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Hace más de 70 años desde que la primera Mercería Saldaña abrió sus puertas en la ciudad de Vigo. Consolidada como uno de los locales más emblemáticos de la ciudad olívica, Ermitas Tizón "Pituca" y su marido, Luis Saldaña, se embarcaron por primera vez en este proyecto en 1951.

A sus 92 años, Pituca nos recibe en la parte trasera de la mercería de la calle Don Bosco, donde pasó tanto tiempo y se siente a gusto. Allí relata como, a los 18 años, y tras estudiar en la Escuela de Comercio de Vigo, decidió embarcarse en la gran aventura de iniciar su propio negocio. Fue así como se instaló en la calle Progreso la primera de las Mercerías Saldaña de la ciudad. "Entonces se vendía mucho porque la gente se hacía la ropa y eso a mí me gustó", explica Pituca.

Así, poco a poco, el negocio fue creciendo hasta poder tener cuatro comercios en la cuidad, "uno para cada uno de mis hijos", dice. Y, "como de ellos solo hay una niña, le deje que eligiera, y ella quiso esta mercería", explica orgullosa. 

"Adoro a las clientas, somos una familia"

Actualmente, la Mercería está regentada por Mauxi Saldaña, hija de los propietarios originales. Sin embargo, cuenta que sus planes son poder jubilarse pronto y dejarle el negocio a su nuera, Noelia, la cual trabaja actualmente con ella y sería la tercera generación en llevar la mercería. 

Pese al declive del comercio local en la ciudad y al cierre constante de establecimientos, Saldaña continúa lleno de su frescura y su trajín habitual. Y es que, allí uno no puede ir con prisa, porque lo más seguro es que tenga que esperar a la cola para que lo atiendan. Sin embargo, Mauxi cuenta que, no todo es una utopía y las cosas han cambiado mucho en los últimos años. "Siempre tenemos que reciclarnos y adaptarnos a las modas y tienes que estar siempre en un proceso evolutivo", explica.

Además de por la calidad y variedad de sus materiales, si por algo tiene éxito esta mercería viguesa es por su trato cercano y personal, dónde las clientas se sienten como en casa. Esta relación es también una de las cosas que más aprecia Mauxi de su trabajo: "el apego emocional que tenemos es lo que nos ayuda a que la gente venga. Yo lo que más adoro es a las clientas, somos una familia".

Pero, pese a este rato de proximidad y a este cariño que ponen en las relaciones personales, la Mercería Saldaña también está sufriendo la crisis actual que vive el comercio local y lamenta que "Abel Caballero solo piensa en el 15% de la población de Vigo, que es la que sale beneficiada, pero no se preocupa del 85% restante y de como al cerrar todo la gente no viene a comprar".

"Un toque especial a las predas"

Pese a tener mucha clientela fiel, "de toda la vida", Mauxi se emociona al poder afirmar que cada vez más gente joven frecuenta la mercería para "comprar, arreglar y pedir consejos". Y, pese a tener muchos encargos de arreglos, la propietaria explica que "vendemos de todo porque hay personas que quieren ser diferentes y vienen a buscar cosas peculiares para darle un toque especial a sus prendas". De hecho, una cliente explicaba que compra en Saldaña porque "tienen muchos botones originales".