En el siglo XVII una serie de conflictos bélicos derivados de las Guerras de Restauración lusa y la Guerra de Independencia entre España y Portugal provocaron que la frontera sur de la región gallega se llenaran de numerosas fortalezas y sistemas defensivos a una y otra orilla del río Miño. En A Guarda, el Castillo de Santa Cruz constituye a día de hoy uno de los grandes legados de esta parte de la historia en A Raia Húmeda. Cabe destacar que la denominación del recinto en cuestión conforma una herencia directa del por aquel entonces Marqués de Santa Cruz de Marcenado, Álvaro de Bazán, quien en tiempos de Carlos V y Felipe II había llegado a ser el Capitán General de la Armada. Como dato curioso, la fortaleza coruñesa de Santa Cruz de Oleiros también recibió su nombre a raíz de esta relevante figura de la historia gallega.
Pero regresando de nuevo al Castillo de Santa Cruz en A Guarda, este sistema defensivo en el Baixo Miño, declarado Bien de Interés Cultural en 1995, se localiza en uno de los puntos más estratégicos de la localidad, en un promontorio rocoso situado a unos 80 metros de altura sobre el nivel del mar y a una corta distancia de la costa. La fortificación tiene una forma trapezoidal y consta de un recinto amurallado rodeado por un foso y cuatro baluartes situados en los vértices: el Baluarte de la Cruz, de San Sebastián, de Santa Tecla y de la Guía. En estos pequeños bastiones existen además diferentes garitas de planta circular, realizadas con sillería y cubiertas en forma de bóveda.
En el interior de los muros podemos encontrar una bonita zona ajardinada con varias especies arbóreas entre las que destacan los camelios y eucaliptos. En mitad del reciento también se erige una edificación construida de forma contemporánea y ex profeso que acoge el Centro de Interpretación de las fortalezas transfronterizas del Baixo Miño, aunque según datos de Turismo de A Guarda, en estos momentos se encuentra cerrado hasta nuevo aviso, si bien el Castillo de Santa Cruz sigue abriendo sus puertas para visitas a lo largo de todo el año.
Historia del Castillo de Santa Cruz
El Castillo de Santa Cruz de A Guarda hunde sus raíces en el siglo XVII, como parte de una línea defensiva fronteriza que evitase el avance portugués a Galicia. De hecho, la fortaleza guardesa fue construida con total celeridad en torno al año 1664, en pleno conflicto de la Guerra de Restauración portuguesa, utilizando para ello materiales como piedras procedentes de la muralla medieval que antaño rodeaba la ciudad. A pesar de todo, el ejército luso dirigido por João Manso logró sitiar la fortaleza durante ocho días y ocupar el castillo tan sólo un año después de que este fuese erigido, concretamente en noviembre de 1665. En aquel momento se dice que el fuerte de Santa Cruz se encontraba defendido por un tercio de unos 500 hombres y otros 400 vecinos y milicianos que nada pudieron hacer ante el asedio.
La ocupación portuguesa se prolongó hasta el fin de la guerra ya entrado el año 1668, momento en el que fue desalojado por el ejército en cumplimiento del Tratado de Lisboa, que establecía el cauce del Miño como frontera entre ambos países. Es importante recordar que también los franceses llegaron a tomar la fortaleza un par de siglos después, en 1809, aunque apenas habría durado unos meses. La fortaleza vivió asimismo una época de abandono y desuso antes de pasar a manos de diferentes particulares y usos (como fábrica de embutido y cerámica)a raíz de las desamortizaciones de mediados del siglo XIX, cuya titularidad privada se ha mantenido durante más de 150 años hasta su reciente recuperación para uso público en 2013.
Horarios y visitas
El grueso del recinto amurallado del Castillo de Santa Cruz se encuentra repleto de mesas interpretativas y varias audioguías descargables para móvil que permiten conocer los entresijos y la historia detrás de esta fortaleza del Baixo Miño. Este espacio histórico convertido ahora en un auténtico museo vivo se encuentra abierto durante todo el año, con horarios variables en función de la época. Así, entre noviembre y febrero, las puertas de la fortaleza se abren entre las 10:00 y las 18:00 horas. En marzo y octubre el horario se amplía una hora por la tarde, hasta las 19:00 horas; y dos más en abril, mayo y septiembre, cuyo cierre se fija a las 21 horas. Durante la temporada estival, el horario de visita se extiende hasta las 22 horas.
Por su parte, el Centro de Interpretación del Castillo de Santa Cruz se emplaza en la única edificación existente dentro de la fortificación, compuesto por tres módulos anexos construidos para servicios complementarios. Por lo general el centro trabaja con dos horarios, uno de invierno y otro de verano, con una tasa de acceso de 1,50 euros para adultos y un euros en el caso de niños de 6 a 14 años, titulares del Carnet Joven o miembros de familias numerosas. Cabe destacar que la entrada es gratuita el primer sábado de cada mes y los festivos locales. En definitiva, este espacio museístico permite a los visitantes descubrir más a fondo la evolución completa de la fortaleza, si bien en estos momentos tal y como señalan en Turismo de A Guarda se encuentra cerrado hasta nuevo aviso.