La piscina natural de las Rías Baixas que te encantará: Un jacuzzi natural rodeado de naturaleza
Es un enclave perfecto para (des)conectar tanto en verano como en cualquier otra época del año
23 agosto, 2024 13:45Las Rías Baixas cuentan con infinidad de arenales de gran belleza, pero un dato que muchas personas desconocen es que esta zona de la provincia de Pontevedra esconde numerosas piscinas naturales ideales para refrescarse en los días más calurosos del verano. El mes de agosto está a punto acabar, pero aún puedes aprovechar para visitar la fervenza de Segade, un jacuzzi natural rodeado de naturaleza y pocos kilómetros de Caldas de Reis.
Esta maravilla de la naturaleza es un conjunto de cascadas y pozas por las que pasa el río Umia. Con una altura de unos 30 metros, la fervenza de Segade baja formando diferentes pozas con profundidad suficiente para poder darse un refrescante chapuzón, por lo que cuando el tiempo acompaña es un lugar estupendo muy frecuentado por vecinos y visitantes.
Esta piscina natural rodeada de naturaleza es un enclave perfecto para (des)conectar tanto en verano como en cualquier otra época del año. No cuenta con servicios (duchas, baños, bar...) y si tenemos intención de pasar todo el día, sería recomendable llevar agua y algo de comida para no tener que volver a Caldas de Reis.
La visita a la fervenza de Segade también merece la pena durante el invierno, si bien el caudal es mucho más irregular y hay que extremar las precauciones. "Por esa razón, desde hace unos años, cuenta con una presa que lo regula para evitar así diferentes inundaciones y que también se pueda visitar", apuntan desde el portal Vive el Camino.
Para llegar hasta la cascada de Segade hay que tomar un sendero desde Caldas de Reis y caminar aproximadamente un kilómetro hasta encontrar un puente de madera y continuar por las ruinas de la antigua fábrica de la luz, construida en 1900 y activa durante más de 50 años. Junto a ella, estará el punto más esperado de la ruta, la fervenza de Segade.
Un dato de interés es que la ruta hasta la fervenza de Segade oculta el antiguo puente romano de Baxe, construido en el siglo I y remodelado en el año 1729. Se trata de un puente con un solo ojo formando por un gran arco de medio punto que atraviesa el río Umia.