Quien haya paseado alguna vez por el barrio de Teis seguramente conozca las instalaciones de la ETEA, cercanas al entorno del monte de A Guía. La zona es única por su paisaje y sus características, pues a pesar de estar incluida en la ciudad, se encuentra alejada del ruido y el ajetreo.
En la ETEA hay un arenal, conocido como la Playa de la Punta, donde los vecinos del barrio acuden en verano para tomar el sol. También se encuentra en este lugar el club de remo Virxe da Guía y es habitual encontrar a los jóvenes deportistas entrenando por allí.
De todos estos elementos, el conjunto de edificios de la ETEA es el foco principal que suscitaba la curiosidad de los paseantes. Unas construcciones que desentonan con los paseos en bicicleta o los bañistas, pero con un encanto extraño pese a estar en un estado próximo al abandono.
Todos esos edificios pertenecían a la base naval de Ríos, la Escuela de Transmisiones y Electricidad de la Armada. Desde hace meses se han comenzado las obras de desmantelamiento de la zona. La ETEA tendrá una nueva vida. ¿Pero cuál ha sido su historia?
Inauguración de la ETEA
De acuerdo con la información que arroja el Concello de Vigo, la base naval de Ríos se emplaza en el barrio de Teis en el año 1916, al mismo tiempo que se construyen otras en Marín y Arousa. Los militares se instalaron así en un vecindario obrero e industrial, donde establecieron zonas de abastecimiento para operaciones de los buques de la armada.
El monte de la Guía se perforó para construir túneles donde almacenar el material explosivo y proteger las espoletas. Las instalaciones de la Armada se extendían por una superficie de 2.000 metros cuadrados y disponían de cinco dragaminas —embarcaciones militares con la misión de detectar y destruir minas marinas—anclados al muelle.
Durante varios años, la base de Teis acogió exclusivamente funciones militares. No hay que olvidar que en aquella época estaba finalizando la Primera Guerra Mundial y, posteriormente, se desencadenaba en nuestro país la Guerra Civil. Es por este motivo que no es hasta 1939 cuando aquel lugar se convirtió propiamente en la Escuela de Transmisiones y Electricidad de la Armada; es decir, lo que conocemos como ETEA.
Centro de enseñanza especializada
El nombre de ETEA no fue el oficial hasta 1951. Antes de la inauguración de esta Escuela los marineros se formaban en el buque Navarra, establecido en Vigo. En cuanto los edificios de la Guía estuvieron listos, las clases comenzaron a impartirse allí.
La ETEA se transformó en un centro educativo y militar. Allí se llevaban a cabo los cursos de formación especializada de los oficiales, que versaban sobre Electrónica, Electricidad y Comunicaciones.
Según recogen diversos medios informativos locales, cerca de 3.000 alumnos pasaron por las aulas de la ETEA. La base de Ríos era un foco de interés para los potenciales de marines y la matriculación en el centro aumentaba cada año. Como curiosidad, en 1993 se graduó la primera promoción femenina.
El prestigio de la Escuela alcanzó su culmen en 1987, cuando se convirtió en sede del Centro de Medidas Electromagnéticas de la Armada (Cemedem). Sin embargo, la fama de las instalaciones de poco sirvió para impedir su desmantelamiento. La ETEA empezó a perder responsabilidades y sus labores se trasladaron progresivamente a la base militar de Ferrol-Caranza.
En 1989, la formación de Electricidad pasa a ser currículum de la Escuela de Máquinas de Ferrol, que cambia su denominación a Escuela de Energía y Propulsión de la Armada (Esepa). Las otras dos especialidades impartidas en la base de Teis también se transfirieron al centro del norte en 2002, el año del cierre de la ETEA.
El cese de la ETEA
Por tanto, a pesar de su época de esplendor y su reputación, las instalaciones de la ETEA terminaron clausuradas. Toda la actividad se trasladó entonces a la Escuela Antonio de Escaño y García de Cáceres, el centro ferrolano cuyo nombre homenajea al marino homónimo, Teniente General de la Real Armada en el siglo XVIII. Corría el año 2002.
A finales de mayo de aquel año se juró bandera por última vez en la Guía. El cierre de aquella estructura suponía el fin de una época que sobreviviría en el recuerdo de los marineros que habían pasado por allí, por la Base Naval de Ríos.
Con el propósito de mantener vivo el legado de la ETEA, Carlos Pérez Rodríguez, uno de los muchos hombres que se formó en el centro, decidió fundar Marinetea, la Asociación de Marineros de la ETEA y de la Armada. Según cuentan en su página, son más de 200 miembros. Su primer encuentro se realizó en 2002, el año en el que las instalaciones echaban el cierre.
Marinetea continúa en activo a día de hoy, convencidos en su misión. De hecho, el pasado año se reunieron con el alcalde de Vigo, Abel Caballero, para proponer la creación de un museo con el legado de aquellos años de actividad de la Armada en la ciudad.
El proyecto contempla como posible espacio de exposición la antigua enfermería de la ETEA. El destino de esas instalaciones es, a día de hoy, muy diverso.
Futuro de las instalaciones
Como se ha comentado, la ETEA cesó su actividad en 2002 y se sumió en un estado prácticamente de abandono. Los edificios, anteriormente cargados de vida, comenzaron a deteriorarse sin que nadie pareciera preocuparse por ello. Aparecieron los primeros cristales rotos, se oxidaron los cercos, los muros mostraron los primeros graffitis.
El complejo era propiedad del Gobierno de España y en 2009 se cedió a la Xunta de Galicia. Ese año, Ayuntamiento de Vigo, Zona Franca y Xunta aprobaron un Plan Sectorial de Ordenación que dividía la ETEA en 6 zonas. La Xunta es promotora de tres de ellas, CSIC y Universidad de dos, y el Ayuntamiento de una.
En las zonas correspondientes al Ejecutivo gallego se proyecta la construcción del Campus Científico Tecnológico del Mar, con instalaciones del CSIC, Zona Franca y de la Universidad de Vigo. Es el denominado PS-1, proyecto sectorial que supone la actuación en 20.000 metros cuadrados.
El Plan Sectorial 2 (PS-2), que corre a cargo del CSIC, consistirá en el traslado del Instituto de Investigacións Mariñas y la Unidade de Tecnoloxía Mariña. En total, más de 16.000 metros cuadrados que están en contacto con la plaza de Armas por el noroeste; con la avenida principal de la ETEA por el oeste; con el ámbito PS-3 B hacia el sur; y con el muelle de la ETEA y el barrio de Teis hacia el norte y el este, respectivamente.
Otra zona de la ETEA que ya tiene un propósito asignado es la correspondiente PS-6. Será una residencia de ancianos y está financiada por la Fundación Amancio Ortega. El centro geriátrico se situará en el antiguo cuartel de marinería Méndez Núñez y en el cuartel de alumnos José Luis Díaz.
El pasado octubre dio comienzo la demolición de los edificios. La Fundación ha invertido un total de 15 millones de euros en la construcción de la residencia, que dará tendrá capacidad para 150 usuarios y generará un centenar de puestos de empleo.
Así, poco a poco, la ETEA va dejando atrás su pasado y se prepara para sus posibles vidas futuras. Está claro que en la memoria de los vecinos del barrio de Teis siempre será un espacio especial y un rincón al que acudir cuando se necesite desconectar de la ciudad.