La tecnología evoluciona a pasos agigantados y la Inteligencia Artificial ha logrado hacerse con un importantísimo hueco en nuestras vidas en solo unos meses. Así lo demuestran los últimos avances, con los que la IA se ha convertido no solo en el tema de conversación favorito de muchos, sino también en un acompañante indiscutible para nuestro futuro.
No obstante, esta tecnología no acaba de nacer: para que hoy podamos utilizar la IA de la forma que lo hacemos hay científicos y tecnólogos que llevan más de una década trabajando en su desarrollo. Así lo entendieron Carlos F. de Vigo y Lorena Ares, fundadores del estudio de cine de animación y videojuegos Dr. Platypus & Ms. Wombat de Vigo, quienes, sin tener nada que ver con este sector, vio un abanico enorme de posibilidades a raíz de una tecnología que nos iba a permitir conocernos mejor incluso que nosotros mismos.
"Hace quince años que quisimos empezar a trabajar con un proyecto así y comencé con una programación muy costosa apoyada en muchas bases de datos: no servía para el tiempo real", explica Carlos. Lo que querían construir era algo inédito y casi incomprensible: su intención era emitir películas que se fuesen construyendo en tiempo real en base a las reacciones emocionales del espectador.
Sus emotional films, como ha bautizado a este ambicioso proyecto, se basaba en la misma idea que promovían los libros de la serie Crea tu propia aventura de las décadas de los 70 y 80, "pero en este caso el espectador no necesita ser activo: se sienta a disfrutar y es la IA la que va construyendo el guion en base a una serie de condicionantes". La complicación está, como es evidente, en el desarrollo de la tecnología que permita aplicar "sobre la marcha" el bagaje y las reacciones del espectador.
"Estoy buscando desde hace más de una década una narración cinematográfica profunda que adapte la experiencia audiovisual del director y del guionista a las emociones del espectador", explica el artista. Con ayuda de un gran equipo y con muchísimo trabajo, este sábado presentarán en A Coruña un "ambicioso proyecto" que arrancó definitivamente hace cinco años, en el que se han invertido más de 2 millones de euros y con cuyos resultados están "absolutamente entusiasmados".
A Emotional Films se han sumado más de 40 investigadores multidisciplinares, así como la Universidad Pública de Navarra (UPNA), la Universidad de Navarra (UNAV), la fundación ADItech, Creena (Centro de Recursos de Educación Especial de la Consejería de Educación del Gobierno de Navarra); y con la colaboración del Clúster Audiovisual de Navarra (Clavna).
Un espectador, una película
Con la aplicación de la Inteligencia Artificial en sus películas, Carlos y Lorena han logrado ofrecer una experiencia única, autogenerada en tiempo real y reactiva a las emociones del espectador que se basa en una compleja arquitectura compuesta por ocho modelos de IA interconectados. "No hay nada pregrabado, sino que todo se genera en tiempo real: los diálogos no están escritos ni los escenarios definidos", explica Carlos: "el programa está conectado contra una enorme cantidad de bases de datos que se utilizan de forma que se crea una experiencia única".
La base es la creación del perfil psicológico de los propios personajes, que tienen un bagaje que les permite "reaccionar" de algún modo a lo que vive el espectador. "A diferencia de experiencias anteriores, las decisiones que toma el sistema se toman de manera transparente y el espectador no decide de manera activa: para él es una película normal, pero en realidad es una experiencia emocional que se construye en función de lo que está viendo y de cómo se deja llevar".
Para todo ello, como es de suponer, el público debe "ceder", de algún modo, su intimidad. "Nosotros estamos utilizando tus emociones en el buen sentido, si nos permites hacerlo, porque no nos basamos en decisiones intelectuales ni racionales, sino que construimos el guion a partir de elementos sociales, culturales y emocionales: tu realidad sociocultural es relevante para que la historia conecte contigo", dice el creador de Emotional films.
Precisamente esta es la mayor complicación del proyecto, puesto que no se sabe todavía cómo va a reaccionar el público. "Es un formato que es consciente de información íntima y personal que el propio usuario decide compartir para tener una experiencia adaptada: es un paso más que nos lleva a sumar una capa de la que hoy en día no somos conscientes".
Aplicaciones más allá del arte: el nacimiento de los ciberdiscípulos
Carlos F. de Vigo es consciente de que, a día de hoy, su proyecto tiene una aplicación "casi completamente artística", pero también sabe que podría evolucionar hacia el servicio social. "Desde Dr. Platypus & Ms. Wombat siempre intentamos que nuestros proyectos tengan una dimensión social y así ocurrirá con Emotional Films".
El propio perfil psicológico de los personajes, basado en grandes personalidades como Carl Sagan o Marie Curie, hará que puedan evolucionar y responder ante cualquier espectador. "Se comportan dentro de un marco que se puede prever y crean la información en función de lo que les va llegando: son avatares con los que puedes mantener una conversación", explica el cineasta, que añade que "te contestarán con un nivel de empatía y racionalidad impresionante".
Precisamente esta es una de las demostraciones de su presentación en A Coruña, donde se podrán intuir los futuros usos de esta tecnología, que adelantan que todavía no pueden hacerse públicos. "Nuestra idea es que se conviertan en avatares empáticos que podrán acompañar a personas en riesgo de soledad o con perfiles de déficits cognitivos, en centros de mayores o en espacios en los que puedan informar sobre determinados temas".