Jana Molares es una jovencísima viguesa graduada en fisioterapia que ha descubierto que su verdadera pasión es el diseño textil. En febrero de 2020 decidió dar el salto y aprender patronaje y confección de moda para dedicarse a lo que más le gusta: crear prendas únicas para su marca Indiana Collection.
Con la llegada de la pandemia, su sueño ha tenido que posponerse, pero eso no significa que no haya logrado sacar una primera colección sencilla y elegante. "Líneas limpias y colores neutros" conforman, en palabras de Jana, varias prendas pensadas para invitadas atemporales.
La moda siempre ha estado entre los intereses de Jana, pues su padre tiene una pequeña tienda multimarca llamada Sarto en la que confeccionan su propia línea de camisería. "Únicamente la venden en su local, pero me han inculcado ese amor por la moda desde pequeña y siempre he tenido en mente dedicarme a ello algún día".
Por eso decidió lanzarse, por fin, para empezar a estudiar confección y patronaje y dedicarse a lo que de verdad le apasiona. "Mi trabajo como fisioterapeuta no me encantaba y me pareció un buen momento. El problema fue que vino la pandemia y no pude aprender todo lo que necesitaba, así que ahora compatibilizo otro trabajo de mi especialidad con el diseño de la nueva colección de Indiana".
Jana habla en plural todo el tiempo porque reconoce que ha tenido que apoyarse en "su equipo" para sacar adelante la marca y la línea de prendas de invitada que ya se están comercializando. "Tengo a una modista que se encarga de los patrones y confecciona las prendas, es muy buena y me ayuda muchísimo en todo, me da consejos de diseño y confío en su experiencia", dice.
Su pareja es quien le presta ayuda en las tareas de marketing y gestión administrativa, las modelos son sus amigas y el fotógrafo también es un buen amigo. "De ahí los nombres de las prendas: todas mis piezas llevan el nombre de alguien que me ha ayudado, porque siempre lo hacen de forma desinteresada". Con este pequeño homenaje, Jana trata de devolver el favor a todas aquellas personas que han hecho posible Indiana Collection.
Diseño sencillo, confección sostenible
Jana es la que diseña todas las prendas, con ayuda de su modista, que gracias a su experiencia le ayuda a dar forma a los pequeños detalles. Ella dibuja los bocetos, que luego se convierten en un patrón, y les va dando forma al elegir las telas idóneas para cada vestido, blusa o falda.
Como cualquier marca de moda, crea en tallas estándar, pero lo bueno de tener una producción tan pequeña es que casi todo se confecciona bajo pedido. "A nivel de sostenibilidad para nosotras es mucho mejor, nunca se queda nada sin vender porque lo confeccionamos cuando una clienta nos lo pide. Además, así nos aseguramos de que la prenda va a ser perfecta para esa persona: hacemos faldas más cortas para personas más bajitas, más largas para las más altas… la personalización no es un problema".
Cuenta que han llegado a recibir las medidas de alguien que no estaba segura de su talla, para ajustar el patrón perfectamente a su cuerpo; o que han confeccionado una talla más grande y otra más pequeña para que la clienta elija después la que mejor le siente.
Otro de los puntos positivos de Indiana es su atemporalidad. "Los colores son neutros y las líneas sencillas, creamos prendas que creemos que se pueden usar en cualquier temporada porque son casi básicos". Además, no se dirigen a un público concreto, sino que Jana se fija en los gustos de su entorno y trata de plasmarlos en sus diseños: "yo creo que, igual que me lo puedo poner yo, se lo puede poner mi madre".
Verano mediterráneo
Ahora, Jana está a puntito de lanzar su colección de verano, en la que ha trabajado con mucho cariño para ofrecer una línea más casual. "El problema que tenemos en Indiana es que nuestra primera colección es de invitada, así que nos está costando un poco vender. Por eso hemos hecho una nueva colección más ‘mediterránea’, conjuntos con tejidos más frescos, vestidos vaporosos y prendas holgadas".
Quizás en mayo veamos las primeras prendas de esta nueva línea, que promete linos y algodones ‘todoterreno’ para lucir en la playa o en la ciudad. Lo que tardará un poco más en ver la luz es la página web de la marca, que es la que más se ha resentido con la vuelta al trabajo de Jana. "Es muy complicado porque necesitamos dedicarle mucho tiempo y ahora mismo todo lo que saco lo dedico a terminar las nuevas prendas, pero esperamos tenerla pronto".
Por el momento, venden a través de sus redes sociales y del boca a boca, aunque la joven prevé estar en tiendas multimarca a medio plazo. "No aspiro todavía a salir de Galicia o a tener mi propia tienda, pero sé que en ciudades como Vigo o Santiago hay un comercio local muy fuerte y las pequeñas tiendas están apostando mucho por lo nuevo y por prendas atemporales y sencillas como las de Indiana Collection".
Jana se fija mucho en Bimani, que empezó hace algunos años y ha logrado consolidar un modelo de negocio al que ella aspira. No obstante, también es consciente del momento en el que ha decidido emprender y las trabas que impone una pandemia. "Mi intención es poder vivir de esto algún día, pero sé que todavía me quedan algunos años de compatibilizarlo con mi trabajo como fisioterapeuta, que también me gusta y por ahora me permite dedicarme a ambas cosas".