El 2 de septiembre de 1896 marcó el inicio de toda una era cinematográfica en Galicia; una fecha en la que tuvo lugar la primera sesión de cine de la historia en el Teatro-Circo Coruñés, realizada mediante un kinetógrafo y en la cual se exhibieron películas como The Derby (1895), de Robert William Paul. Lo cierto es que ya desde finales del siglo XVIII, pero sobre todo a partir del XIX, aparecen documentados en varios municipios gallegos diferentes espectáculos ópticos considerados como los antecedentes más directos del cine, entre ellos las sombras chinesas o la linterna mágica. Estas singulares exhibiciones públicas, tan habituales de eventos populares como las ferias y romerías, dieron paso a la llegada de los primeros cinematógrafos ambulantes. La gran aceptación social de este tipo de espectáculos acabó por desplazar al resto de atracciones, si bien su carácter itinerante se mantuvo hasta la primera década del siglo XX.
Pero más allá de las grandes urbes gallegas, este movimiento generalizado del cine se hizo especialmente notable en lugares como la comarca do Salnés, una zona que llegó a contar en distintos momentos de su historia con numerosas exhibiciones ópticas y salas de proyección, siendo Cambados y Vilagarcía de Arousa las localidades con mayor importancia y vida cinematográfica. De hecho, esta última es considerada como el centro neurálgico de la comarca y uno de los municipios más urbanitas de la misma. Esta es una de las razones por las que la capital arousana fue en su día una de las primeras villas do Salnés en acoger espectáculos cinematográficos y la única de todas ellas que todavía conserva vivo el legado del cine dentro de su callejero.
El origen del cine en Vilagarcía de Arousa
Entre finales del siglo XIX y principios del XX, Vilagarcía de Arousa experimentó una de sus épocas de mayor esplendor económico y social, convertida en una auténtica villa de ocio para la burguesía de toda Galicia. En esta localidad pontevedresa se llevaban a cabo todo tipo de fiestas, bailes y romerías, además de contar con grandes atractivos para los turistas como varios arenales, casino y una oferta para el esparcimiento especialmente numerosa durante la temporada estival. En definitiva, un ecosistema de lo más festivo que propició la llegada de los espectáculos cinematográficos a la capital arousana.
La historia del cine en Vilagarcía encuentra sus orígenes en los antiguos barracones ambulantes que llegaban hasta esta villa marinera en festejos y días grandes como los de Santa Rita, San Roque o el Apóstol. De hecho, es que en el marco de estas celebraciones cuando encontramos la primera noticia sobre un cinematógrafo en la capital arousa, firmada por el diario Gaceta de Galicia un 6 de agosto de 1901. La crónica en cuestión relata los hechos de una noche en la que el gran protagonista fue el por aquel entonces moderno y novedoso cinematógrafo Victorius Graph, perteneciente a un importante empresario vigués. Tal era el éxito de este tipo de espectáculos itinerantes que incluso el Casino de Vilagarcía trató de hacerse a finales de 1908 con un cinematográfico propio para realizar proyecciones para su socios al menos dos veces por semana. Y aunque a día de hoy se conservan escasos documentos que confirmen si la transacción finalmente fue hecha, la intención de la entidad ya es una buena muestra del auge que estaba viviendo el mundo del cine en este rincón del Salnés.
Las primeras salas de proyecciones
Mientras los barracones itinerantes continuaban su andadura por las distintas festividades de la ciudad arousana, el emblemático Salón García empezaba a dar sus primeros pasos en el mundo de las proyecciones cinematográficas. Situado en la antigua calle del Río (en la actualidad Rey Daviña), este edificio de dos plantas construido en las últimas décadas del siglo XIX fue uno de los primeros dedicados a los espectáculos públicos en Vilagarcía del que se tiene constancia. En su origen, el espacio contaba con un gran salón de teatro en el que se realizaban todo tipo de actividades lúdico-culturales y donde más tarde también se empezaron a realizar las ya citadas proyecciones. La regularidad de este tipo de exhibiciones se haría más frecuente tras la reapertura del salón de la mano del Círculo Artístico y Mercantil en el año 1923, la cual trajo consigo la dotación de un aparato cinematográfico particular para el edificio.
Con todo, y aunque el Salón García fue uno de los primeros referentes en el universo cinematográfico de Vilagarcía de Arousa ―aún a día de hoy se realizan allí proyecciones de la mano del Cine Clube Ádega―, lo cierto es que a lo largo del siglo XX existieron numerosas salas repartidas por todo el callajero local de la ciudad tales como los cines Fantasio, Cervantes o Arosa. De entre todos ellos, el Salón Varietés (1908-1935) fue otro de los primeros en abrir sus puertas dedicado al nuevo invento del cine, aunque sin dejar de lado otros espectáculos de teatro, música e incluso magia. El espacio en cuestión tenía capacidad para acoger hasta 370 personas y se encontraba situado en el cruce entre las calles Arapiles y Bilbao. Por distintas crónicas de la época a día de hoy podemos saber que la película elegida para el acto inaugural fue La hechicera. En estas primeras décadas del siglo XX la localidad arousana también vio nacer al Salón-Teatro Villagarcía (1911-1936) en la Rúa Vista Alegre, un espacio de pequeñas dimensiones (362 localidades) dedicado por completo al mundo audiovisual y las artes escénicas.
En la década de los años treinta, Vilagarcía de Arousa sumó a su mapa de salas de proyecciones un tridente de cines que se acabarían convirtiendo en todo un icono de los nuevos tiempos: el Cine Fantasio (1933-2000), el Cine-Teatro Cervantes (1935-1977) y el Cine Arosa (1943-1990). Estos tres proyectos cinematográficos en la localidad respondían ya a los nuevos tiempos y tecnologías, dotadas desde su creación de los equipos más modernos como en el caso del Cine Fantasio, el cual contaba para el día de su film inaugural (El Congreso se divierte, 1931) con un equipo de cine sonoro Zeiss Marconi. El espacio se encontraba muy cerca del casino y del Salón-Teatro Villagarcía, y dispone de 520 localidades de aforo. Lo cierto es que el Fantasio fue uno de los cines más longevos en la historia de Vilagarcía, cerrando sus puertas definitivamente, tras más de siete décadas, en abril de 2000 al no poder hacer frente al auge y competencia de espacios como las multisalas y minicines.
En 1935, la creación del Cine-Teatro Cervantes supuso el relevo de su vecino Salón-Teatro Villagarcía. En este nuevo espacio arousano se compaginaban todo tipo de actividades lúdico-culturales con la ventaja de la modernización de la época. El edificio de enormes dimensiones, construido en la Rúa Vista Alegre, presentaba una estética racionalista que se extendía hasta el interior del mismo sin apenas ornamentaciones. La capacidad del mismo superaba las 1.000 localidades de aforo, distribuidas entre la planta baja, el antiteatro y la zona general. Lo cierto es que el Cine-Teatro Cervantes contó con una gran popularidad hasta el año 1977, época en la que sufrió un devastador incendio que acabó con el edificio casi por completo y que propició su repentino cierre.
Un par de años más que el Cervantes se mantuvo en activo el Cine Arosa, concretamente hasta 1990. Este cinematógrafo se localizaba entre dos avenidas y contaba con sendas fachadas, una hacia la entonces Praza de Calvo Sotelo (ahora Praza de Galicia) y la otra cara a la Rúa Edelmiro Trillo. El Cine Arosa nació con una vocación completamente cinematográfica, dedicada por completo a las proyecciones de películas. No es de extrañar que su último acto fuese la clausura de la XVIII Edición de Cines y VII de Vídeo Aficionado de Vilagarcía de Arousa, un evento que cerró la jornada con el pase de Cartas de Alou (1990) en diciembre de 1990.
La aparición de los cines multisala
En las décadas más cercanas al siglo XXI, salas como los Minicines Uve (1986-2002) o los Multiciness Gran Arousa (2001-actualidad) se convirtieron en los grandes referentes de la nueva era del cine. En el primer caso se trataba de la primera vez que Vilagarcía de Arousa, e incluso la comarca do Salnés, ponían en marcha el concepto de un cine con diferentes salas. El Minicines Uve se ecnontraba enmarcado en la Rúa Arcebispo Gelmírez, contaba con una sola planta y disponía de dos salas de cine con alrededor de 220 localidades cada una. En esta misma línea de los grandes espacios multisala, el cambio de siglo trajo consigo a la capital arousana el ambicioso proyecto de los Multicines Gran Arousa, un enorme complejo de ocio cinematográfico que contaría con zonas de aparcamiento, restauración y otros espacios. Cabe destacar que en la actualidad estos cines pioneros en su momento son los únicos que se encuentran en activo en toda la comarca do Salnés.