A la palabra "emprendedor" se suelen acompañar historias de superación. Es el caso de Jorge Costas, un vigués de 39 años que un día decidió que quería dar un giro a su vida, escapar de la rutina "del trabajo a casa" y cambiar su mundo para, después, cambiar el de los demás.
En una charla en el Work Café del Santander, retransmitida en el local de la calle Príncipe de Vigo y a través de streaming, Jorge ha compartido su historia y su experiencia en el emprendimiento. Guardia Civil de profesión, donde aprendió valores que ahora ha trasladado al mundo empresarial, decidió compaginar su trabajo con una idea de negocio que, en 2013, era una novedad: repartir la comida a domicilio. Una propuesta de un amigo que empezó contando con una página web, Puntocomida.com, su moto y el tiempo libre que le dejaba su trabajo.
La plataforma, de las pocas que existían en España, funcionó a la perfección. "Repartíamos más de 20 raciones de churrasco un sábado a mediodía en la playa, la gente incluso nos pedían que les llevásemos cubatas, era una locura", cuenta. El éxito obtenido en los pueblos les hizo dar el paso a la ciudad: Vigo.
Su llegada no fue tan exitosa. "Contratamos a un chico y le dimos una moto. Desparecieron el chico y la moto… Y el cliente llamándonos que el pedido no llegaba". Pero el desánimo no pudo con Jorge, que seguía buscando otro negocio en el que entrar de lleno. Lo encontró.
La aventura de los parques acuáticos
A través de internet, descubrió en Croacia los parques acuáticos instalados en las playas, algo desconocido en aquella época. "El cuartel de la Guardia Civil de Cangas estaba al lado de la playa, la oficina de Puntocomida también, así que pensé que nada podía fallar".
Y así fue, nada falló. Ganó 30.000 euros limpios en el verano de 2014, "que no iba a ganar como Guardia Civil ni en un año". Pero el verano se había terminado, así que las miras las puso en un destino donde la playa fuese protagonista todo el año. Abandonó su trabajo y su negocio y decidió dar el salto a Cancún.
Aterrizó en México en septiembre de 2014. Después de gestionar todos "miles de permisos" e invertir casi todo su dinero en algo que veía próspero. El negocio duró un día: la mafia mexicana le "invitó" a marcharse, eso sí, dejándoles el negocio a ellos.
Vuelta a España y un reencuentro
Ahí, tocó fondo. Sin dinero, durmió a la intemperie, en las hamacas de la playa y mendigó para comer, llegando a perder 13 kilos en dos semanas. Su pareja, cuenta emocionado, vendió su único anillo para comprarle un billete de vuelta a España. Regresó arruinado, pero no perdió la fe.
El reencuentro con un antiguo compañero de la Guardia Civil le devolvió al mundo. También envuelto en la tarea de emprender, trajo a su vida una nueva idea, la de salvar vidas con un dispositivo luminoso que sustituyera al obligatorio triángulo de emergencia; el objetivo, evitar salir del coche para señalizar que el vehículo estaba detenido en la calzada.
Con 200 euros en el bolsillo, recibieron 12.000 de una asociación de víctimas de accidentes de tráfico, con los que fundaron su actual empresa, Netun Solutions, a pesar de que ese pedido no se entregó a tiempo. Después, la ayuda de un "loco", como él lo define, de Barcelona, que se convirtió en su primer fabricante, consiguió arrancar su negocio y su cambio vital.
Dejó de lado progresivamente la idea de los parques acuáticos y terminó entrando en la empresa, eso sí, sin cobrar un sueldo. El cuento de hadas todavía tenía que avanzar más páginas para encontrar el final feliz.
El éxito se llama Help Flash
Un final feliz que encamina ahora, cuando su valor para emprender ha dado sus frutos, rodeado de los mejores, como recomienda para embarcarse en cualquier proyecto, y después de mucho leer y formarse a sí mismo. Imprescindibles son los inversores ángeles, esos que no sólo aportan dinero, sino consejo y confianza en su figura; y los trabajadores del Work Café de Vigo, con los que ha entablado una relación de total confianza.
Hoy, Netun Solutions es la creadora de Help Flash, la señal V16 que ya una opción de señalización como sustituto lega del triángulo y que, a partir del 1 de enero de 2026, será obligatoria.