Doctor en Economía por las universidades de Cambridge y Santiago de Compostela, Abel Caballero (Ponteareas, 1946), no oculta sus dos grandes amores; su mujer, Cristina, y su ciudad, Vigo. Ostenta la alcaldía de la ciudad desde 2007 — en los últimos comicios obtuvo casi un 68% de los votos a su favor — y asegura que será su último puesto político.
P. Nos gustaría hacer una entrevista más personalista que política, como no hay nada más personal que el nombre, cuéntenos, Abel Ramón no es un nombre muy común, ¿cuál es su origen?
R. Abel es un nombre de mi familia de muchas generaciones y el primogénito siempre se llamaba Abel. Yo soy el número cinco. Mi hermano mayor murió antes de que yo naciera -de meningitis en los años 40- y cogí el nombre de Abel por esa razón. Ramón es porque nací muy cerquita del día de San Ramón y mi madre dijo: “pues Abel Ramón”, y está bien.
P. Es de Ponteareas de nacimiento. ¿Se siente vigués?
R. Para sentirse de un territorio, de una ciudad, no es imprescindible haber nacido en ella. Yo quiero mucho a Ponteareas, como es natural, todos queremos el sitio donde nacimos, pero mi ciudad es Vigo. Vigo es una parte tan importante de mi vida, que lo ocupa todo. Mi vida la ocupan, en este momento, mi mujer, Cristina, y Vigo.
P. ¿Qué es lo que más le gusta de esta ciudad?
R. No se puede contestar a esa pregunta. Vigo tiene bellezas aparentes y visibles, como esto mismo que se ve desde la ventana, estas vistas, las Islas Cíes, pero luego te pierdes por cualquier lugar de Vigo, en la parte ya construida y es excepcional, el Casco Vello es maravilloso. Si vas por Policarpo Sanz y García Barbón, de pronto encuentras una ciudad llena de flores, de luz. Pero sigues hasta el Calvario y allí el granito y el verde lo va ocupando todo y vas viendo después en otras zonas, en parques infantiles, en pistas deportivas, y ves que allí la vida brota y que aquello es extraordinario.
O de repente te encuentras con un mural en un edificio de los que estamos haciendo y yo me quedo extasiado, a mi me gusta mucho la pintura, y son verdaderas obras de arte. Cuando pasas por delante del nuevo Balaídos casi no das crédito de la belleza que tiene. De Vigo me gusta todo.
P. ¿Cree que la alcaldía de Vigo será el último puesto político que sustente? ¿Hasta cuando?
R. Sí. Sin ninguna duda. Hay dos formas de dejarla, o cuando pierdes unas elecciones, que no va a ser fácil que yo las pierda, o por la edad, porque quieres dedicarte a una vida más tranquila. Cuando yo digo que Vigo es mi vida lo digo de forma literal.
P. ¿Será entonces la salud la que marque este camino?
R. Más que la salud, la naturaleza. Por suerte yo tengo una salud de hierro y esto me ayuda sobremanera en este ritmo de trabajo. Pero sí, Vigo es mi vida y no concibo ningún ámbito político que no sea esta ciudad. Ni se me ocurrirá ni se me ocurrió. Yo si hubiera ido a estas últimas elecciones autonómicas probablemente las habría ganado, pero mi proyecto se llama Vigo y mi ciudad se llama Vigo.
P. En las últimas municipales fue usted uno de los alcaldes más votados de España, ¿por qué cree que le apoya la gente?
R. De los más votados de Europa. Porque nosotros hicimos un proyecto municipal completamente distinto. Yo borré las fronteras ideológicas. Aquí no hay ideología, aquí hay ciudad. Cuando van mil niños y niñas a estudiar inglés a Inglaterra son hijos de gente parada, hijos de gente que limpia una casa, hijos de profesionales o hijos de los dueños de las fábricas de Vigo. Van todos juntos y son iguales. Yo creo que es un ejemplo. Conseguimos eliminar barreras ideológicas. Yo atiendo a toda la ciudad, a todos los estratos, a todos los grupos, y todos saben, además, que es así.
Esto es un modelo político, es una forma de encarnar valores ciudadanos que compartimos todos. Yo siempre enfatizo lo que nos une, pongo delante de la ciudad lo que podemos hacer juntos. Lo que nos divide trato de borrarlo, trato de resolverlo de la mejor manera posible, pero de borrarlo. Y esto es un modelo de actuación. El resultado es el de tener el 68% del voto, cosa que no tiene precedente en ninguna gran ciudad europea de sistema político proporcional. Si hablamos de una ciudad de 300.000 habitantes, claro, si tienes 5.000 es posible, pero con 300.000 habitantes, no hay un solo caso.
Porque, por cierto, me vota casi el 70% pero me apoya el 90%. En las encuestan preguntan: ¿Usted cree que Abel Caballero lo hace bien o muy bien? El 90%. ¿Regular? El 4%. ¿Mal? El 2%. Y muy mal, el cero y pico.
P. Y siendo un modelo político, ¿por qué no optan más alcaldes a él, vistos los resultados?
R. Bueno, porque una cosa es el modelo y otra la aplicación. Unos son capaces de hacerlo, otros no son capaces, y unos quieren y otros no. Hay gente muy ideologizada y a los que les prima la ideología. Aquí, en Vigo, a la oposición les prima la ideología, no entienden la ciudad y no entienden que lo mejor para ellos es apoyar lo que yo hago. O algunas cosas, todo no. Pero apoyarlo, porque seguro que la ciudad se lo iba a agradecer.
Además, hay un fenómeno singular y es que la gente que tiene poquito peso en política, obedecen tanto a sus partidos que políticamente desaparecen. Tienes que tener peso político, capacidad, liderazgo y lanzar un proyecto. Y aquí, enganchó.
P. ¿Con qué momento de su trayectoria política se quedaría?
R. Sin duda la alcaldía de Vigo. Ha sido lo más importante que he hecho yo en mi vida política. Mucho más que ser ministro. Es mucho más importante ser alcalde de Vigo que ser ministro del Gobierno de España. Y mira que yo valoro mucho haber sido ministro, pero no hay nada igual a ser alcalde de tu ciudad si tu ciudad es Vigo.
P¿De qué logro o proyecto en Vigo siente más orgullo?
R. Actuamos tanto y en tantos lugares y sectores que es imposible singularizar. Tenemos un proyecto de ciudad, de territorio físico, de espacio de convivencia, pero tenemos un proyecto para los más pequeños y para los más mayores, en el ámbito deportivo y en el ámbito cultural. Todo esto se está desarrollando en todas partes. Yo creo que lo importante es que Vigo está viviendo una transformación como nunca pudo pensar. En todas partes, zonas, sectores sociales, espacios, territorios, ámbitos… Se nota nuestra acción.
P. Todavía no se habrá hecho todo. ¿Qué le falta a Vigo?
R. Nos queda seguir buscando los espacios físicos para vivir. Y nos queda una parte muy importante, que ya estamos abordando, que es eliminar las limitaciones orográficas de la ciudad. Vigo es una ciudad orográficamente agresiva, es una montaña, y en una montaña es muy difícil vivir, sobre todo para una población que cada vez tiene más edad. Y esa parte nos queda, que es lo que yo llamo Vigo Vertical. Yo voy a llenar Vigo de ascensores, de escaleras mecánicas y de rampas.
Ayer estuve viendo la rampa mecánica para meter en el centro de salud de Teis. Allí hay una cuesta que tiene el 17% de pendiente, es una locura. Y esto hay que resolverlo, porque no todo el mundo es Chus Lago que es capaz de subir un monte de ocho kilómetros. Por eso esa parte la estamos potenciando y la voy a dinamizar mucho.
Otra cosa que tenemos que conseguir es que los espacios deportivos de la ciudad sean los del siglo XXII. Hay que reformar todos los vestuarios y hay que seguir haciendo pabellones deportivos.
Y después, yo quiero hacer una transformación del Vigo verde. La playa de Samil, por ejemplo. Hubo un momento infortunado en la historia de esta ciudad en la que la dividieron poniéndole un paseo por la mitad. Rompieron unas dunas maravillosas y una parte del sistema ecológico de Vigo. Yo quiero recuperar todo eso. O el Río Lagares. ¿Cuántas ciudades conoces que tengan la cuenca de un río dentro de su término municipal? Yo ninguna. Solo Vigo. Tenemos un río que no se seca nunca, muy generoso en agua, que nace en Vigo y muere en Vigo, y todos sus afluentes nacen en Vigo y mueren en Vigo. Yo quiero hacer de eso un proyecto.
Y nos queda Cíes Patrimonio de la Humanidad, que la Xunta de Galicia boicoteó de una forma intolerable presentando un proyecto que ni siquiera se está moviendo.
P. Como decía, ¿no puede ser ahora el momento de unirse, de las sinergias, de encontrar los puntos en común?
R. Pero para eso tienen que querer los dos, y lo cierto es que solo quiero yo. Si Feijóo atiende a esta ciudad, yo le pongo una alfombra roja cada vez que venga. Por ejemplo, a mi me encanta la Ciudad de la Justicia, me encanta, y lo voy a decir. Pero el problema es que solo hace eso, el problema es que nos paraliza cosas, el problema es que no actúa.
P. Quizás ahora con esta situación tan complicada que vivimos sea el momento de llegar a acuerdos.
R. Yo, respecto al coronavirus, todo aquello que hace la Xunta de Galicia inmediatamente lo apoyo. No le he discutido absolutamente nada, y tengo alguna discrepancia, como es natural, pero es igual. Todo lo que diga la autoridad sanitaria que es la Xunta de Galicia, lo hago. Pero también le reclamo que me diga cómo está Vigo y no me lo dice.
P. Quería preguntarle por el proyecto Vigo Vertical, que ya hemos comentado antes. Es una importante apuesta por hacer más accesible la ciudad. Algo como la obra de Gran Vía parecía impensable. ¿Hasta dónde piensa llegar?
R. A todo Vigo. No descarto hacer un sistema de transporte en Vigo que sea una cinta mecánica que vaya desde la Plaza de América hasta la Plaza de España; desde Urzaiz hasta la Plaza de España la estamos haciendo. Y por tanto tener un sistema de transporte alternativo de modo que si tú vienes de Coia, te lleva hasta la parte alta de la Plaza de España y el resto lo bajas a pie.
Este sistema de movilidad interna unido a los patinetes y bicicletas con los carriles bici es una forma distinta de moverse. Los ascensores que estamos poniendo conectan la Ría con la ladera del Castro. Al Castro no quiero llegar, el Castro es una zona verde y tiene que estar como está. No tiene sentido poner una escalera para llegar allí, hay que subir a pie. Pero el unir el mar con, por ejemplo, la zona de Povisa, ya lo estamos haciendo. Ya estamos llegando a Hispanidad y si llegas a Hispanidad ya estás en la Gran Vía. Estamos revolucionando la idea de movilidad.
P. La próxima gran obra de la ciudad que será inaugurada próximamente será precisamente las rampas de Gran Vía, no a todo el mundo le convence tanto colorido…
R. Se inaugurará la semana antes de encender las luces de Navidad. Respecto a la obra, yo creo que a veces los cambios y la modernidad requieren un periodo de adaptación. Picasso a alguna gente no le gustaba. Y sobre todo, algo muy importante: no juzguen antes de que esté acabado. Aún falta todo el vegetal, faltan 300 árboles. Y todo ese cristal y esa serpiente multicolor es una escultura por la que se puede pasear y vivir bajo ella. Estéticamente a mí me encanta, pero vamos a esperar a que esté acabada. No obstante, lo más importante es que el bulevar no se usaba, y ahora es lo que se va a usar; por tanto, ganamos más espacio para la ciudad.
P. Su formación está centrada en la economía, sin embargo, muchos creen que es usted un auténtico experto en marketing. Ha hecho maravillas. ¿Cree que es más importante la realidad o lo que la gente puede llegar a creer?
R. Yo lo que creo es que hay que ser muy transparente. Yo doy ruedas de prensa, voy a las teles. Hay días en los que hago cuatro ruedas de prensa o que puedo estar en dos teles de España. Yo quiero comunicar y quiero contar. Yo no le tengo miedo a decir lo que hago, porque creo que está bien lo que hacemos. Observo que muchas veces en la política hay mucha medición, esta entrevista la doy, esta no. Yo no. Yo soy como soy y me gusta comunicar.
Me ofrezco todos los días delante de todos los periodistas de Vigo desde hace 13 años. Es un modelo. Y eso ha acabado en que tengo cierta presencia en toda España, por ser presidente de la FEMP, etc. y los medios de comunicación de España me llaman. Es una forma de ser, pero creo que hay que ser así, porque los ciudadanos lo tienen que saber absolutamente todo.
Si yo me pongo todos los días delante de la prensa de Vigo, sois libres de preguntarme lo que os dé la gana; y no escapo nunca, jamás. ¿Esto qué produce? Pues que al final tengo mucha relación con medios, soy muy mediático, pero lo soy porque me pongo delante de ellos y no le digo a nadie: "esto no me lo preguntes".
Para estar así todos los días durante 13 años tienes que tener mucha realización detrás, porque si no, ¿de qué hablas? Si no, ¿qué cuentas? Yo tengo que hablar de Vigo, de España y de Galicia. Lo que está sucediendo en esta ciudad es que es una revolución, es un modelo distinto, por eso todo el mundo quiere saber.
Yo tenía un gran objetivo y es que Vigo rompiera las barreras de lo local. Y Vigo es una referencia en Europa. Cuando yo presenté las luces en el mes de agosto, salió en The Guardian, salió en la República de Italia. La Navidad de Vigo salió en The New York Times, estamos en The Washington Post, estamos en los diarios más importantes del mundo. Si no hay sustancia detrás no sales, y aquí lo que hay es un modelo de ciudad. Es bueno tener un proyecto, realizarlo, y contarlo.
P. Que es un hombre mediático es algo que, creo, nadie pone en duda. La gente también le para por la calle para saludarle y hablar con usted. ¿Alguna vez echa de menos el anonimato?
R. Paseo mucho con mi mujer, con Cristina, vamos hablando y alguien saluda, yo saludo, si alguien me para, yo me paro, y al acabar tratamos de retomar la conversación donde estábamos, pero más adelante nos vuelve a pasar y más adelante, otra vez.
¿El anonimato? Es algo que no me planteo, mi vida es así. Yo me metí en esto para cambiar Vigo. Más importante que eso es que no tengo un segundo de tiempo libre. Yo paseo con mi mujer, con la que llevo casi 50 años casados y nos cocemos desde hace más, y por la calle no podemos hablar. El tiempo libre escasea, yo echo de menos poder tener algún tiempo libre, por ejemplo para escribir.
Echo de menos tener más tiempo libre pero también es tan satisfactorio que la gente te pare, te felicite, todos los jóvenes me saludan. Y eso te da tanto ánimo que todo lo demás queda diluido.
P. ¿Cómo son los vigueses? ¿Cree que hay algún rasgo que los defina?
Yo creo que somos gente con una inmensa capacidad de iniciativa. Nuestra cultura de ciudad es hacer cosas y no hay quien pare la iniciativa de esta ciudad. La gente tiene mucha capacidad de crear, de generar, en todos los ámbitos; en la cultura, en la economía, en la literatura… Esta ciudad necesitaba encontrar la autoestima, porque con ese poderío no tenía autoestima, y hoy la tenemos.
P. Si tuviera que elegir una ciudad que no fuera Vigo, ¿cuál sería su número 2? ¿Por qué?
R. Vigo. La tercera Vigo y la cuarta sería Cambridge. Allí Cristina y yo estuvimos tres años y yo me doctoré en su Universidad. Fue una etapa maravillosa y tuve muchísima fortuna porque trabajé con los discípulos de Keynes y viví un momento apasionante de la construcción de la teoría económica con los más brillantes del mundo. Guardo un recuerdo extraordinario.
P. Escribió 4 novelas entre 2002 y 2006, ninguna desde entonces. ¿Para cuándo la próxima?
R. Tenia dos más que las estoy acabando ahora; realmente escribí casi 6. Hace aproximadamente un año las retomé. Las saqué del ordenador y me puse a leer una y dije, “¡pero es buenísima!” El tiempo te hace olvidar las cosas que escribes. Y entonces la rehice. Después me acordé de que tenía otra, la busqué y me pareció excepcional.
P. ¿Cuándo las podemos esperar?
R. Una ya está circulando para entrar en editorial y a la otra le voy a dedicar seis meses de trabajo, en ese poquito tiempo libre que tengo.
P. ¿Un adelanto?
R. Una es sobre una amiga mía que compró un piso en Madrid, en la zona del Retiro. Cuando alguien compra un piso lo limpia mucho, debe ser que creemos que todo está sucio. Entonces estaba limpiándolo en un altillo y una madera se cayó y al asomarse vio que allí dentro había un cuarto, llamó a su marido corriendo y descubren que en aquel cuarto hay una mesa, un libro, y tres frascos. Y ahí empieza la novela.
P. Un libro para recomendar a los jóvenes.
R. Yo en esto soy muy clásico y la literatura que yo puedo recomendar es más para adultos, pero que lean El Quijote, que se aventuren con él. La lectura es una forma de adquirir conocimientos, madurez y de disfrutar, porque cuando una novela te engancha es maravilloso.
P. ¿Y para un adulto?
R. A alguien más mayor le recomendaría más cosas. Macbeth, Shakespeare, y Cien Años de Soledad. Yo soy un clásico.
P. Un vigués al que admire.
Vazquez Varela es un señor muy especial, pero me veo obligado a decir, inmediatamente, a José Manuel Caballero que es el bisabuelo de mi abuelo y que fue alcalde en el año 1814; puso la primera piedra de la Colegiata.
A partir de ahí, hay muchos. Laxeiro era vigués, un pintor extraordinario, pero Cunqueiro era vigués, algunos nacimos fuera, pero somos vigueses. Hoy me acuerdo rápidamente de Pulido, que es un pintor maravilloso. Y si me voy la mundo del deporte, pues Iago Aspas. Este chico tiene un mérito muy especial porque se hizo a sí mismo.
P. ¿Cómo será la Navidad en Vigo este año? Ya hemos llegado a la pregunta de la Navidad.
R. Bueno será una Navidad distinta pero maravillosa. La mejor del mundo.
P. ¿Habrá mercado en la plaza de Compostela? ¿Cómo se va a gestionar la seguridad ante la situación que vivimos?
R. Habrá mercado. Todo se va a gestionar con criterio Covid. Es decir, la Navidad va a ser cumpliendo al mil por cien los criterios de seguridad Covid y por tanto habrá aforos.
El árbol va a estar en la calle Policarpo Sanz, pues esa calle tendrá un aforo y en el momento en el que ese aforo esté cubierto se cierra, y hasta que alguien salga no entrará otro. No descartes, por ejemplo, que el encendido sea en Policarpo Sanz con 400 sillas y solo 400 personas en vez de 150.000.
La zona del mercadillo tendrá colas preparadas para poder entrar y tendrá un aforo. Y la Cabalgata de Reyes será una cabalgata estática, en la que los Reyes estarán situados en una calle y los niños, con sus familias, pasarán por allí con la distancia que exigen las normas. La Cabalgata probablemente empiece a las seis de la tarde y termine a las nueve o diez de la noche. Y si la cosa va muy mal muy mal, por streaming, pero vamos a tener Cabalgata. Los niños de Vigo y del mundo, al menos podrán ver la Cabalgata de Vigo.
No será como el año pasado, que por la zona del árbol pasaron más de cuatro millones de personas, pero la gente que venga sabrá que tiene seguridad.
De todas formas, nadie tenía gran expectativa en el verano, y cuadriculamos las playas. Fue un verano turístico magnífico, cero infecciones en las playas. El sistema funcionó. Y en navidades va a funcionar bien. Yo no voy a dejar a los niños de Vigo, y de todas partes, sin poder disfrutar de la Navidad.
P. ¿Cree que la pandemia nos va a cambiar de forma profunda como sociedad o volveremos a ser los mismo cuando todo esto pase?
R. Bueno, muchas cosas aprendimos. Aprendimos que tenemos que vivir las ciudades de forma distinta, que la convivencia tiene que ser distinta y, por tanto, esto nos cambia. Todos los grandes hechos cambian la sociedad. Pero también tenemos nuestra naturaleza y nosotros somos seres sociales, y volveremos a la sociabilidad y a algo tan extraordinario como pasear un grupo de gente junta, o tomar unas cañas un grupo grande, o juntarnos 30.000 personas en Balaídos. Todo eso volveremos a hacerlo, pero entenderemos la convivencia de forma distinta.
P. La crispación social que hay desde hace un tiempo en España es grande. ¿Hacia dónde cree que nos dirigimos?
R. Yo diría crispación política. Yo paseo mucho por la ciudad y no veo crispación, veo a la gente preocupada, como es natural, por el coronavirus. Pero lo que hay es una enorme crispación política que muchos creen que se refleja, pero lo que hay es mucha preocupación y una fortísima crisis. Pero gracias a los ertes o a las ayudas a pymes y autónomos es una crisis con colchones sociales.
P. Hay mucha gente que lo esta pasando mal en este momento, estamos viviendo una etapa muy difícil como sociedad. ¿Su mensaje es de esperanza?
R. De esta vamos a salir. Y lo vamos a hacer atendiendo más a la gente, porque estamos aprendiendo lo importantes que somos las personas colectivamente. Vamos a salir mejorados en términos de percepción social, de nuestra sensibilidad, en términos del aprecio al bienestar colectivo.
Además, la economía se va a recuperar muy pronto. Tan pronto se resuelva la crisis sanitaria, es decir, cuando tengamos vacuna, la economía se va a recuperar, porque el aparato productivo no está dañado. Aquí no hubo especulación, no hubo usura, no hubo lo de la crisis anterior, que había que digerir; lo nuestro es que hay enfermedad y hay que parar pero de esta vamos a salir y no va a tardar.
Vamos a salir en dimensión humana muy fortalecidos, porque entendemos muy bien el dolor, y eso nos hace más sensibles. Y vamos a salir con una economía, y hablo de Vigo, muy fortalecida.
P. Un mensaje para los lectores de Treintayseis.
R. A los lectores de Treintayseis les deseo que sigan atendiendo lo que escribáis. Os deseo mucha suerte en este proyecto que arranca; y viendo la entrevista que haces, os garantizo que vais a tener un gran éxito.