El celtismo se mueve entre el estupor y el cabreo generalizado, y no tiene que ver con el coronavirus ni mucho menos. El pasado viernes se filtraba la situación de Lucas Olaza, que podría abandonar el Celta tras jugar la mitad de los partidos de toda la temporada estos meses debido a su situación contractual. Diversos medios apuntan a que el Celta podría rescindir la cesión o incluso, mantenerlo en la grada sin jugar.
Y es que llueve sobre mojado para el lateral uruguayo. El pasado 30 de junio se despedía de sus compañeros a cinco partidos de finalizar el Campeonato, al no llegar Celta y Boca Juniors a un acuerdo para prolongar esa relación. Tres días después, se fijaba su continuidad como cedido por una temporada más, con una cláusula de obligatoriedad de compra por 4 millones de euros.
Ahora el club dirigido por Carlos Mouriño no parece dispuesto a desembolsar tal cifra de cumplirse los 20 partidos disputados. Según medios argentinos especializados, como TyC Sports, el jugador podría quedarse seis meses en la grada. Mientras, la entidad viguesa se esfuerza en reducir el precio de la operación. Una jugada que ya realizó en verano con el propio Olaza y Murillo, pero que pone en jaque la estabilidad deportiva a corto plazo.
Eduardo Coudet mostró en rueda de prensa su preocupación por la situación, reconociendo que "no entra dentro de su alcance". Y es que pese a la llegada de Aaron Martín como refuerzo de garantías, Olaza sigue siendo su primera opción por su gran potencial ofensivo. Ni siquiera en esta situación parece que Jorge Sáenz o David Juncá, que aún no cuenta con el alta médica, puedan volver a jugar de celestes.
Máxima profesionalidad
El jugador ha reconocido que le gustaría incluso acabar su carrera en Vigo pese a su juventud, y el amor parece recíproco con la afición. En solo dos ediciones del trofeo Manuel de Castro ha ocupado el segundo y el cuarto puesto, pasando a ser el 12º jugador con más votos de su historia.
Numerosos han sido también los mensajes de apoyo en redes sociales, incluyendo uno que calificaba de "deplorable" el trato del club. El propio futbolista lo marcaba como favorito para horas después ser uno de los mejores en el partido ante el Eibar. El lateral generó dos ocasiones de gol claras y sigue siendo uno de los pilares del club pese a su situación.