‘Sereas’, el proyecto que cuenta historias invisibles de las trabajadoras gallegas del mar
Un proyecto llevado a cabo por Fundamar y Funpromar recoge los testimonios de las mujeres que se dedican al sector de la pesca o el marisqueo, empleadas invisibilizadas que resultaron fundamentales para la industrialización del sector
4 agosto, 2021 06:00El proyecto Sereas, as mulleres do mar nace de la mano de Funpromar y Fundamar con el fin de dar el protagonismo que merecen a las mujeres que trabajan en la pesca, la acuicultura y el marisqueo, así como todas sus actividades auxiliares. Gracias a un trabajo de recogida y puesta en valor de testimonios e historias personales, este proyecto ha logrado reflejar el papel fundamental de la mujer gallega en un sector estratégico como es el mar.
Con este objetivo y gracias al trabajo de las dos entidades promotoras del proyecto, Sereas se registra como marca comercial en junio de 2018 y desde entonces acerca a la población los relatos de las trabajadoras del sector que ayudaron a que la industrialización fuese posible. Estas historias, siempre en clave femenina, son la manera de recuperar la memoria de las empleadas del mar y de abordar el presente y el pasado de una mano de obra que se invisibilizó por razones de género, pero que fue esencial para el desarrollo y crecimiento de uno de los sectores productivos más importantes de Galicia.
La simbiosis entre estas entidades es esencial, pues cada una de ellas cubre un espectro de empleos dentro del mar que engloban toda la mano de obra femenina. En primer lugar, Funpromar (Anfaco-Cecopesca) representa oficios desarrollados en fábricas conserveras, congelados o salazones: todo aquello que se dedica a la transformación de productos del mar, cuya mano de obra está compuesta en un 70% por mujeres.
Fundamar, por su parte, representa al sector extractivo: desde la industria auxiliar a la pesca hasta el marisqueo y la acuicultura. En cuanto a los empleos auxiliares, se puede hablar de la descarga del pescado, su procesamiento y comercialización o, como muchos gallegos saben, la esencial tarea de fabricación y reparación de redes de pesca. Las mujeres siempre han sido esenciales para el sector, tanto trabajando en el mar como apoyando desde tierra, haciendo labores fundamentales, sin las que no podría haberse desarrollado un sector pesquero tan fuerte como el gallego.
Historias en femenino
La base de todo el proyecto es devolver la voz a las mujeres, que han sido y son pieza fundamental para el desarrollo del sector y para su correcto funcionamiento. Precisamente por esta razón, las protagonistas de ‘Sereas’ son "mujeres de mar, mujeres luchadoras, mujeres con historias para hilar y relatos para conservar".
Con el hilo conductor del mar, este proyecto ha logrado unir las historias de las trabajadoras de fábricas conserveras que empezaron siendo niñas con las de las ingenieras que hoy trabajan por modernizar y adaptar el sector a la Industria 4.0. Sus oficios, esenciales en cualquier caso, han creado una industria fuerte y competitiva que ocupa importantes posiciones en el mercado europeo y mundial. Por ejemplo, España lidera la producción en la Unión Europea y es el segundo país del mundo en producción de conservas de pescado, así como el primero de Europa en el sector del pescado congelado.
Vigo se sitúa también en un lugar preferente en este proyecto gracias a su industria conservera y a su importante puerto, que protagonizan muchos de los relatos de estas sereas. Las históricas fábricas de salazón o conservas como Alfageme, Valcárcel o la conocidísima Albo forman parte de la historia de la ciudad y de Galicia, pues, entre otras, la instalación de las primeras salazones de sardina en el barrio de Bouzas fue una de las bases del crecimiento de Vigo y su consolidación como importante ciudad industrial.
Gracias a jornadas divulgativas, al apoyo de las instituciones y a la difusión en redes sociales y prensa, este ambicioso y pionero proyecto ha logrado dar voz a decenas de mujeres que llevan toda una vida dedicadas a un oficio tradicionalmente masculino. Muchas de ellas, de hecho, son mujeres, hijas o hermanas de marineros, que comenzaron a trabajar como clasificadoras o mariscadoras para evitar embarcarse, pero sin las que no sería posible haber construido una industria pesquera tan fuerte como la actual.