¿Dónde estaría si yo hubiese sido un chaval en Arousa en el año 82? Bajo esta premisa, el cantautor santiagués Tomás Porteiro se puso manos a la obra para componer el que sería el primer tema de la continuación de su carrera en solitario. El resultado es Dejadnos Vivir FC, una canción que se inspira en la heroica y a la vez dramática historia del equipo de fútbol aficionado de Arousa que recogió Nacho Carretero en Fariña.
"Estaba leyéndola cuando la secuestraron, algo que creo que nos animó a leerla a muchos, como el que hace algo prohibido; cuando llegué a ese capítulo, comuniqué mucho con la historia. Me sentí identificado y vulnerable", explica Tomás.
La del Dejadnos Vivir FC es la historia de un equipo de amigos de Vilanova de Arousa que, en 1982, que participó en las fiestas patronales de la villa. "Era un equipo de ‘olvidados’ y ‘raritos’, que eran sensibles artísticamente", repasa el santiagués. Ganaron a todos los equipos a los que se enfrentaron y sorprendentemente, aquellos chicos ataviados con camisetas negras y el símbolo anarquista en el pecho, y con un nombre que mostraba su sentir con la sociedad, se proclamaron campeones.
Campeones con dramático final
Pero su efímero equipo y la victoria con la que reivindicaban su forma de vida, el inconformismo contra la sociedad reflejado en la rebeldía, el rock, el alcohol y el hachís, derivó en un camino que remató topándose con la heroína; la mayor parte de integrantes del Dejadnos Vivir falleció atrapado en una droga que acabó con muchas vidas en la década de los 80, especialmente en la zona de Arousa, controlada por los Sito Miñanco, Laureano Oubiña y el clan de los Charlines.
"Me gusta el minuto de gloria de los perdedores", confiesa Tomás, "y eso me inspiró después a una historia de fracaso, aunque es una palabra que no me gusta". Tras un par de maquetas que guardó en un cajón, volvió a recuperarla para que fuese el primer single de la continuación de su aventura en solitario. En la letra se refleja lo que narra Carretero en la novela, "las pocas oportunidades laborales, un futuro poco halagüeño para los jóvenes y el desempleo para los que no salían al mar, que era muy duro", matiza. Lo hace a través de imágenes, una forma de escribir que, reconoce, aprendió de Quique González.
Otro Quique, en este caso Muñoz, tatuador y pintor madrileño afincado en Santiago desde hace años, fue el encargado de diseñar la creatividad que sirve de portada para el single.
Autodidacta con pandemia de por medio
No es raro que Tomás Porteiro se dedique a la música, compaginándolo con su labor de profesor de secundaria. En su casa siempre hubo mucha afición, especialmente por parte de su padre, que le inició a la hora de tocar la guitarra. De formación autodidacta, apoyada por las clases del guitarrista santiagués David Tato, se subió por primera vez a un escenario en 2008 con Sinestesia, el grupo con el que se inició en el mundillo. Ha pasado por más formaciones, como Néboa, pero la pandemia le ayudó a lanzar un trabajo en solitario.
"Hacía las canciones en Sinestesia y toco la guitarra en Néboa, pero me apetecía hacer un tipo de canción diferente, algo más acústico, con un tipo de letra que, según lo que quería contar, me sentía más cómodo yo solo", puntualiza. Con todo paralizado por el Covid, se adelantó algo que "iba a pasar igualmente". Salvo dos que grabó con Tomás Ageitos, el resto fueron temas autoproducidos que salieron sin un sello detrás y sin estrategia de lanzamiento. Material Disperso sorprendió a propios y extraños y con él se ganó dos nominaciones a los Premios Martín Códax de la Música. "Fue bonito porque lo que hice en solitario tenía poquísima pretensión", reconoce Porteiro.
De familia castellanoparlante, se hizo neofalante desde hace unos años; una combinación que le ha llevado a alternar el castellano y el gallego a la hora de componer, aunque en este segundo idioma le ha costado lanzarse hasta "tener emociones codificadas" en gallego, algo que ahora le sale "de manera natural". A pesar de que el castellano es su lengua natal, considera "importante" hacer canciones en gallego por él mismo, después de que la vida le haya llevado a que sea la lengua vehicular en su vida.
Del rock al tango y el bolero
Si en el idioma alterna los dos, en la temática es más ecléctico, casi tanto como en sus gustos musicales. A la hora de componer hay "un poco de todo", y aunque reconoce que no le "gusta hablar de las letras", siempre hay una "revisión biográfica"; "cuando uno pasa de los 30, hay reflexión de los años pasados y hay un parte más introspectiva, pero teniendo en cuenta lo que pasa fuera", reflexiona. "Al final, todas las canciones hablan de lo mismo", sentencia.
En cuanto a las influencias musicales, van desde lo que se escuchaba en su casa, la música de los 60, imprescindibles como los Rolling Stones, Bob Dylan y The Beatles, pero matizadas por la figura de su hermana, 10 años mayor que él, donde entran Extremoduro, Platero y Tú o Los Rodríguez. Aunque en los últimos años aparecen en su lista los argentinos Luis Alberto Spinetta y Charly García o el norteamericano Joe Henry, del que reconoce que intentó "imitar descaradamente".
Pero el eclecticismo se revela en lo que le inspira ahora y, en un futuro cercano, lo hará en su repertorio de canciones. "El bolero y el tango, música más popular que se cantaba en mi casa después de comer", puntualiza el santiagués. De hecho, su intención es recoger ese hilo, además de la milonga, para sacar adelante un trabajo que tenga "más relación con la canción más de taberna, de cantar". Básicamente, como dice el propio Tomás, la música que escuchaban sus abuelos.
Instrumentos "del siglo XIX"
Pero que se suba a un escenario con una guitarra a compartir su sonido cercano al folk, no quiere decir que rechace nada como oyente. Sí que ha descartado lo de montar una nueva banda, "soy economista y hay razones logísticas y estructurales", confiesa entre risas; ese perfil de cantautor para su trabajo en solitario responde al gusto de cantar "como canto en mi habitación, que el proceso desde que hago la canción hasta que me subo a un escenario no haya cambio".
"No es purismo", reivindica en que en tiempos en que está de moda "lo urbano y la electrónica", él se decante por tocar "con instrumentos de madera del siglo XIX". "Un sábado estoy en una rave bailando electrónica", matiza, y no descarta con el tiempo "incluir algo" de estas nuevas olas musicales, pero actualmente "es lo que me sale a la hora de expresar mis cosas".
Dejadnos Vivir FC es el primer single de su siguiente trabajo que ve como un epílogo de Material Disperso y del que saldrá otro adelanto grabado en castellano entre enero y febrero de 2024, y al que le seguirán otros dos temas en gallego, cuyas demos grabará en un par de semanas. Después, tocará investigar el bolero y el tango.
Tomás Porteiro llevará sus instrumentos del siglo XIX por varios escenarios en 2024. Por el momento, la primera parada será en donde ejerce como profesor, en Viveiro, en el Gato Pardo Culturpub, el 26 de enero; al día siguiente actuará en Gijón, en La caja de músicos; y en marzo de 2024, actuará en el Café Uf Negra Sombra, de Vigo, y en la Sala Siroco de Madrid.