Ángela Gómez Caride es la creadora de la biblioteca humana de Teis, un evento que se celebra este sábado en el centro cívico a partir de las 10:30 horas. Descuelga el teléfono y no duda en empezar a contar su historia sin pudor, sin tapujos. Nació en Logroño hace 39 años, ciudad donde se crio y desarrolló su vida profesional, donde consiguió una ansiada plaza de funcionaria en una guardería municipal. Un puesto de trabajo deseado por muchos, un piso en propiedad, todo lo que podría parecer necesario para una existencia plena.
Sin embargo, ella nunca llegó a ser del todo feliz en esa vida. Una voz interna comenzó a resonar con fuerza pidiéndole que se marchase a Vigo, a la tierra donde está gran parte de su familia. A pesar de su edad, Ángela Gómez sufre diversas dolencias físicas que han ido debilitando con sus años su calidad de vida. Una de ellas, la osteoporosis, además de un trastorno de dismorfia corporal que lleva años acompañándola y una patología intestinal sin diagnóstico claro.
El estado de salud de Ángela ha variado entre épocas de mayor tranquilidad y temporadas de un intenso dolor. La osteoporosis es una enfermedad que provoca una pérdida de densidad de los huesos, haciendo que el esqueleto pierda fuerza. Hace un año, mientras Ángela paseaba por Logroño, tropezó con las raíces de un árbol. La caída le causó una fractura de fémur por la que los médicos le auguraron una cojera permanente.
Tras ese incidente, no solo el físico de Ángela comenzó a resentirse, también su ánimo. Bajó hasta los 40 kilos de peso. Tal y como explica ella misma, se sentía "muy sola". Los deseos de irse a Galicia fueron cada vez más fuertes: "Siempre le decía a las chicas del mercado, a las de la iglesia, ‘yo me voy a ir, yo me voy a ir’, empecé a regalar cosas de mi casa, empecé a creérmelo". Finalmente llegó la llamada definitiva de su tía desde Nigrán. "Me dijo ‘Ángela, vente, estás con un andador, no puedes estar sola’. No miré atrás".
Reinventarse
"Ves mi perfil de Facebook y es una Ángela Gómez totalmente distinta, una Ángela Gómez Caride que no soy yo", afirma la logroñesa. Se trasladó a Vigo el pasado mes de noviembre sin dudarlo, aprovechando el periodo de baja laboral a causa de su estado físico, para mudarse con su tía. Al poco tiempo decidió marcharse a una pensión, en la que aguantó hasta que el dueño no le permitió seguir al mismo precio y la ayudó a encontrar otro lugar, una nave en el barrio de Alcabre.
Allí vivió con personas en riesgo de exclusión social o en situaciones vulnerables, como una chica ucraniana refugiada de la guerra o un matrimonio madrileño que se quedó sin hogar. "Tenía una habitación y compartíamos la cocina. Salía y veía la playa, era feliz en la nave". Por motivos de salud tuvo que abandonar Alcabre y decidió mudarse a O Calvario, donde reside actualmente.
Durante estos meses, Ángela ha recibido el aviso desde el Ayuntamiento de Logroño para reincorporarse a su plaza. Se encuentra en plena batalla legal para no regresar a La Rioja y conseguir un puesto de trabajo adaptado, algo que no ve posible en la guardería en la que trabajaba: "Ahora priorizo mi salud", declara.
La situación conlleva una suspensión de sueldo que la aboca en estos momentos a una situación económica vulnerable. Por ello se ha puesto a repartir currículums por todo Vigo. "Mucha gente me dice que vuelva a mi plaza, que soy funcionaria, pero es que no entra en mis valores", relata, "Yo quiero trabajar, soy la primera persona que quiere trabajar, pero quiero trabajar en algo adaptado y con el cobijo de mi familia, no en Logroño, donde evidentemente no tengo ninguna opción más que quedarme sentada en una silla y cantar cuatro canciones".
La biblioteca humana
Entre todas estas vicisitudes, Ángela se ha aferrado siempre a la literatura y a su propia intuición, así como a las casualidades del destino que la han llevado hasta donde hoy está. "Los libros me han salvado de no caer en una depresión", afirma la logroñesa.
A pesar de su delicado estado de salud y la sombra de regresar a La Rioja que se cierne sobre ella, Gómez ha decidido poner marcha un proyecto que tenía pendiente: crear una biblioteca humana. Descubrió el concepto hace unos años en Logroño. En una biblioteca humana no hay libros como tal, son los participantes quienes aportan las historias a través de sus vivencias.
Así, Ángela Gómez ha reunido a cuatro personas más que, junto a ella, contarán su historia personal a todo aquel que quiera pasarse por el centro cívico del barrio de Teis este sábado 1 de julio, a partir de las 10:30 horas. Cada intervención arrancará con una frase de presentación a partir de la cual los asistentes podrán ir haciendo todas las preguntas que consideren para conocer su historia.
Estarán con Ángela Naza Tilde, entrenadora personal y rehabilitadora física de pacientes en tratamiento oncológico y otras dolencias; Ana Belén Pino, que sufre la enfermedad de Chiari; y la pareja formada por Jonathan Quispe y Corina Alfonso, dos personas con discapacidad visual. El objetivo de esta biblioteca humana es enseñar a la gente, "con la que está cayendo", que "puede reinventarse", explica su organizadora: "No se puede dejar un sueño en un cajón guardado".