Hace 40 años, el 14 de junio de 1982, el balón del encuentro de la fase de grupos del Mundial de España 82 entre Italia y Polonia se ponía a rodar en Balaídos, que se convertía en el primer estadio gallego en acoger un partido de la máxima competición de selecciones.
En el estadio vigués disputó sus tres primeros partidos Italia contra los equipos encuadrados en el Grupo I: Polonia, Perú y Camerún. En el debut contra los polacos se saldó con un decepcionante 0-0; Balaídos tuvo que esperar cuatro días para ver el primer gol mundialista en su campo: fue del italiano Conti, que adelantaba a su selección contra Perú, que finalmente terminaría empatando el partido.
Italianos y polacos fueron, a la postre, campeones y terceros clasificados, respectivamente, y eso que los transalpinos terminaron la primera fase segundos por detrás de los polacos y sumando tres empates con solo dos goles a favor.
La gran estrella del campeonato fue el delantero azurro Rossi, máximo goleador del Mundial y que llegó a Balaídos tras dos años de sanción por amañar partidos, suplente y que no fue capaz de anotar ni un solo gol en el estadio vigués. La otra estrella fue la mascota elegida, Naranjito, que todavía perdura en la memoria colectiva.
Reforma de Balaídos
La disputa del Mundial de España supuso la reforma un año antes del estadio para adaptarse a las exigencias de la FIFA, con el derribo de la grada de Río, que duplicó su aforo. Vigo vivió esos días de junio con gran expectación como sede de la selección de Italia, con largas colas en la calle Príncipe para conseguir entradas en la Central de Espectáculos.
Muchos vigueses todavía recuerdan el paso por la ciudad del Mundial y durante muchos años un bar, ya cerrado, mantuvo la efeméride en su nombre, Mundial 82, en la avenida de Fragoso, enfrente de Balaídos.