tráfico abierto, pero sin posibilidad de detener vehículos en las inmediaciones del pabellón, a las 19.00 horas empezaron a acceder los aficionados. Para hacerlo, muchos fueron cacheados y se registraron sus pertenencias, además de tener que pasar por un arco de seguridad. Todo ese proceso provocó largas colas y muchos seguidores accedieron a la grada con el choque ya empezado.
El despliegue policial formó parte del dispositivo global que desplegaron el martes y el miércoles las diferentes fuerzas y cuerpos de seguridad. Contó con cerca de setecientos efectivos, que además de tratar de blindar la Fonteta y sus aledaños, controlaron también las principales infraestructuras de la ciudad.
También acompañaron al equipo israelí desde su llegada al aeropuerto de Manises el martes por la tarde procedente de Chipre, a donde ha desplazado a toda su plantilla.
Numerosos agentes uniformados y también de incógnito se situaron en las inmediaciones del pabellón. Igualmente, se pudo ver un helicóptero y algunos drones.