Galicia es conocida por sus cielos encapotados y los múltiples nombres para denominar el fenómeno meteorológico de la lluvia. La lluvia representa fertilidad, bendición, la limpieza del paisaje. En épocas de sequía, como la que se sufrió en Galicia este verano, su importancia salta a la vista más que nunca.
Sin embargo, cuando el cielo descarga sin control sobre la tierra las consecuencias pueden perjudicar gravemente a las personas. Hay zonas que debido a su situación geográfica adolecen más los efectos de las lluvias torrenciales.
La localidad de Gondomar, muy próxima a Vigo, es uno de esos puntos que con la llegada de los temporales se convierte en una piscina impracticable para los vecinos, además de las importantes pérdidas materiales y el riesgo para la seguridad de las personas que suponen estos fenómenos. Por Gondomar pasan dos ríos, el Miñor y el Zamáns, cuyos caudales sufren grandes crecidas durante estas fechas. Lo mismo ocurre en otras como Sabarís, en Baiona.
Estos dos ámbitos del Val Miñor están identificados como zonas de especial riesgo potencial significativo de inundación por Augas de Galicia. Eso quiere decir que las cuencas se desbordan con frecuencia y las consecuencias para la población y el territorio son especialmente elevados.
Esta vulnerabilidad se está viendo agravada por el cambio climático, que tiene dos caras contrapuestas en los ríos: por un lado, con la disminución del volumen de agua, derivado de episodios de sequía cada vez más frecuentes; y por otro, el aumento desmedido del caudal, que produce desbordamientos e inundaciones en las zonas aledañas cuando se producen momentos de lluvias intensas y concentradas en el espacio y el tiempo.
En el marco de las acciones previstas para reducir la vulnerabilidad frente al cambio climático, la Xunta de Galicia está poniendo en marcha varias acciones para reducir las consecuencias de las inundaciones en las zonas vulnerables de O Baixo Miño.
Obras para frenar los desbordamientos
Cerca del núcleo urbano de Gondomar se encuentra el paseo fluvial del Miñor, también conocido como paseo de Carlos Casares. Esta senda transcurre a lo largo de la orilla del río y el panorama se vuelve más preocupante cuanto más se acerca uno a la estación de autobuses de Gondomar, ubicada junto al campo de fútbol de As Cercas.
Al lado de las dársenas hay un pequeño puente de piedra que cruza el Miñor y, unos metros a la izquierda, otro viaducto de mayor tamaño que soporta el tráfico rodado y sobre el que se puede leer la señal "ríos Miñor y Zamáns". Este es el punto de confluencia de ambas corrientes de agua. Tras las fuertes lluvias de las últimas semanas, el río se encuentra a los límites y parece que en cualquier momento sobrepasará el paso pedregoso.
Las recientes inundaciones del Miñor han puesto de relieve la necesidad de intervenir en la zona. La Xunta adjudicó a finales de noviembre de este año, por casi 1,8 millones de euros, los trabajos para reducir el riesgo de desbordamientos, que comenzarán a principios de 2023. La empresa adjudicataria ha sido la Unión Temporal de Empresas Prace Servicios y Obras S.A y Francisco Gómez y CIA S.L.
Las obras tienen un plazo de ejecución de 12 meses y están pensadas para "mejorar el drenaje en la zona en la que la confluencia de los ríos Miñor y Zamáns dispara el riesgo de las crecidas". Las actuaciones estructurales forman parte de la colaboración entre el gobierno autonómico —que financia íntegramente el proyecto— y el Concello de Gondomar —que debe poner los terrenos a disposición de la Xunta—.
De forma concreta, los trabajos se ejecutarán en el tramo del río Miñor que va desde el puente de la avenida del Conde de Gondomar (aguas arriba del antiguo colegio) hasta el puente de la avenida Curros Enríquez; y en el tramo del río Zamáns que va desde la puente de la avenida Elduayen hasta su desembocadura en el río Miñor.
La Xunta llevará a cabo la demolición del viaducto de la avenida Curros Enríquez y construirá otro de mayor amplitud para aumentar la capacidad de desagüe ante las crecidas. Asimismo, creará un canal de alivio bajo el nuevo puente, conectando los ríos Zamáns y Miñor.
Otros trabajos que se procederán a realizar será la elevación de la altura del muro del río Zamáns; el rebaje para eliminar el relleno junto al campo de fútbol, en el margen izquierdo del Miñor; y la limpieza de los canales de ambos ríos, la recuperación del bosque de ribera o a la adecuación y mejora de la zona del paseo Carlos Casares. Estas intervenciones están cofinanciadas por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) de la Unión Europea, en el marco del programa operativo Feder Galicia 2014-2020.
Actuaciones en Sabarís
No muy lejos del municipio de Gondomar, en el concello de Baiona, los vecinos experimentan episodios similares de inundaciones con la llegada de las fuertes lluvias. Concretamente, en el lugar de Sabarís, en el camino de As Monxas y en el camino Pouquena. Allí la Xunta de Galicia también intervendrá para evitar los riesgos de la crecida del río Groba.
Los trabajos fueron adjudicados en primavera a la empresa Petrolam Infraestructuras, S.L. por 476.390 euros y cuentan con un plazo de ejecución de cinco meses. Se centrarán en la mejora del drenaje en estos dos viarios situados en las cercanías de la desembocadura del río Groba e identificados como de riesgo potencial significativo de inundación.
Las obras objeto de este contrato consisten en la reforma de la red de pluviales existente a través de la ejecución de cuatro colectores, lo que permitirá mejorar su capacidad de desagüe en las condiciones más desfavorables, con la coincidencia de la pleamar con fuertes precipitaciones.
La actuación se desarrolla en el marco del convenio de colaboración firmado entre la Xunta y el Ayuntamiento de Baiona, por lo que Augas de Galicia asume la financiación de las actuaciones y la ejecución de las obras, y la entidad local los trámites necesarios para el inicio de los trabajos y la conservación de las actuaciones. Estas obras también se financiarán con fondos europeos Feder 2014-2020.