El experto en selección de alta dirección Diego Riera, ha iniciado un proyecto por cuenta propia tras varias décadas de experiencia en el sector del headhunting y la formación in-company. "Se trata de un servicio de confianza donde el peso de la marca tiene menos importancia en Galicia que en grandes ciudades, como Madrid, por eso tampoco le he dado muchas vueltas a la hora de ponerle nombre a mi nueva empresa, que es Riera & Asociados", cuenta Diego.
Su aterrizaje en el mundo de la selección se remonta a 1998 y fue fruto de una casualidad. "Yo en aquel momento me dedicaba a la formación para empresas, y en un conocido astillero de Vigo, en el cual tenían mucha carga de trabajo, me preguntaron si podía buscarles jefes de buque. Puse un anuncio en ofertas de empleo del Diario de Cádiz. Allí había menos trabajo en el naval y respondió mucha gente. Respondían por carta en papel, claro. Aquello salió bien, me gustó mucho el proceso, una cosa llevó a otra y ya llevo más de 20 años en esto", explica Riera.
Sobre las cualidades específicas del directivo gallego, Riera lo tiene claro: "el directivo gallego es un directivo valiente, piensa que opera en sectores donde la valentía se presupone y donde se corren riesgos, como puede ser el sector de la pesca. Por otro lado, y si lo comparo por ejemplo directivos de Madrid, creo que al directivo gallego le cuesta más comunicar de forma clara, y trabaja mucho por el nivel de confianza".
Galicia, un destino atractivo para los profesionales
En Galicia, y generalmente fuera del ámbito de las grandes ciudades, la búsqueda de talento para posiciones elevadas de dirección se cubre, en un 80%, con lo que se llama mercado oculto. Son puestos que no se publicitan ni se sacan al mercado de una forma explícita. "Es más habitual que las posiciones altas se muevan directamente a través de contactos y conocidos, sin la intervención de una empresa de selección", señala el experto.
"Por otro lado, se cubren muchos puestos de forma orgánica, por ascensos dentro de las compañías, lo que a mí me parece perfecto, porque es una forma de premiar y apostar por gente ya comprometida con el proyecto", añade Diego Riera.
Cuando el puesto requiere atraer talento que no se encuentra en la zona, Riera asegura que Galicia es un destino atractivo para muchos directivos, sobre todo de algunas zonas de España como puede ser la capital. "Nos consideran un lugar con buena calidad de vida, con mar y playa, donde el coste de vida no es excesivamente caro, colegios buenos a precios muy asequibles, y nos perciben como gente amable, tranquila y buenos anfitriones", sostiene.
Tras más de 20 años de experiencia, Diego no lo duda: "Galicia tiene tirón, pero sobre todo lo tiene para aquellos gallegos que quieren retornar". El headhunter apuesta, siempre que es posible, por traer de vuelta a casa a los profesionales gallegos que están fuera.
"Particularmente, a la hora de recomendar a mi cliente a quién seleccionar, yo prefiero que el candidato tenga alguna vinculación con Galicia, se corre menos riesgo de adaptación en el medio y largo plazo. Hace unos 5 años creé un grupo en Linkedin de ‘Profesionales gallegos en el extranjero’, en el que tengo unos 3.000 profesionales adheridos, y si publico una oferta, suelo hacer difusión de esta en el grupo a ver si alguno de anima a postularse como candidato. Además, las empresas de aquí valoran muy positivamente a los profesionales que han tenido una experiencia internacional ", apunta el fundador de Riera & Asociados, con sede en la ciudad olívica.
Su apuesta por el talento gallego es una reivindicación que este profesional hace en todos los aspectos de su trabajo. "Si queremos una Galicia fuerte creo que hay que apostar por nuestro talento, que lo tenemos muy bueno, y también por el proveedor local, que conoce bien la zona y las particularidades de sus empresas y sectores".
Dejar huella
Muchas veces nos preguntamos qué buscan las empresas a la hora de seleccionar a una persona para un puesto de alta dirección, pero en sentido inverso también es clave qué es lo que buscan los profesionales.
Según explica este experto, los profesionales se mueven por el proyecto en su conjunto. El salario debe ser justo, pero no es el elemento fundamental para acometer un cambio o embarcarse en una nueva aventura profesional. "Lo que muchos buscan es un trabajo con un propósito, donde se pueda dejar huella, poder ver un proyecto que se materialice, logros concretos. Por otro lado, es fundamental es que los valores y la cultura de la empresa coincidan con tus valores, si eso no se da, normalmente será un fracaso".
Habilidades básicas y nuevos tiempos
Entre las habilidades importantes que requiere cualquier puesto de nivel ejecutivo se encuentran las "clásicas", que no han cambiado, como por ejemplo la orientación a resultados, saber gestionar equipos, delegar y la comunicación.
"Ahora han aparecido algunas relativamente nuevas como son la capacidad para trabajar en remoto y las habilidades tecnológicas, mayor flexibilidad y rapidez en la gestión y en la toma de decisiones. El mundo va rápido y si tú no vas al mismo ritmo hay un problema", asegura Riera.
En cuanto al uso de las nuevas tecnologías, en constante debate en el ámbito de los recursos humanos en los últimos tiempos, Diego señala que son poderosas herramientas, aunque la clave está en realizar un uso correcto de todas ellas.
"Antes había dos vías de comunicación básicas, el cara a cara y el teléfono. Ahora súmale también correo electrónico, WhatsApp, Linkedin, Teams, sms… Gestionar todos estos inputs de comunicación es muy complicado. Es verdad que cada una de esas herramientas son buenísimas, pero depende para qué. Para reuniones operativas Teams es fantástico, y WhatsApp lo es para crear y gestionar equipos de proyecto, porque es súper ágil, y el correo electrónico es buenísimo para unas cosas pero malísimo para otras. Hay empresas que están dando cursos de correcto uso del mail", cuenta el experto en selección de directivos.
El uso de las nuevas tecnologías en el entorno laboral ha abierto también un debate sobre la desconexión digital. En este sentido, Riera cree que son las grandes multinacionales las que van marcando la pauta. "Una de las ventajas de las tecnologías es que puedes ser mucho más eficiente y más rápido, pero la desventaja es que la línea entre las horas de trabajo y de uso personal se han vuelto muy difusas, y al final generalmente se desconecta menos y se trabaja más".
Así, serán las compañías las que tendrán que formar y dar ejemplo para el correcto uso de estos medios. "Está muy vinculado a la cultura de las empresas. El WhatsApp no se puede usar un domingo y si, por decisión propia, envias un correo el fin de semana, debes seleccionar la opción de retraso que al destinatario le llegue el lunes".
"El otro día me hablaban de un concepto que me gustó mucho y que es la flexibilidad responsable. Si un día hay un problema, igual tienes que ponerte a trabajar sea el día o la hora que sea porque surge algo serio, pero para eso tiene que quedar claro qué se sale de la pauta y qué no. Lo que no puede ser es que todos los días a las 9 de la noche estés enviando mensajes o correos, porque eso es una mala praxis", dice Riera.
El reto de las personas
Al reto de las nuevas tecnologías, los directivos se enfrentan también al de dirigir a los jóvenes talentos, con nuevas inquietudes y demandas. En este sentido, muchos profesionales aseguran que las nuevas generaciones están menos comprometidas, que valoran más su tiempo libre y que no están dispuestos a realizar según qué sacrificios.
"Muchas veces nos quejamos, pero genéticamente somos iguales que ellos. Si los jóvenes han cambiado cosas como el compromiso es porque la educación y nosotros les hemos cambiado, y quizás ellos han notado también una falta de compromiso de las empresas, que cuando tiene que despedir tampoco se lo piensan, y quizás son más pragmáticos y les cuesta más implicarse con los proyectos y hacerlos suyos o identificarse con los valores de la compañía", explica Diego Riera.
En este sentido, el headhunter asegura que no le gusta culpabilizar a la gente joven. "A mí solo hay una cosa que no me gusta y que he detectado muchas veces últimamente y es la falta de honestidad. Por ejemplo, en procesos de selección, que el día anterior de incorporarse a la empresa te digan que no van porque le han ofrecido otra cosa mejor. La falta de honestidad y transparencia ha crecido y los empresarios se quejan mucho de ello".
La para hacer frente a estos retos, una de las cosas que deberán hacer los directivos es comunicar. "La comunicación, al final, es el elemento troncal para cualquier empresa. Se habla poco, y hay que hablar más", concluye.