Sumergidas en un halo de misterio y de leyenda, las construcciones en ruinas desprenden una belleza inherente a su existencia marcada por el abandono y el paso del tiempo. Lo cierto es que, la mayoría de las veces, este legado en decadencia adquiere un enorme valor histórico y patrimonial; una huella todavía visible de un pasado que resulta irrecuperable y efímero, pero extraordinariamente atrayente. Antiguas fábricas, viviendas históricas, edificios de origen militar o religioso… Son muchos los espacios al borde de la desaparición que recorren Galicia desde la costa hasta el interior, convertidos a día de hoy en auténticos lugares de peregrinación por su encanto y misticismo.
En el corazón rural de la localidad pontevedresa de Cerdedo-Cotobade, la aldea de A Godela esconde entre sus límites un conjunto de construcciones en ruinas cuya existencia cabalga entre el mito y la realidad. Esta pequeña población aislada tan sólo mantiene un par de inmuebles habitados, mientras que el origen de las viviendas abandonadas se remontan hasta el mísmisimo siglo de las luces (XVIII), destacando de entre todas ellas la denominada Casa da Peste. En el imaginario colectivo de este municipio son muchos los relatos que circulan sobre esta construcción, si bien uno de los más conocidos cuenta que en ella fueron recluidas una cuarentena de personas infectadas por la peste.
La historia detrás de la Casa da Peste
En mitad de un bosque autóctono de castaños y carballos, las siluetas en ruinas de un conjunto de antiguas viviendas sorprende en la aldea olvidada de A Godela, en la parroquia de Aguasantas. Se trata de un entorno mágico donde la naturaleza hace tiempo que recuperó su lugar, pues la mayoría de estos inmuebles fueron abandonados a su suerte en las primeras décadas del siglo XX. Una de las moradas más curiosas e interesantes del grupo de construcciones en ruinas la constituye la Casa da Peste, cuyo deplorable estado se aproxima cada vez más al derrumbe completo. Con todo, y a pesar de su situación extrema, de ella todavía se conserva una buena parte de la estructura, siendo especialmente llamativo el pórtico de piedra formado por dos arcos de medio punto, así como las antiguas lareiras y otros rincones de almacenaje que pueden distinguirse entre las paredes interiores de la casa.
Pero más allá de su aspecto actual, lo que de verdad hace interesante a la Casa da Peste es precisamente el aura de misterio que envuelve al lugar y a su pasado. Según cuenta la leyenda ―pues no está del todo claro que la historia ocurriese de verdad―, esta antigua propiedad habría sido en el siglo XVIII un espacio donde se internó a numerosas personas infectadas por una bacteria zoonótica llamada Yersinia pestis, o dicho con otras palabras: enfermos de la peste. Aunque aún hoy no se sabe a ciencia cierta si la Casa da Peste llegó a actuar en algún momento de su historia como un lazareto improvisado, lo cierto es que una de las últimas pandemias de peste que asolaron Galicia tuvo lugar precisamente durante las primeras décadas del siglo XVIII, lo cual le otorga cierta credibilidad al relato ya que según el grabado que se conserva en un dintel de la estructura, la vivienda habría sido construida en el año 1721.
Más allá del mito: entre naturaleza y arquitectura popular
La Casa da Peste es sin lugar a dudas el inmueble más famoso de este conjunto de construcciones en ruinas de A Godela, pero ahora bien, tanto el enclave natural como el resto de viviendas merecen la pena una visita a nuestro paso por la aldea. Lo cierto es que en esta ruta por el rural de Cerdedo-Cotobade la naturaleza y la arquitectura popular se han convertido en las grandes protagonistas. Y es que al margen de las casas abandonadas, en este bosque gallego también podremos observar elementos populares como un hórreo construido en granito, un extraordinario peto de ánimas del siglo XIX o la denominada Forxa de Martín, una antigua herrería de la que sólo quedan los escombros, varios restos de materiales de hierro y los viejos hornos utilizados para la cocción de los útiles.
De hecho, muy cerca de la desamparada herrería y a orillas del río Barbeira se localiza una pasarela de un solo arco cuyo origen también sitúa en el siglo XVIII. Se trata del conocido como Ponte do Peso, un paso elevado que da acceso a la pequeña aldea de O Peso. Ya algo más alejado del conjunto de construcciones pero siguiendo los márgenes del río Barbeira también se pueden divisar otras pasarelas (Puente de San Lourenzo o Sualomba), varios molinos de agua e incluso un antiguo foxo do lobo (Construcción típica utilizada en el pasado para la caza del animal). Además, si continuamos esta senda conocida como "Ruta da Liberdade o Tras os Paso do Río Barbeira" podremos llegar a una idílica playa fluvial en el punto donde se juntan las aguas del riachuelo con el Verdugo en el lugar de Sucastro.