Fervenza da Feixa: un lugar de cuento a orillas del río Alvedosa y a solo un paso de Vigo
La localidad de Redondela esconde entre sus límites una enclave de enorme riqueza natural y paisajística que recorre entre escalinatas de madera varios saltos de agua y antiguos molinos
28 enero, 2024 05:00Este año durante la Feria Internacional de Turismo (Fitur) de Madrid, Turismo de Galicia ha querido poner en valor con la campaña "100% Rías Baixas" los recursos hídricos de este importante geodestino gallego. Lo cierto es que la cultura del agua se ha convertido en uno de los grandes atractivos de este rincón del sur del territorio y de entre todos los tesoros naturales vinculados a sus mares, ríos y rías, las cascadas conforman algunos de los entornos más mágicos de todas las Rías Baixas. La fuerza y la belleza inherente del agua en estos enclaves es capaz de sorprender siempre al visitante, con unos saltos de agua que terminan sorteando a su paso todo tipo de molinos centenarios, sorprendentes formaciones rocosas e increíbles bosques atlánticos.
Uno de esos lugares de cuento en las Rías Baixas se encuentra a sólo un paso de la ciudad Olívica, bordeando el río Alvedosa y enclavado junto a un acogedor furancho destacado con un Solete de la Guía Repsol. Se trata de la Fervenza da Feixa, considerado uno de los rincones más bonitos de la localidad de Redondela. Cabe destacar que el año 2014, todo el entorno fue señalizado y acondicionado por el concello gracias a la instalación de nuevas pasarelas y escaleras de madera que ahora continúan el trazado del río y conforman una agradable caminata entre miradores, puentes, saltos de agua y una exuberante naturaleza autóctona.
Una ruta por el corazón fluvial de Redondela
El río Alvedosa nace en las tierras de Pazos de Borbén y desemboca a la altura de Redondela, en la propia ensenada de San Simón. A lo largo de todo su trazado, el Alvedosa recibe las aguas de distintos regatos hasta que, ya cerca del casco urbano, se junta también con el Maceira. Es de hecho en este punto de Santo Paio de Abaixo, muy cerca del vial del AVE, donde da comienzo la pequeña senda fluvial que descubre una de las joyas más bellas y recónditas de la localidad: la Fervenza da Feixa. Se trata de una ruta en descenso de apenas 200 metros, ideal para realizar con niños ya que ha sido habilitada con pasarelas y escalinatas de madera que permiten a los senderistas salvar un desnivel de 15 metros y disfrutar del espectáculo de la naturaleza que ofrece este salto de agua redondelano que alcanza los 6 metros de altura.
Por otro lado, y al margen del área recreativa con bancos y mesas de piedra que existe en la zona, en el entorno de la Fervenza da Feixa también podremos encontrar un interesante conjunto etnográfico formado por varios antiguos molinos que durante la época de la molienda aprovecharon el significativo desnivel de la cascada para hacer funcionar sus engranajes. Cabe señalar que dos de estas construcciones típicas fueron reconvertidas con el paso del tiempo en viviendas y establecimientos privados, destacando el caso particular del ya mencionado O Muíño Vello, una tapería-restaurante enxebre que abrió sus puertas allá por el año 1984.
La buena gastronomía a pie de río
Más allá del encanto natural y paisajístico de los alrededores de la Fervenza da Feixa, este enclave mágico en Redondela también oculta a sus orillas un auténtico templo del buen comer. En uno de los márgenes del curso fluvial del Alvedosa destaca desde el horizonte la silueta restaurada de un viejo molino que hunde sus raíces en 1754 y que desde el año 1984 acoge una tapería-restaurante. La verdad es que con el transcurrir de los siglos el interior de esta construcción tradicional ha ido dejando atrás el arte de la molienda para dar paso a la actividad gastronómica, convirtiendo al espacio en estas últimas décadas en uno de los emblemas culinarios de Redondela. Cabe destacar que el furancho en cuestión fue distinguido en el año 2022 con un Solete de la Guía Repsol por ser una de las "mejores terrazas de Galicia". De hecho, se trata de uno de los tres únicos locales que fueron premiados aquella temporada por la afamada guía en la provincia de Pontevedra.