El 2021 le cambió la vida. En poco más de dos meses, Susana Rodríguez Gacio se convertía en portada de la revista Time y lograba un oro en los Juegos Paralímpicos de Tokio, dos hitos que hicieron que todos los focos se dirigiesen hacia ella.
Viguesa, nacida en 1988, y con raíces en Mondoñedo, ha compaginado su actividad deportiva primero con sus estudios y, después, con su profesión: en 2015 se licenció en Medicina por la Universidad de Santiago de Compostela y se convertía en la primera persona ciega en convertirse en hacerlo. Los primeros pasos académicos los dio en el colegio Rosalía de Castro, donde su huella queda más allá de su paso por las aulas; hace unos años, se construyó un pabellón que lleva su nombre.
"Comencé a hacer deporte con 4 años en cursos de natación, mientras que con 10 participé en mi primera competición de atletismo", cuenta Susana a Treintayseis. Tras un tiempo dedicada a ambos deportes, en 2010 el triatlón se cruzó en su camino: "Lo conocía por seguir a Iván Raña y Javier Gómez Noya y por algunas amigas", explica. "Lo probé con el único objetivo de terminar una carrera y hasta hoy. Me enganchó por completo".
Retos superados
Su desarrollo deportivo, como el personal, funcionó en base a retos, sin plantearse en algún momento concreto si podría competir al más alto nivel. Fue paso a paso, asegura: "Cada vez me podía un objetivo nuevo y más ambicioso y poco a poco iba progresando". Ese progreso se refleja en su impresionante curriculum como deportista. Susana se ha colgado medallas de oro en Mundiales, Europeos y Campeonatos de España, además de ser, desde este pasado verano, campeona paralímpica.
Era otra portada, la de los medios generalistas y deportivos que se hicieron eco de su medalla de oro en el triatlón de los Juegos Paralímpicos de Tokio donde ya había hecho historia al ser la primera mujer en competir en dos disciplinas; la segunda, donde logró un diploma olímpico, fue la de los 1.500.
En el ámbito profesional, a Susana le tocó lidiar con el coronavirus desde la primera línea de fuego. Tuvo la posibilidad de no trabajar, por su discapacidad, pero durante los meses más duros de la pandemia, viajaba hasta Santiago de Compostela todos los días para dar asistencia a través de llamada telefónica y la atención a los pacientes covid ingresados en planta.
En un tiempo en el que tocar se convirtió en tabú, un límite nuevo aparecía en su camino; con un 10% de visión, el tacto se convierte en un sentido más que imprescindible. Pero Susana trata de restarle importancia: "No teníamos idea de a que nos estábamos enfrentando y eso da mucho respeto, incluso miedo", comenta. "Fue una época dura como para todo el mundo, creo que no ha dejado a nadie indiferente", como tampoco la guerra que se anuncia con la invasión de Ucrania por parte de Rusia. "Desgraciadamente, nada se aprende".
El reto del coronavirus del lado de los sanitarios, en el que ya advierte "el final del túnel", lo superó con nota, igual que lo hizo con una cardiopatía, compatible con la práctica del deporte, diagnosticada en enero de 2020 que le hace viajar con un desfibrilador portátil y llevar un monitor holter bajo la piel que detecta posibles anomalías.
Un referente
La trayectoria de Susana Rodríguez Gacio la ha llevado a convertirse en un referente desde muchos puntos de vista, en especial, para aquellas niñas que ven en ella un ejemplo de superación constante, que donde los límites son los que ella misma se impone. "Es una responsabilidad de las bonitas y más en los tiempos que corren donde abundan referentes que carecen de valores de los que creo que los jóvenes deben conocer", explica.
Para conocer los de la propia Susana no hay que ir muy lejos, los tiene al lado: "En la vida destacaría a mi madre y mi hermana porque al final los referentes cercanos son los más reales". En el deporte, no se decanta por un nombre en concreto, y sí por aquellas "grandes deportistas" que triunfan en sus disciplinas.
Tras el verano de 2021, a la paratleta y médica viguesa le han llegado una avalancha de reconocimientos y nuevos triunfos. Volvió a alzarse con el campeonato del mundo de triatlón adaptado, fue propuesta para formar parte del Consejo de Deportistas del Comité Paralímpico Internacional, nominada a los premios Laureus, ha recibido la Medalla de Oro de la Ciudad de Vigo, ha sido nombrada Hija Adoptiva Predilecta de Mondoñedo y, más recientemente, galardonada en los Premios Policía Nacional por la Igualdad, entre otros muchos.
Pero para ella, el más importante lo tiene claro. "Sin duda, lo mejor fue la medalla de oro de los Juegos Paralímpicos porque eso es para lo que trabajé durante años tan duramente. El resto es todo bienvenido, pero cuando eres deportista lo que te gusta es hacer las cosas bien en la competición", asegura la viguesa, que desde este año por la Federación de Triatlón de la Región de Murcia.
La imagen de Susana cruzando la meta con su guía, Sara Löehr, que esboza una sonrisa todavía enganchada a la viguesa por la goma que las acompaña en la competición final, quedará ya para la historia de una de las más grandes deportistas viguesas cuya huella trasciende el deporte y nos regala una imagen de superación y entrega constantes.