La propiedad de dos de las tres mayores pesqueras de España, Iberconsa y Nueva Pescanova, y las últimas informaciones sobre las operaciones que estas pueden desarrollar, ha motivado la reapertura del debate sobre la importancia del origen de los accionistas respecto al lugar de la sede social de una firma, el empleo que generan y el impacto real sobre el tejido empresarial en un territorio determinado.
En el caso de Nueva Pescanova, su principal accionista, Abanca, que aumentó su participación en la compañía en febrero de 2021 hasta hacerse con el 97,48%, anunció hace poco más de 10 días que el fin que con el que se inició el camino en la pesquera, ya en el año 2015, estaba cada vez más cerca. La búsqueda de un socio industrial ha dado sus frutos tras varios años de rastreo.
Aunque en algún momento se puso la mirada sobre su competidora Iberconsa como posible comprador del gigante pesquero, la entidad financiera ha puesto fin a las dudas y ha establecido que negociará en exclusiva la venta del 80% de su participación con la canadiense Cooke. Una firma que, de entrada, resulta más complementaria y genera menores duplicidades de lo que lo haría su vecina Iberconsa, algo que produce cierta tranquilidad de cara al futuro de la primera firma pesquera gallega.
"En estos primeros momentos, y a falta de conocer más en profundidad el acuerdo entre Abanca y la empresa canadiense Cooke, la Xunta entiende que la entrada de este socio industrial será positiva si contribuye a garantizar el futuro de Nueva Pescanova. Es bueno para Galicia que esta empresa crezca en competitividad y en generación de empleo, pues Nueva Pescanova es toda una referencia en la industria de transformación pesquera española desde Galicia", han señalado desde la Xunta de Galicia a preguntas de este medio.
Blindar su galleguidad
Sobre el plan de negocio y el precio de venta de la pesquera todavía no se ha aportado información por parte de Abanca, sí ha querido destacar varios aspectos: por un lado, que "la transacción defiende una valoración futura de Nueva Pescanova del entorno de 800 millones" de euros; por otro, que "Nueva Pescanova mantendrá su marca y su sede en Vigo", dos aspectos que, cuando se habla de una firma histórica del sector, nadie quiere perder.
En este sentido, desde el Gobierno autonómico han sido también muy claros respecto a su postura. "Para Galicia Pescanova no es una empresa más: es una marca que fue y sigue siendo embajadora de nuestra tierra por todo el mundo. Lo primero que esperamos es que se garantice la viabilidad financiera de la empresa y que se sienten las bases para seguir siendo competitiva y crear más empleos de calidad", han señalado fuentes de la Xunta de Galicia.
"Lo segundo es que se blinde la galleguidad de Nueva Pescanova. Entendemos necesario que se mantenga su sede social y fiscal en Galicia, al igual que lleva siendo desde que en 1960 fue fundada por José Fernández López. Ya se lo trasladamos a Abanca y, en cuanto se complete la entrada del nuevo socio industrial, la Xunta se lo trasladará también a Cooke", han añadido las mismas fuentes.
Los días posteriores al anuncio de la venta a Cooke por parte de Abanca, trascendieron también los resultados de Nueva Pescanova en 2022, tras presentar la entidad financiera sus cuentas anuales consolidadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Estas cifras (correspondientes a los 9 primeros meses del año fiscal de la pesquera, es decir, de marzo a diciembre de 2022) reflejan unas pérdidas de más de 60 millones de euros, una situación que remarca la necesidad de la compañía de encontrar un futuro estable de la mano de un experto en el sector.
Futuro incierto en otras compañías del sector
Sobre el futuro del accionariado de las pesqueras gallegas, Iberconsa o Mascato son otras de las compañías en el foco. La primera, en manos del fondo americano Platinum desde 2019, y Mascato, al encontrarse explorando opciones para su venta. Aunque algunos rumores apuntaron a la posibilidad de que pudieran tener un futuro común, parece que sus caminos, al menos de momento, no están destinados a encontrarse.
La media de permanencia en una compañía que establecen los fondos de capital riesgo, cuyo único objetivo es obtener una rentabilidad, es de 4 años. El carácter temporal que define estas operaciones hacen pensar que Platinun Equity tendría que estar buscando una salida a su apuesta por Iberconsa, algo que, sin embargo, podría haber retrasado la crisis sanitaria global vivida los últimos años. Si a ello se le suma la inestabilidad económica derivada de la crisis energét ica o la guerra de Ucrania, no parece un momento sencillo para la salida de la pesquera de este fondo, que en su día protagonizó la mayor inversión de una entidad de estas características en la comunidad gallega y que alcanzó los 550 millones de euros.
En el caso de la firma familiar Mascato, con una facturación récord en 2021 que alcanzó los 232 millones de euros, se encuentra también en el mercado esperando la apuesta de algún inversor, ya sea un socio industrial con carácter de permanencia o un fondo de capital riesgo en busca de la mayor rentabilidad posible con una estancia efímera.
La galleguidad de estas dos compañías no cuenta de momento con ninguna garantía, algo que, como se ha visto ha querido destacar Abanca desde el anuncio de su venta. Desde la Xunta de Galicia, y sobre las operaciones en el sector pesquero, aseguran que "son decisiones empresariales a las que estamos muy atentos y en las que consideramos fundamental que supongan el mantenimiento de la actividad y la generación de empleo y riqueza en la comunidad".
El Gobierno autonómico se muestra, no obstante, positivo en este sentido y hacen hincapié en otras operaciones del sector en el pasado, que "supusieron el mantenimiento de la actividad en Galicia y el crecimiento del conjunto del sector. Así lo certifican tanto los datos de producción como de exportación del sector marítimo-pesquero, que mantienen una senda alcista notable en los últimos ejercicios".
El valor de la experiencia de un sector histórico
Si bien un accionariado extranjero puede valorarse como cierta pérdida de identidad en el valor territorial de una compañía, lo cierto es que la apuesta de los inversores por el sector pesquero de la comunidad gallega demuestra también el valor internacional y la potencialidad de una industria histórica, con la experiencia y los recursos necesarios para obtener unos grandes resultados.
Las exportaciones gallegas de productos del mar marcaron un nuevo récord en 2022 al superar los 2.500 millones de euros, una cifra que se duplicó en poco más de una década.
"Contamos con un complejo mar-industria fuerte, referente europeo e internacional, que lo hace muy atractivo para cualquier inversor. El saber hacer de nuestras empresas y de sus gestores y la buena evolución de su actividad es lo que lleva a estos inversores a fijarse en ellas", ratifican desde la Xunta de Galicia.