Publicada

A veces nos empeñamos en coger un avión para desconectar de la rutina, pero ¿y si te digo que no hace falta viajar a la otra punta del planeta para olvidar los problemas del día a día? Quizás eres consciente de ello, pero no siempre lo ponemos en práctica por la tendencia a buscar lo extraordinario en lugar de apreciar lo que tenemos cerca.

La magia de desconectar no siempre reside en el destino, sino en la actitud con la que decidimos enfrentar el momento. A veces, una caminata, un paseo por la playa o simplemente un día sin mirar el reloj pueden tener el mismo efecto revitalizante que un viaje lejano al otro lado del charco. Lo importante es permitirnos ese respiro y (re)conectar con lo esencial, con lo que nos hace feliz.

Un viaje a la capital gallega del arte rupestre

Parque arqueológico de arte rupestre de Campo Lameiro (Pontevedra). Foto: Turismo de Pontevedra

Campo Lameiro es conocida como la capital gallega del arte rupestre por albergar en su territorio una de las mayores concentraciones de petroglifos de toda Europa, situados en su mayoría en el entorno del Parque Arqueolóxico de Arte Rupestre, un complejo de más de 20 hectáreas rodeadas de naturaleza. El lugar cuenta con una red de senderos que conectan las diferentes estaciones rupestres y áreas de descanso a lo largo de más de tres kilómetros. 

Pasear por el Parque es una experiencia para disfrutar con los cinco sentidos. Patrimonio cultural y paisaje se dan la mano y nos permiten descubrir significativos grabados rupestres gallegos. El paseo por la ruta de los petroglifos de Campo Lameiro tiene nueve escalas, cada una con un mural en roca natural en el que nuestros antepasados representaron escenas de caza, misteriosos laberintos, armas y otras imágenes. 

"Un pequeño panel en cada una de estas estaciones sirve de guía para diferencia las líneas grabadas por la mano del ser humano de las marcas naturales de la piedra", apunta Turismo Rías Baixas. "Algunas, como la Laxe dos Carballos, son magníficos y hermosos lienzos labrados en la piedra en los que se distinguen perfectamente varias escenas dentro de una composición coral. En el Outeiro dos Cogoludos sentiremos la magia de los laberintos de la Edad de Bronce". 

Precisamente, la visita al área arqueológica finaliza con la parada en el poblado de la Edad de Bronce. Con varias cabañas, estructuras de almacenamientos y cercados para los animales, se trata de una recreación de gran calidad que busca reproducir cómo vivían los gallegos de hace 4.000 años

Es probable que te surjan varias preguntas a lo largo del recorrido. Pues bien, el Parque Arqueolóxico de Arte Rupestre cuenta con un espacio de exposición, que presenta la información de manera didáctica, visual, sencilla y atractiva. Mientras avanzas, poodrás visitar el interior de una cabaña reproducida para conocer mejor la vida doméstica, así como descubrir una sorprendente réplica de tamaño natural de un cazador. 

Un espectacular audiovisual te trasladará a la época en la que se realizaron los petroglifos y te presentará distintas hipótesis que, en la actualidad, formulan los investigadores para explicar el sentido que encierran. La visita concluye con un último sector que conciencia de la importancia que tiene conservar las muestras de arte rupestre ante el proceso de degradación que sufrieron a lo largo de los siglos. 

Un dato curioso es que la cubierta del edificio cambia de tonalidad durante el día, con el juego cromático que produce la luz natural. 

¿Qué hacer y ver en Campo Lameiro?

El Parque Arqueolóxico de Arte Rupestre no es el único atractivo de Campo Lameiro. También está la playa fluvial de Redonde. Rodeada de robledales con mesas, columpios y otros equipamientos, es una zona ideal para pasar unas horas de relax en medio de la naturaleza. No nos podemos olvidar del monte Agüeiros, con unas impresionantes panorámicas.

"Allí está el castro de Penalba, uno de los más antiguos de Galicia, del siglo VIII a.C. En la cima del monte se encuentra otro petroglifo, el de Pedra da Serpe; y cerca de allí, a 400 metros, el de Rotea do Mendo", apunta la Deputación de Pontevedra. En definitiva, Campo Lameiro, que fue Capital de Turismo Rural 2023, es un lugar sorprendente que merece la pena visitar al menos una vez en la vida.

Un viaje de 30 minutos en coche separan los municipios de Pontevedra y Campo Lameiro. Para llegar, existen varias rutas, aunque la más rápida discurre por la carretera PO-223. Si no dispones de transporte privado, puedes ir en autobús, con diferentes frecuencias horarias según el día de la semana.