En ocasiones no es necesario recorrer grandes distancias para encontrar joyas de la naturaleza como la que esconde la zona norte de Portugal, pues, sin ir más lejos, una de las cascadas más grandes de Europa se encuentra a poco más de dos horas de la frontera sur de Galicia. Situado en la región de Trás-os-Montes e Alto Douro, en los límites del distrito de Vila Real y la localidad de Mondim de Basto, el Parque Natural do Alvão se extiende a lo largo de más de 7.000 hectáreas de espacios protegidos. En mitad de este escenario, dominado por los paisajes rocosos y ciertos matices verdes, se abren paso las denominadas Fisgas de Ermelo, la principal curiosidad geológica de este área protegida y el mayor tesoro fluvial de toda la península Ibérica. Hablamos de una monumental cascada cuyas aguas comienzan a brotar a una altitud de unos 800 metros y que a lo largo de apenas 1.5 kilómetros consigue salvar un desnivel de más de 250 metros, perfilando un singular descenso en vertical con varias pozas y saltos de agua.
Para disfrutar del espectáculo de la naturaleza que se forma en el Parque Natural do Alvão la mejor opción es seguir el itinerario homologado y señalizado del conocido Sendero de las Fisgas de Ermelo PR3 MDB. El punto de partida del mismo se encuentra en el entorno de la iglesia parroquial de Ermelo, en el municipio de Mondim de Basto. La senda en cuestión atraviesa también villa tradicional de Fervença o la aldea de Varzigueto, varios miradores sobre la sierra de Alvão y por supuesto, las famosas cataratas del río Olo (afluente del Támega), uno de los cursos fluviales más emblemáticos del norte de Portugal. Cabe destacar que se trata de una ruta exigente, de varias horas y con un considerable desnivel, pero que merece la pena recorrer por la enorme riqueza natural y paisajística que alberga este Parque Natural. De hecho, los impresionantes paisajes que envuelven a las Fisgas de Ermelo son el resultado de la acción de la naturaleza a lo largo de millones de años, obligando al río Olo a hundir sus aguas entre las rocas.
Una ruta a pie por las Fisgas de Ermelo
La ruta circular de las Fisgas de Ermelo conforma un recorrido largo de alrededor de 12,4 kilómetros que permite a sus visitantes descubrir la belleza innata de este rincón del parque y disfrutar de la cascada más grande de la península Ibérica desde todos sus ángulos. El citado itinerario presenta una duración estimada de unas cuatro horas y media, con un desnivel acumulado que supera los 650 metros, por lo que se encuentra calificado como un recorrido duro y exigente. De hecho, la primavera y el otoño se presentan como las mejores épocas del año para llevar a cabo la ruta y de esta forma evitar las altas temperaturas de la temporada estival o los suelos resbaladizos durante los meses de frío. No obstante, la senda se puede recorrer en cualquier momento del año siempre y cuando se tengan en cuenta ciertas precauciones básicas (buen calzado, hidratación…).
Por otro lado, cabe señalar que los senderistas que se atrevan con esta ruta también podrán tener contacto a lo largo de todo el recorrido con algunas de las 500 especies de flora identificadas en el Parque Natural de Alvão e incluso avistar distintos rebaños de cabras montesas, vacas maronesas y hasta águilas reales. Además, en los días de más calor, los visitantes tendrán la oportunidad de sumergirse en las famosas Piocas, unas lagunas naturales de aguas cristalinas que se forman aguas arriba y abajo de las Fisgas de Ermelo. En cualquier caso, este itinerario del Parque Natural se encuentra dividido en cinco etapas que descubren a su paso el encanto y los secretos de este extraordinario rincón del norte de Portugal.
Como decíamos unas líneas más arriba, la ruta avanza desde el pueblo de Ermelo y se adentra en el valle de de la Sierra de Alvão por una zona boscosa donde abundan los robles y los castaños, y que nos conducen hasta el pintoresco puente de madera sobre el arroyo de Ferveça. Es precisamente en este punto de la ruta donde se inicia un desafiante ascenso hasta el pueblo de Varzigueto. A pesar de la dureza de este tramo, el esfuerzo de la subida se ve recompensado por la asombrosa panorámica del Parque Natural de Alvão y de la falla geológica que da forma a las Fisgas de Ermelo. A estas alturas de la senda, y antes de alcanzar Varziqueto, es el momento de visitar las Piocas de Cima, unas lagunas alimentadas por pequeños saltos de agua cuyo nombre viene dado por la forma de "sumidero" que tienen.
Una vez superado el pueblo de Varzigueto tendremos que atravesar el río Olo y continuar el camino hasta el mirador de Fisgas de Ermelo. En el descenso desde este punto también será posible acceder a otra de las zonas populares para el baño del trayecto: las Piocas de Baixo, otro conjunto de pequeñas lagunas formadas sobre los afloramientos rocosos de la sierra y alimentadas por las aguas del río Olo. Antes de poner rumbo a Ermelo, habrá que cruzar de nuevo el río Olo por el puente de madera de Abelheira. Desde este rincón, el paisaje agrícola domina el último tramo de la senda antes de volver al punto de partida donde también finaliza la ruta.
Flora y fauna en el Parque Natural de Alvão
Por su situación privilegiada en una zona de influencia climática mixta ―de costa húmeda e interior más seco―, el Parque Natural de Alvão constituye un enclave ideal para la formación de una gran diversidad de ecosistemas, hábitat y especies. Catalogada como parque nacional y Lugar de Interés Comunitario según la Red Natura 2000, lo cierto es que en este área protegida del norte de Portugal conviven en torno a 486 especies de flora y otras 200 de fauna. Como dato curioso vale la pena mencionar el hecho de que hasta 25 plantas sólo existen en la Península Ibérica, otras seis en Portugal (endémicas ibéricas y lusitanas) y hasta diez especies animales también existen únicamente en este territorio ibérico. Por destacar algún ejemplo, entre las especies exclusivas del suelo nacional luso se encuentra el lirio silvestre (paradise lusitanica).
En el caso particular de la fauna, lo más habitual es encontrar pastando libremente por los campos a vacas barónicas y rebaños de cabras montesas. No obstante, en el Parque Natural de Alvão también habitan otros animales de carácter mucho más esquivo, como el lobo ibérico. Por su parte, la nutria o el topo de agua son otros dos de los ejemplos que se pueden ver más a menudo en las zonas húmedas de la sierra. En el espacio aéreo, el arrendajo pico rojo es una de las especies más difíciles de detectar, pues está considerada en peligro de extinción en Portugal. El búho real por su parte, y aunque es más común avistarlo, se encuentra dentro de las especies amenazadas en el territorio. También resulta curioso el caso de la mariposa azul, pues el Parque Natural de Alvão alberga la mayor colonia de esta frágil especie nacida en turberas y muy común durante los meses de verano.