Cuando hablamos de de patrimonio minero en Galicia es necesario mencionar las restauraciones de la Mina de Meirama y la Mina de As Pontes, quizás dos de las rehabilitaciones mineras ―en este caso ambas de extracción de carbón para abastecimiento de centrales térmicas― más importantes de toda Europa debido a su volumen, impacto y trascendencia medioambiental. En esta pequeña lista queremos destacar varios ejemplos que podemos encontrar en la provincia de Pontevedra de antiguas minas o zonas de extracción inactivas que han experimentado su particular metamorfosis, convirtiéndose en muchos casos en auténticos ejemplos de biodiversidad.
Mina Mercedes (Valga)
Hace varias décadas, en los entornos cercanos a la ría de Arousa y el río Ulla era muy común ver instalaciones dedicadas a la extracción de arcillas y áridos para la producción de tejas o ladrillos. En el municipio de Valga existen dos lagunas que representan los restos de estas antiguas explotaciones, la más conocida es la Mina Mercedes ―también llamada laguna de Santa Cristina―, ubicada junto a la carretera que conecta Vilagarcía de Arousa y Pontecesures.
La actividad en esta explotación se mantuvo en activo hasta finales del siglo XX, momento el socavón provocado por las continúas extracciones fue ocupado por el agua. En la actualidad, Mina Mercedes está considerada la mayor laguna de origen no natural de la provincia, con una extensión de 300.000 metros cuadrados que conforman un ecosistema rico en flora y fauna.
En el año 2010, el concello de Valga inició su acondicionamiento como espacio natural, dando lugar a un entorno repleto de senderos, arboledas autóctonas e incluso plataformas pesqueras, ya que desde 2012 el lago se convirtió en un coto de pesca sin muerte. También en el año 2018 se puso en marcha un proyecto conjunto entre la Xunta de Galicia y el gobierno local para la puesta en valor del teleférico de la Mina Mercedes sin perjudicar el desarrollo sostenible de la misma. Además, la iniciativa incluye la reactivación de las líneas de vagonetas mineras y la creación de varios terminales de acceso a ambos lados del circuito.
Pedras Miudas (Catoira)
La laguna de Pedras Miúdas, en Catoira, es uno de los mejores ejemplos del poder evolutivo de la naturaleza en las minas gallegas. Esta vieja cantera de granito a cielo abierto sufrió una regeneración natural gracias a acumulación de aguas procedentes de las fuertes lluvias y los manantiales existentes bajo los suelos del terreno. Tras la transformación paisajística vivida, la zona empezó a formar parte del Inventario de Humadales de Galicia y ya en el año 2008 fue declarada Espacio Natural de Interés Local.
En los últimos años el espacio ha ido mejorando su imagen por medio de varias obras de rehabilitación, convirtiéndolo en el lugar perfecto para disfrutar del tiempo de ocio entre naturaleza. En el año 2015, a raíz de las obras del tren de alta velocidad y la construcción del Viaducto del Ulla, se mejoraron los accesos a la laguna, con pasarelas de madera que recorren los bordes del lago y culminan su trazado en lo alto de la colina donde se sitúan los molinos de viento de Abalo, un conjunto único en Europa. A día de hoy, en el entorno de Pedras Miúdas también podremos encontrar un aula medioambiental, un área recreativa y amplio aparcamiento.
Cantera Ferro (O Porriño)
De antigua explotación a gran espacio de bosque verde, así se define una de las transformaciones más espectaculares que podemos encontrar en la provincia de Pontevedra, concretamente en la Cantera de Ferro en O Porriño. Desde mediados del siglo XX hasta el año 2010 se extrajeron cientos de toneladas de granito en bloque para Pocasa, una de las agrupaciones más importantes de la zona.
Cuando la actividad se dio por finalizada, se realizó una actuación de relleno del muro de cantera, de unos 25 metros de altura, así como del foso de operaciones con material procedente de 150 obras. En total, 604 millones de m3 de material fueron empleados, y sobre él se acondicionó toda una cubierta vegetal con arbustos y un millar de pinos para su integración en el entorno natural. Además, a día de hoy, por toda la parroquia de Atios se extienden numerosos canteras inoperativas, muchas de ellas convertidas en pequeños lagos debido a la acumulación de agua de lluvia.