El Pazo-Museo Quiñones de León se encuentra ubicado en las inmediaciones del famoso Parque de Castrelos, en Vigo. Para conocer los orígenes de esta emblemática casa señorial es necesario remontarse hasta nada menos que el siglo XVII, pues en este mismo lugar existía una construcción previa conocida popularmente como Pazo o Torre de Lavandeira.
La vivienda fue levantada años después de la fundación del mayorazgo por Juan Tavares, cuya familia permaneció en ella hasta la entrada de los Montenegro en el siglo XVIII, y del marquesado de Valladares ya en el XIX. De hecho, fueron estos últimos propietarios, doña María de los Milagros Elduayen (VIII Marquesa de Valladares) y su esposo Fernando Quiñones de León (Marqués de Alcedo), quienes emprendieron la reforma más importante del edificio.
Tras una serie de desdichas e infortunios, en diciembre de 1924, el patriarca de la familia decide donar la propiedad a la ciudad de Vigo con la condición de establecer en la parcela tanto un museo como un parque de carácter público. Hasta el día de hoy, el Pazo-Museo de Quiñones de León ―declarado en su conjunto Monumento histórico-artístico y BIC― es reconocido por albergar una de las mejores y más importantes colecciones permanentes de pintura gallega del siglo XX; así como unos hermosos y amplios exteriores de influencia inglesa y francesa.
Un pazo con vocación museística
En el año 1937, el Museo Municipal de Vigo abrió sus puertas por primera vez en el espacio cedido por el marquesado del Pazo Quiñones de León. Como ya mencionamos más arriba, aunque el museo acoge diversas colecciones, una de las más importantes es sobre la pintura gallega del siglo XX. Cabe destacar que la mayoría de obras expuestas en el pazo son en gran medida fruto del legado de la figura de Policarpo Sanz.
En total, casi una treintena de estancias, desdee el despacho o hall principal, a la biblioteca o el comedor de Sargadelos, componen todo el entramado artístico de Quiñones de León. En el interior, la planta baja todavía conserva su característica apariencia clásica y de corte señorial, respetando los elementos decorativos, datados de entre el siglo XVIII y XX, de la antigua residencia de estos nobles gallegos.
Otra de las secciones destacadas del interior es la referente a una ingente compilación de lienzos europeos, cuyas fechas de creación se sitúan entre los siglos XVII y XVIII. De hecho, esta interesante colección incluye pinturas llegadas desde el insigne Museo del Prado y el antiguo Museo Nacional de Arte Moderno. Y más allá del edificio principal, en una de las estancias contiguas se localiza un departamento dedicado en exclusiva a la arqueología, con piezas y fragmentos ―del Paleolítico a la Edad Media― procedentes desde diferentes rincones de toda la comarca de Vigo.
Por norma general, El Pazo-Museo Quiñones de León permanece cerrado todos los lunes del año y la entrada al mismo es libre y gratuita. El espacio permite el acceso a las exposiciones permanentes y temporales, la edificación principal, la pinacoteca o la sala de arqueología, así como los jardines exteriores. El horario de visita es de martes a viernes de 10 a 14 horas; sábados de 17 a 20 horas, y domingos o festivos en el mismo horario que las jornadas de mañana.
Los jardines de ensueño de Quiñones de León
El Pazo de Quiñones de León puede presumir de tener uno de los jardines más impresionantes de Vigo, siendo las camelias las grandes protagonistas de estos exteriores, que van desde el barroco jardín francés al agreste y natural jardín inglés (llamado también "pradera del té").
En conjunto, las zonas verdes se dividen en unas seis partes que incluyen zonas como el parque de acceso, la rosaleda, la solana o el bosque. Además, cabe destacar que los exteriores de Quiñones de León fueron reconocidos en su día por la Unión Europea con un premio al patrimonio cultural, gracias a un recorrido adaptado a personas con deficiencias de visión, que se realiza a través de distintos estímulos táctiles y olfativos.
Una jornada de visita al emblemático Pazo Quiñones de León puede terminar en el cercano Parque de Castrelos, el auténtico pulmón verde de la ciudad Olívica. Este entorno natural cuenta con zonas de aparcamiento, parque infantil, un lago artificial e incluso un auditorio al aire libre. Desde este punto también parten varias rutas y senderos que discurren paralelos al río Lagares. En resumidas cuentas, un plan perfecto para realizar con niños, viajando entre historia, botánica y naturaleza sin necesidad de salir de Vigo.