Era el segundo entrenamiento a puertas abiertas del año del Celta y la afición respondió. El Viernes Santo se convirtió en un festivo de color celeste y cerca de 6.500 aficionados, muchos de ellos niños y niñas, acudieron a Balaídos a ver entrenar al equipo de Claudio Giráldez de cara a la importante cita que tienen mañana ante el Rayo Vallecano a las 14:00 horas.

Pero la importancia del partido no impidió que el equipo se diese un baño de masas en un día en el que el club lo preparó todo para que la ilusión se trasladase a los jugadores. Hubo pintacaras y huevos de Pascua para los más pequeños y un nombre en particular recibió un trato especial: Jørgen Strand Larsen.

El noruego no pasaba sus mejores días como jugador del Celta tras unas declaraciones en un medio noruego en el que mostraba sus ganas de jugar en un equipo "mejor" y que a parte de la afición no sentaron demasiado bien. Tras unas disculpas a través de las redes sociales, todos querían una firma del delantero que este año está siendo el máximo goleador del equipo.

Sobre el césped también estuvieron Tapia y Manquillo, recuperados de sus respectivas lesiones, y que estarán disponibles para enfrentarse al Rayo Vallecano. Otro baño de masas se dio Samu Comesaña, del Celta Integra, que deja el fútbol a lo grande, homenajeado por los jugadores del primer equipo y de la afición.