La búsqueda de un delantero suplente de garantías es una constante en cada mercado de fichajes para el Celta desde hace varios años. Nombres como Facundo Ferreyra, Fedor Smolov, el Toro Fernández o Lucas Boyé han sido algunos de los parches empleados sin éxito por Felipe Miñambres para esa posición.
Pero este verano, esos nombres de segunda o tercera línea pudieron quedar atrás. El Celta pudo fichar a Radamel Falcao este verano totalmente gratis. "El Tigre", uno de los mejores delanteros de la década pasada en el fútbol europeo, fue ofrecido al director deportivo leonés antes de recalar en el Rayo Vallecano, rival de los celestes este lunes y con quienes suma ya seis goles.
Así lo confirmaba Eduardo Coudet en la rueda de prensa previa al encuentro. "Nos han ofrecido el jugador en el mercado pero no teníamos cupo en ese momento" aseguraba el técnico argentino, quien este miércoles dejó otro gran momento en la sala de prensa.
El Chacho recordó que el Celta solamente pudo contratar a un delantero extranjero al final del mercado, y aunque se deshacía en elogios hacia Falcao por su jerarquía y nivel, recordaba que el ex-jugador del Galatasaray tiene 35 años y ofrecía dudas a la hora de jugar en un equipo tan físico como el que tiene él.
Sobre si el límite salarial o el precio iban a ser un problema para esta incorporación, Coudet dejaba claro que las cuestiones económicas no influyeron en la decisión al ver que el Rayo sí ha podido afrontarlo. Aunque el ariete ha bajado su sueldo a los 1‘2 millones porque estaba deseoso de volver al fútbol español, el técnico celeste bromeaba que si había que pagarle el salario original que tenía en Turquía "tenemos que vender la ciudad deportiva".
Han pasado más de 8 años desde la última vez que el máximo goleador de la historia de Colombia se enfrentó al Celta. Aquella tarde de mayo Falcao certificaba la clasificación del Atleti de Simeone para la Champions que perderían en Lisboa un año después mientras enviaba al Celta de Abel Resino "virtualmente" a Segunda al quedar con un 4’01% de posibilidades de permanencia.
El cupo de extracomunitarios continúa al límite
La llegada de Thiago Galhardo fue posible gracias a la nacionalización, tras 14 meses de espera, de Néstor Araujo. El central mexicano lograba este mes de agosto el pasaporte español y daba margen de maniobra a la dirección deportiva y el club. La salida del Toro Fernández y la llegada de Franco Cervi habían dejado el balance neto a cero en este aspecto.
Más extraño es el caso de Renato Tapia. El internacional peruano ha visto como su pasaporte neerlandés -país en el que residió desde 2013 hasta el verano pasado- se ha atascado en los trámites burocráticos cuando parecía hecho. Curiosamente, tras cinco títulos en los Países Bajos podría lograr el pasaporte español el próximo curso al cumplir dos años de residencia.
Todos estos movimientos, en los que el Celta solamente puede armarse de paciencia y confiar en las distintas administraciones, deberían resolverse antes de la próxima ventana de fichajes. Después del 1 de enero de 2022 parece claro, según apuntan diversos medios mexicanos, que el mediapunta Orbelín Pineda llegará desde el Cruz Azul de la liga azteca, ocupando una de las tres valiosas plazas para extranjeros.
La estela de Milosevic o Rossi
El fichaje del que fuera quinto mejor jugador del mundo en 2012 no tiene por qué ser una sorpresa en la parroquia celeste. Si bien hace ahora un año el rumor de la supuesta llegada de Mandzukic -entonces también libre- extrañaba en un equipo en puestos de descenso y sin proyecto, la historia reciente del club tiene otros casos similares.
El último delantero con un buen cartel en el fútbol europeo que eligió Vigo para dar sus últimos coletazos fue Guiseppe Rossi. El internacional italiano nacido en EEUU había maravillado en el Villarreal con 82 y 25 asistencias en 192 partidos buscaba recuperar su mejor versión tras varias recaídas en su lesión de rodilla.
Aquel año compartiría línea de ataque con Aspas, Beauvue y Guidetti, aunque una nueva lesión y los 6 goles anotados ese curso -tres de ellos en un duelo memorable ante Las Palmas- hicieron que no siguiera en la ciudad.
Si retrocedemos aún más en el tiempo destaca también el nombre de Savo Milosevic. La temporada 2003-04 pasará a la historia como la del debut en Champions del club vigués y el doloroso descenso posterior. En ella, el Bota de Oro de la Eurocopa 2000 demostró que sus buenas cifras anteriores en Aston Villa, Zaragoza y Parma no eran casualidad, logrando 16 goles.