El imparable aumento del coste de la vivienda ha hecho que los empresarios y promotores se vean obligados a reinventarse, a buscar nuevas formas de construir y a ofrecer a los vigueses un mercado mucho más ajustado a sus necesidades actuales. Es el caso de Javier Calleja, propietario y director de Namai Namai, una empresa que trae "casas nórdicas" modulares y de madera que se montan en apenas tres meses: "En cinco meses tienes tu vivienda llave en mano".
Calleja, que inició en septiembre su aventura al frente de esta curiosa empresa inmobiliaria, insiste en que "no para" y que esta nueva forma de construir viviendas está acaparando el rural vigués. "Construimos mucho en Castrelos, en Beade, en Matamá… La gente quiere un chalé en el rural a bajo coste y con menos tiempo de construcción que la tradicional vivienda de piedra, ladrillo u hormigón", explica. "En lo que se ahorra verdaderamente es en el coste de montaje: yo tardo dos meses en traer la casa a Vigo y en tres meses te la entrego construida, por lo que te ahorras varios meses de pagar a unos operarios".
Las viviendas que Javier Calleja trae desde el norte de Europa son modulares, de abeto nórdico y de entre 24 y 200 metros cuadrados: "La gente busca una vivienda en el rural a bajo coste y de este modo obtiene una casa de hasta 200 metros que se construye en mucho menos tiempo". Además, también instalan casas de jardín u oficinas "que son mucho más estéticas y están de moda, porque ahora la gente está buscando el acabado que tiene la madera".
Hipotecas para viviendas sostenibles
El secreto de estas viviendas reside en realidad en que los nórdicos llevan siglos construyendo sus casas con "el material más aislante que existe, que es la madera". Así lo asegura el empresario, que ha estudiado en profundidad las edificaciones de los países más fríos del continente y se encarga de transportar estas viviendas modulares "con paredes de 23 centímetros de grosor, entre la propia madera y 10 centímetros de aislamiento a base de lana de roca, además de una cámara de aire". Consecuentemente, la estética encaja a la perfección con la robustez y la calidad de la madera, que "aísla a la perfección del frío y ofrece hogares muy cálidos en invierno y no muy fríos en verano".
Además, la mayor ventaja de estas casas modulares es la rapidez de transporte y la facilidad para construir viviendas "a medida, con un proyecto diseñado por un arquitecto que tiene un coste aproximado de 1.000 euros el metro cuadrado, que es mucho más barato que el ladrillo o la piedra". Calleja insiste también en la posibilidad de conseguir una hipoteca para adquirir este tipo de inmuebles, "que son una vivienda como otro cualquiera" y que cuentan con todas las garantías.
"Actualmente estamos viendo a gente de todo tipo comprando, desde mayores a gente muy joven, pasando por inversores que ven en las viviendas modulares una oportunidad de negocio: he recibido una solicitud para un glamping en Santiago, pero también para una urbanización en el área metropolitana de Vigo", explica. Las más demandadas son las casas de 100 metros cuadrados, "porque repito que mucha gente ahora busca precio y rapidez, pero sobre todo estética".
A pesar de que no son construcciones habituales en Galicia, es cierto que en los últimos años la instalación de este tipo de viviendas ha proliferado de forma importante y se ha podido ver cómo la madera encaja a la perfección con el estilo de vida del rural vigués, donde el bajo coste y la sostenibilidad concentran la inversión inmobiliaria de los nuevos residentes de las afueras.