Berta García y su marido emprendieron hace tres años el proyecto de reforma de un precioso pazo del siglo XV ubicado en Caldas de Reis (Pontevedra). Ella enóloga, él médico y con una arraigada tradición familiar vinculada al mundo de la restauración, la decisión de tomar ese nuevo camino era arriesgada pero ilusionante. Sus primeros pasos apuntan a que finalmente ha sido un acierto.
"La idea original era plantar viñedo. Buscábamos un terreno en Rías Baixas y encontramos este pazo, que en total tiene 10 hectáreas, aunque hemos alquilado otras 3,5 más. Nos enamoramos de él y nos metimos a ello", explica Berta García, fundadora del Pazo Casalnovo y enóloga de profesión.
En el proceso de adaptación de las parcelas trabajaron junto al experto en jardinería Anxo Otero, a quien le encargaron la metamorfosis de más de 700.000 metros cuadrados en un espacio repleto de una naturaleza exuberante que convive con la arquitectura del terreno, dividido en siete terrazas de piedra. "Se plantaron 5.000 plantas, casi 70 nuevos árboles y unos 300 arbustos", detalla García.
¿El resultado? Un jardín romántico de vivaces y gramíneas que presume de ser el más grande de España y que abre sus puertas al público este fin de semana. Se podrá visitar el 10 y el 11 de junio de 12:00 a 20:00 horas.
Un jardín en el que perderse
Las fincas que rodean el Pazo de Casalnovo son la piedra angular del proyecto. Acaban de terminar la plantación de los viñedos, todo variedades de uva tinta autóctona que tardarán un tiempo en dar sus frutos. La intención es contar con vinos de elaboración propia en la carta. La importancia de la viticultura es crucial en el proyecto, que se ramifica en un restaurante, organización de eventos y jardín visitable, pero que será también una bodega en el futuro.
El restaurante abrió sus puertas el 3 de mayo bajo el nombre de ‘Néctar’, completando ese imaginario natural que evoca el jardín del pazo. A la dirección de los fogones está el joven chef Tomás Toscano, primo de Berta García. "Si no fuese por Tomás, seguramente no me hubiese lanzado a cocinar internamente", confiesa la dueña de Casalnovo.
"Es una figura super importante. Nosotros podemos ofrecer esta oferta global gracias a que tenemos cocina propia. ¿A quién no le gusta quedarse a comer o a tomar algo después de visitar unos jardines?", plantea Berta. Así, una de las propuestas que más éxito está teniendo el lugar es la de los picnics del Wine Bar: se puede reservar una completa cesta con productos de proximidad, como quesos y embutidos, y una botella de vino y disfrutarla tranquilamente en algún rincón del extenso jardín de Casalnovo.
Futuros planes
El Pazo de Casalnovo lleva muy poco tiempo abierto, pero sus dueños no han concluido aún con su proyecto. Tal y como explica Berta García, actualmente el interior del pazo está parcialmente rehabilitado. Reformaron 1.000 metros cuadrados para la celebración de eventos y prepararon una estancia para que fuese el cambiador de las novias durante las bodas.
"Viendo la demanda que hay, porque la gente nos ha pedido alojarse aquí, y lo preciosa que ha quedado esa habitación, nos planteamos de cara al año que viene empezar a reformar la otra mitad del pazo que nos queda", adelanta la enóloga. De este modo, Casalnovo aspira a convertirse en un alejamiento en el corazón de Caldas de Reis: "Todo se complementa. Es un pack muy chulo tener el jardín, el restaurante, los viñedos y conseguir cerrar el círculo con el hotel".
La primera boda en Casalnovo tuvo lugar el 3 de junio y ha servido como preludio de las seis siguientes que hay programadas esta temporada en el pazo. García se muestra muy agradecida con las parejas que han decidido apostar por su espacio casi a ciegas, ya que las reservas se hicieron un año antes, cuando Casalnovo existía solo a través de renders y planos de los arquitectos.
Berta García espera que todo aquel que pase por el Pazo Casalnovo se lleve la sensación de "mimo", el mimo que han puesto tanto ella como su marido a la construcción del proyecto: "Cuando tú construyes algo como si fuese para ti lo haces con todo el amor del mundo. Nosotros hemos proyectado y hecho esto pensando que es para nosotros, cuando va a ser para el disfrute de todo el mundo en realidad".
La fundadora de este mágico lugar afirma que "lo que queremos es que la gente se sienta como en su casa, que coma bien, con raciones abundantes, y que luego tengan un jardín en el que relajarse". Porque si en el día a día vivimos a toda velocidad, en Casalnovo se busca lo contrario: "A veces hace falta echar un poco el freno y descansar".